Jerez

"Aguilar de Jerez ha marcado un antes y un después en el flamenco de Japón"

  • El pueblo japonés se vuelca con el cantaor jerezano que mañana a las ocho de la tarde recibirá una misa en su honor en San Miguel

Después de varios días de gestiones y momentos difíciles, la familia del cantaor Álvaro Aguilar Ardila, conocido artísticamente como Aguilar de Jerez, ha podido por fin repatriar las cenizas del artista que el lunes recibirá en San Miguel una misa en su memoria a partir de las ocho de la tarde.

Aguilar de Jerez falleció el pasado 18 de noviembre de forma repentina en Japón, un país donde desde hacía años desarrollaba su vida artística. Desde entonces, su familia, a través de la persona de su sobrino David Lagos, ha tenido que mover cielo y tierra para conseguir su repatriación, no sin antes recibir el calor de todo un pueblo, el japonés, para una persona muy querida en aquellas tierras.

"Ha sido una experiencia muy dura, ya no sólo por la pérdida de una persona muy importante para mí", explica David Lagos, "sino también porque hemos tenido muchos problemas para repatriar los restos, primero porque Ocaso, compañía a la que pertenecia mi tío desde hace más de 20 años, se desentendió del problema alegando la residencia del fallecido en Japón, pero también por todo lo que supone arreglar toda la burocracia con la dificultad del idioma y una cultura distinta".

Su estancia en Japón, no obstante, también le ha servido para comprobar el cariño que los japoneses profesaban a Aguilar, conocido allí como 'Aguichan'. Compañeros de profesión que en ese momento se encontraban en Tokyo como Manuel Malena, Chano Carrasco, El Plateao, Juan Cantarote o la familia Campallo, entre otros muchos, acompañaron en el sentimiento a la familia y dieron su último adiós a Aguilar de Jerez en un pequeño homenaje que el pueblo nipón dedicó al cantaor jerezano. Junto a ellos, muchos artistas japoneses como Tomoko Ishii, Mari Matsumoto, Sijo Morita, desconocidos en España pero con gran repercusión en su país dentro del flamenco.

Como suele ser tradicional en la cultura japonesa, se preparó la despedida del difunto con un acto celebrado en el tablao Casa Esperanza, cuyo propietario "el señor Tashiro nos lo cedió de manera altruista por el cariño que tenía a mi tío", asegura David Lagos. De igual forma, el director de la revista El Paseo, la más importante a nivel de flamenco en Japón, "señor Kojama se ofreció a organizar este acto homenaje de despedida, en el que según la costumbre japonesa los amigos que pasaron a despedir a Aguilar dejaron un donativo a la familia, con el que se ha podido cubrir todos los gastos para soportar la cremación y repatriación de sus restos".

En dicha ceremonia resultaron especialmente emotivas las palbras dedicadas por el bailaor Shoji Kojima, quien ensalzó la labor del artista jerezano: "Cuando Aguilar llegó a Japón, hace ya casi 20 años, comenzó una labor de enseñanza en pos del cante flamenco, especialmente del cante jerezano. Siempre luchó porque se le diera su sitio al cante en una tierra donde primaba el baile. Trabajador incansable, honesto en su cante, con una afición y enormes conocimientos, hizo que el pueblo japonés aprendiera la importancia del cante en el baile, a amarlo y respetarlo, a distinguir entre las distintas escuelas de cante, siempre defendiendo a ultranza la de su tierra, Jerez. Le dio su sitio, a todos los compañeros que vinieron de España, y también respetó siempre a cada uno de los artistas japoneses para los que trabajó. Su labor, ha sido descomunal, no sólo ha hecho un buen trabajo, Aguilar de Jerez ha marcado un antes y un después en el flamenco de Japón".

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