Alcer consolida su labor en Jerez pese a los escasos recursos y ayudas

La Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales logra mantener sus servicios gracias al voluntariado Pone el acento en la prevención ante una patología que va en aumento

Mesa informativa de Alcer en el Gallo Azul el pasado jueves, jornada en la que se celebró el Día Mundial del Riñón.
Mesa informativa de Alcer en el Gallo Azul el pasado jueves, jornada en la que se celebró el Día Mundial del Riñón.
Gloria Moreno Jerez

15 de marzo 2015 - 01:00

El Día Mundial del Riñón, que se celebró el pasado jueves, sacó a la calle a los voluntarios de la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales, Alcer, una entidad con ámbito provincial, que hace malabarismos para ofrecer todos los servicios posibles a estos enfermos con muy escasos medios. Su presidente, Gregorio Martín, lamenta los problemas económicos a los que se enfrenta una asociación que recuperó hace más de un año la actividad de su sede en Jerez, en la calle Tanguillo número 19, después de dos años cerrada. Como les ha ocurrido a otras asociaciones, el descenso de las subvenciones limita la contratación de técnicos para sus servicios, que salen adelante, no obstante, gracias al voluntariado. El número de socios, unos 140 en toda la provincia, se puede considerar escaso teniendo en cuenta la incidencia de la enfermedad renal crónica, que se estima afecta al 10% de la población española, además con una prevalencia cada vez mayor. El vicepresidente de Alcer, Juan Diego Núñez, argumenta que los enfermos renales son un colectivo "un poco apático. Hay que tener en cuenta que las personas que están en diálisis, un día sí y otro no enganchados a una máquina, el tiempo que les queda libre no quieren complicarse". Por otro lado, la limitación de tener sólo una sede en Cádiz y otra en Jerez, por falta de medios, en una provincia tan extensa, hace difícil que enfermos de otras localidades se hagan socios ante la imposibilidad de beneficiarse plenamente de los servicios que se ofrecen.

Según Alcer, la enfermedad renal crónica es una patología infradiagnosticada y además silenciosa, porque no da la cara hasta que se encuentra en estadios muy avanzados. Se produce cuando hay una anomalía en la función del riñón que se manifiesta a través de los marcadores del daño renal, y las causas que lo produce pueden ser diversas, pero las más frecuentes son la diabetes, la hipertensión o las alteraciones vasculares.

Por eso los actos del Día Mundial del Riñón se centraron en la prevención y también en la promoción de la donación de órganos. "La alimentación es la base primordial, sobre todo cuando ya se es un enfermo renal, pero para no llegar a ello hay que tener también especial cuidado con lo que se come, llevar a cabo una dieta sana, reducir la sal, controlar la hipertensión arterial y el azúcar, hacer ejercicio, en definitiva se trata de adoptar hábitos de vida saludables. La ingesta de algunos medicamentos también pueden perjudicar. Yo, por ejemplo, perdí los riñones por un mal tratamiento con corticoides", mantiene Martín, trasplantado hace ya ocho años, pero al que no se le olvida los duros momentos del año que pasó en diálisis antes del trasplante. "Para saber lo que es eso hay que pasarlo", recalca.

La lista de espera para un trasplante de riñón está actualmente, según Alcer, en un año y medio o dos, de ahí la importancia de seguir concienciando sobre la donación, pero incluso estas campañas resultan complicadas. "Tú colocas una mesa informativa en el hospital, donde todo el mundo va o sale con problemas, y no se acerca nadie. En cambio, en un sitio lúdico, como este jueves en el Gallo Azul, la respuesta fue muy buena".

Alcer presta desde Jerez atención social, ayuda a domicilio, fisioterapia, orientación laboral, tratamiento psicológico e incluso ayuda de alimentos. La trabajadora social de la asociación, Chari Mejías, explica que muchos de estos enfermos no pueden seguir trabajando, en algunos casos, las familias solo tienen una pensión contributiva y no siempre consiguen la incapacidad. "Es curioso porque por entrar en diálisis te dan una discapacidad del 65%, pero cuando te trasplantan, la discapacidad desaparece. Lo que ocurre es que entonces para esas personas, algunas ya mayores, es muy difícil incorporarse al mercado laboral". Muchos enfermos que están atravesando un mal momento económico no recurren directamente a la asociación pero la buena relación de Alcer con los profesionales de los centros de diálisis les pone sobre aviso de estos casos. "Los propios profesionales te llaman cuando detectan alguna necesidad, porque hay situaciones extremas, personas que lo están pasando muy mal".

Aunque no se puede hacer más con tan escasos medios, el presidente de Alcer reconoce que hay una sobrecarga de trabajo para el voluntariado, por lo que la ayuda es fundamental para poder contratar profesionales. "Sólo en el tema por ejemplo del reparto de los alimentos, la Comunidad Europea, que aporta fondos, lleva a cabo un control exhaustivo, que genera un importante trabajo para nosotros".

La demanda para cualquiera de los servicios que se prestan es alta. "Nada de esto se podría llevar a cabo sin los voluntarios, aunque también hemos tenido apoyo económico del Ayuntamiento de Jerez, con una ayuda aprobada pero que aún no hemos cobrado y también del Ayuntamiento de Chiclana. El problema es siempre que al final las asociaciones adelantamos el dinero y cuando justificas el proyecto recibes la ayuda, pero no todas las asociaciones tenemos medios para adelantar esos importes, aunque luego los recuperes".

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