La ACdP ofrece una charla sobre política, islam y cristianismo
El historiador Alejandro Rodríguez de la Peña, profesor de la universidad CEU San Pablo, aportó contexto a este debate secular.
El doctor en Historia y profesor de la universidad San Pablo CEU Alejandro Rodríguez de la Peña dio ayer una conferencia en el Palacio de Bertemati, sede del Obispado, en la que dio cuenta de las relaciones históricas entre política y religión, y en particular, del cristianismo y el islamismo. El acto estaba organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). "La rivalidad que se desata desde finales el siglo VII entre el cristianismo y el islam enfrentará a dos concepciones político-religiosas monoteístas, desde la ideología universalista-teísta que enseña en ambas la posesión de la verdad espiritual plena, y cuya interacción llevará a la confrontación militar, desde la consideración del otro como enemigo e 'infiel' a esa verdad, desatándose la guerra por la superioridad de una u otra como civilización", dijo Rodríguez.
El avance sin cortapisas durante los primeros años del islam en el Norte de África y Arabia tiene una explicación inapelable. "El islam inicial tendrá una fuerza arrolladora, y mientras la consolidación religiosa y política del cristianismo requirió varios siglos para ello, la consolidación político-religiosa del islam tendrá lugar en sólo cuestión de décadas. Es comprensible, pues, que representase la mayor amenaza para la cristiandad medieval de Oriente y de Occidente". De esta consolidación surgió luego la constitución de un imperio. "Tras la muerte del Profeta, sus sucesores unirán política y religiosamente las tribus de Arabia bajo el Califato en una concepción teocrática del liderazgo político-religioso desde el origen divino del poder depositado en la comunidad, la Umma".
Esta comunidad en su fase inicial en La Meca ofrece "un interesante paralelismo con la asamblea cristiana primitiva, Ekklesia, como cauce para vehicular su vida espiritual. Sin embargo, esta concepción también evolucionará en el islam. Mahoma transformó la comunidad de fieles en una sociedad teocrática donde Iglesia y Estado formarán un todo autocrático, convirtiendo al Corán en fuente de derecho civil y penal".
Es de este tiempo cuando, según el historiador, surgen dos concepciones diferentes del poder teocrático. "La evolución del islam, a diferencia de la del cristianismo, conducirá a la necesidad de fusionar poder político y comunidad religiosa. Y mientras el cristianismo tras su reconocimiento como religión del Imperio, pasa a ser tutelado por el modelo imperial romano desde la estrecha vinculación de la autoridad eclesiástica y el emperador bautizado, en el islam la consolidación del califato llevará a que religión y política sean indistinguibles".
Con todo, "en ambos casos el poder religioso cumplirá un propósito similar: reforzará la legitimidad del gobernante. Y así el gobernante en ambos modelos, califal e imperial cristiano, protegía y tutelaba la unidad político-religiosa de su territorio mediante la difusión universal de una pax islamica o una pax romana", cerró Rodríguez.
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