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Solidaridad

Alimentando vidas

  • El Banco de Alimentos de Jerez ha obtenido la concesión de almacén distribuidor de los productos de la UE. Los voluntarios, el 'alma' de la entidad.

Como cada día, a las nueve de la mañana se abre la puerta de la nave 14 de la calle Minería, en el Parque Empresarial. Hoy hay bastante trabajo, ha llegado buena parte de la última recogida de alimentos, y hay que clasificar y empaquetar. Una de las manos que separa los paquetes de arroz de los de pasta son las de Manuel Torres. Él es uno de los rostros del Banco de Alimentos de Jerez, una delegación que crece con salud y que ayuda a llenar los platos a 10.000 personas en la ciudad. 

 

Manuel no para de meter comida en una caja. Es uno de los primeros voluntarios que se sumó al proyecto cuando el Banco de Alimentos abrió la delegación en Jerez. “Estoy jubilado y un día me di cuenta de que me pasaba demasiadas horas delante de la televisión. En ese momento me dije que tenía que cambiar la cosa”, recuerda el jerezano. Un amigo le presentó a Antonio Villasán, responsable de la delegación en la ciudad, y “me vine a colaborar”. “Desde el primer día me encuentro estupendamente, hay un ambiente muy bueno y compañeros magníficos. Además, tengo que reconoce que conforme va pasando el tiempo,  te va enganchando más, y al final te faltan horas para estar aquí. Estaré aquí hasta que el cuerpo aguante”. Manuel va todos los días y durante estos últimos 15 meses se ha enfrentado a una realidad muy distinta a la que siempre había vivido: a la pobreza en su ciudad. “ A mí la vida me ha tratado bien, nunca he tenido necesidad y afortunadamente mi trabajo funcionaba. Tenía la obligación de devolverle algo a la sociedad. Es una pena que estemos así en Jerez, aquí hay hambre”, dice el voluntario, quien hace especial hincapié en la clase media: “El que ha sido pobre toda su vida de Dios sabe cómo moverse, ir a los recursos... Pero la criaturita que ha estado bien y que de repente se ha quedado sin puesto de trabajo, aún no está orientada. No se atreve a ir a Cáritas, a Cruz Roja, a los Servicios Sociales... Esos son los que están más necesitados ahora mismo. Les da vergüenza, no saben cómo acceder a las ayudas... A lo mejor, en su barrio siempre han estado bien vistos y ahora tienen que ir a la asociación a pedir, y eso todavía no lo tienen asimilado”.

 

Muy cerquita de Manuel está María Santana, una joven que comenzó esta misma semana como voluntaria. Nerviosa, tímida, baja la mirada cuando se le pregunta el por qué de su reciente incorporación a la familia del Banco de Alimentos. “Es bueno ayudar a las personas que no tienen nada. Mi hija está ya en la guardería y estaba aburrida en mi casa”, cuenta. Ella es una de las jerezanas que necesita ayuda. Sí. Está llenando las cajas que después estará en la asociación en la que su familia pide comida. “Vivo con mi suegra, mi pareja y mi hija. Todos estamos en el paro. Estando aquí quiero echar una mano a las personas que lo están pasando igual de mal que yo”, reconoce María. Aquí dice que se encuentra bien, útil. Las horas no pasan sin sentido ahora. 

 

Un chico joven está subiendo uno de los palés con la fenwick. No para quieto ni un minuto. Es un nervio. Con 21 años, Miguel González se mueve por la nave como pez en el agua. Como Manuel Torres, es uno de los primeros voluntarios del Banco de Alimentos de Jerez y llegó a él mientras buscaba cursos de formación y “cosas para estudiar”. “No encontraba nada y me enteré que el Banco de Alimentos abría una delegación en la ciudad. Conocía cómo funcionaba la entidad y me vine sin pensármelo. Ya que estaba en paro, al menos, ponía mi granito”, señala el joven. En paro y con 21 años. Sí. Miguel es uno de esos chicos que comenzó en la construcción demasiado pronto y con la crisis se quedó sin trabajo. “Me levanto todas las mañanas pensando en esto, en ayudar y hacer lo que me pidan. Vengo todos los días, me siento lleno. Estar aquí te lo pide el cuerpo”, declara González, quien reconoce además que “el día que no puedo venir por algún motivo extraordinario ya estoy  extraño, me falta algo”. Busca trabajo de electricista, “o de lo que salga...”, y mientras llega el empleo, “me faltan manos para hacer cosas aquí. Cuanto más trabajo tengamos mucho mejor. Es una satisfacción muy grande saber que ayudas a la gente”.

 

Ángeles salió a las ocho de la mañana del turno de noche del Hospital. Enfermera de profesión, esta voluntaria ha encontrado en el Banco de Alimentos el respiro ante tanto dolor en los pasillos del Hospital. “En mi trabajo se ve mucho sufrimiento, y aquí, cuando ves que las asociaciones recogen con una sonrisa la comida, eres feliz. Para mí no hay mayor satisfacción que haber llenado esa caja –señala una llena de potitos– y saber que durante unos meses esos niños van a tener comida”, remarca. 

 

Manuel, María, Miguel, Ángeles... Ellos son una muestra del poder del Banco de Alimentos. El responsable de la delegación jerezana declara que en la base de datos hay más de 700 voluntarios que participan en las actividades de la entidad y aproximadamente unas 20 personas van de lunes a viernes a la nave. “Hay pobreza en Jerez. Es una ciudad grande y  tiene un problema, el paro. El índice de desempleo es enorme y no vemos visos de que desaparezca en poco tiempo, porque no hay un tejido empresarial que lo solucione”, apunta Villasán. 

Durante 2014, el Banco de Alimentos entregó a las 65 asociaciones que tiene inscritas nada menos que 446.000 kilos de comida. De esta cantidad, 158.000 fueron de ‘recursos propios’ (operaciones kilo, actividades benéficas, aportaciones de empresas...), y 288.000 llegaron del FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria). “Este año esperamos más de la Unión Europea, con el objetivo de llegar a un total de 500.000 kilos”, reconoce el responsable de la delegación. 

 

Precisamente, esta semana han confirmado que la sede de Jerez se va a convertir en almacén distribuidor de los alimentos de la Unión Europea. Esta noticia supone un gran salto para la delegación jerezana, ya que las 65 asociaciones de la ciudad podrán recoger la comida en Jerez, y no tendrán que trasladarse, como hasta ahora, a Cádiz. 

 

Cabe recordar que el FEGA es el organismo responsable de la ejecución de los Planes de ayuda alimentaria a las personas más necesitadas de la Unión Europea. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través de este Fondo, es el responsable de la ejecución de los planes, y en 2014 compró mediante un procedimiento de licitación pública, más de 47 millones de kilos de alimentos: arroz, lentejas, leche UHT, macarrones, galletas, judías verdes en conserva, tomate frito, leche de continuación y potitos. 

Las organizaciones asociadas son Cruz Roja y la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), entidades que distribuyen los alimentos a más de 9.000 entidades sociales que, a su vez, atienden a más de 2.000.000 de personas cuya situación económica o familiar de necesidad, les impide adquirir alimentos de forma regular. 

 

Jerez ya forma parte de esa red de almacenes distribuidores y la tarea en la que ya está inmersa la delegación que encabeza Villasán es encontrar una nueva nave. “En la que estamos, y que nos paga el alquiler el Ayuntamiento, tiene 450 metros cuadrados y se nos va a quedar pequeña. Ya estoy buscando otra porque con los alimentos del FEGA van a venir muchos, muchos camiones de comida”, dice Villasán. 

Mientras se espera a esos tráiler, el Banco de Alimentos de Jerez ‘bombea’ con las campañas de recogida en los supermercados y las actividades benéficas que, tanto asociaciones como el propio Consistorio, permiten recoger kilos de comida. “Ahora tenemos los alimentos de la campaña que hemos hecho en Carrefour. Esperamos también estos días lo que se consiga en el Día de la Bicicleta –que se celebra el 19 de abril– y con la aportación del propio Carrefour, centro que va a duplicar los kilos que hayan aportado los jerezanos. “Para el lunes próximo empezamos a repartir entre las asociaciones, porque nuestro objetivo es que tal como entra la comida, salga a las entidades inscritas.Los días 8 y 9 de mayor tendremos otra campaña en Mercadona, y volveremos a realizar lo mismo que estos días. Clasificar, paletizar y repartir. Esperamos seguir contando con la solidaridad de los jerezanos”, desea Villasán.

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