Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

El rey Alfonso XI "El Justiciero" y su relación con Xerez

  • Dicen que regaló su rica batería de cocina para hacer un hospital y pasó laSemana Santa de 1340 en nuestra ciudad, asistiendo a los oficios de la Iglesia Mayor1.- Alfonso XI, en la Batalla del Salado.2.- Uno de los pocos retratos que se conservan del rey Alfonso XI "El Justiciero".

SABIDO es que los reyes, aunque nazcan en un sitio determinado, por ser reyes de un país, pertenecen al conjunto del mismo, aunque sientan predilección por su ciudad natal o por otra. Y eso fue lo que le ocurrió al rey don Alfonso XI, llamado "El Justiciero", rey de Castilla y de León, que aunque nacido en Salamanca en el año de gracia de 1311, por alentar extraordinariamente la Reconquista con sus victorias en los ríos Salado (1340) y Palmones (1343), parece que sintió cierta predilección por nuestra ciudad y por su gente, tal vez por lo mucho que en sus batallas contra los moros le ayudaron los caballeros, hidalgos y gentiles hombres jerezanos, incluso "labradores y omes de poca valía", en medio de la admiración y respeto de éstos; como cantaba el poeta Manuel Bellido, a principios del siglo XX, en su romance histórico de "Glorias Xerezanas", en honor del ilustre guerrero jerezano Aparicio Gaitán, ganador del histórico pendón conocido como "Rabo de Gallo", que junto a Juan Guevara, el de Lorca, arrebataron de manos de la morisma; y ante la duda de quien de los dos conservarlo, cuenta el romance que "respondió grave y sesudo / el monarca a los hidalgos: / que puesto que en lid sangrienta / los dos el pendón ganaron,/ fuere el asta del de Lorca / y el lienzo del xerezano".

Este histórico pendón que antiguamente se exhibía en la procesión cívico-religiosa del día del patrón de la ciudad, el areopagita San Dionisio, fue objeto, en todos los tiempos, de la veneración de los jerezanos, otorgándose al mismo tales distinciones y preeminencias, que hasta los mismos Reyes Católicos le concedieron, en 1485, la especial merced de salir solemnemente en procesión, acompañado del pleno de la corporación municipal, y no en caso contrario. Lo que, desde entonces se viene puntualmente ejecutando, cada año, en la celebración de la fiesta de la reconquista de la ciudad. Aunque ahora con otro pendón que modernamente ha sustituido al verdaderamente histórico "Rabo de Gallo", notablemente deteriorado por su antigüedad, que se conserva bien guardado, en sitio seguro, como pieza de incalculable valor para la historia de Jerez.

LA BATALLA DEL SALADO

Dejó escrito el historiador jerezano, Bartolomé Gutierrez, en su historia y anales de nuestra ciudad que Alfonso XI, que tenía su cuartel general en Xerez, ayudado de nuestra gente ganó la batalla del salado, "tan celebrada en España, donde murieron como refieren las historias más de 200.000 moros (y encontrándose aquí) el dicho señor Rey D. Alonso con todo su poder y el de otros que le ayudaron para poder resistir el de los moros de España y Africa, sirvió esta ciudad con bastimientos y gente y llevó su pendón la vanguardia en esta batalla con el de Sevilla, y dicen algunos cronistas que ganó Xerez de los moros el pendón que hoy tiene".

La célebre batalla del río Salado, en la que Alfonso XI, con sus huestes, y las de su suegro y aliado Alfonso IV de Portugal, derrotó a granadinos y meriníes, acaeció el 30 de octubre de 1340.

Esta batalla, junto con la del río Palmones, el 3 de noviembre de 1343, serían clave para la conquista de Tarifa y, después de un largo asedio, de la ciudad de Algeciras. Aunque su muerte, en el sitio de Gibraltar, le privaría de ver coronada su obra.

Decía el poeta Bellido que "tal era la estima en que Alfonso XI tenía a los caballeros xerezanos, que les concedió en 29 de abril de 1344, un Privilegio en virtud del cual podían elegir entre ellos, uno cada año, para Escribano Mayor del Crimen y Alguacilazgo Mayor de la Cárcel; algo así como juez o magistrado instructor de causas y alcaide de prisión, respectivamente.

De este rey también se cuenta que la Semana Santa de 1340 la pasó en Xerez, asistiendo a los divinos oficios de la misma, en la Iglesia Mayor; y que para poder levantar la ciudad el hospital de Ntra. Sra. del Pilar, en San Agustín, regaló su magnifica batería de cocina, la que usaba en su cuartel general - suponemos que instalado en el Real Alcázar -, para que con el producto de su venta se fundase dicho hospital.

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