Asustaviejas en el centro de Jerez

La empresa jerezana Arte Sherry denuncia “el acoso” sufrido por parte de un grupo inversor que montará un hotel en el Reducto de la Catedral

“No tenemos agua y es un peligro trabajar aquí”, asegura su propietario

Un cinco estrellas con las mejores vistas a la Catedral

Imagen del acceso a las oficinas de Arte Sherry.
Imagen del acceso a las oficinas de Arte Sherry.
F. P.

28 de diciembre 2022 - 04:00

Aunque pueda parecer paradójico en 2022, la realidad es que los 'Asustaviejas', esa figura que presiona a inquilinos con el fin de hacerles salir de su vivienda, sigue estando muy presente en nuestra sociedad. El último ejemplo lo tenemos en el casco histórico de Jerez, concretamente en el Reducto de la Catedral.

Allí, se proyectó a finales de 2020 la construcción de un nuevo hotel de cinco estrellas que contemplaba la rehabilitación de una casa burguesa de tres plantas que fue edificada en el siglo XIX. En total, 429 metros cuadrados para ofrecer 10 habituaciones y una piscina en la azotea.

Estados de los techos del local.
Estados de los techos del local.

Sin embargo, esta antigua casa, que albergaba 16 vecinos, cuenta en su planta baja con un pequeño local, que formaba parte de la comunidad, y que es la sede desde 1990 de la empresa Arte Sherry, propiedad del empresario Antonio Ojeda, y especialmente conocida en el ámbito de contrataciones de artistas en Jerez.

El inicio de las obras hizo que el grupo inversor de este hotel (Tasaciones y Valoraciones Internacionales SL) ofreciera a su dueño la posibilidad de negociar por su adquisición, cosa a la que Antonio Ojeda se negó "porque esta es mi vida, no voy a vender", asegura.

Uno de los agujeros que han hecho en las paredes.
Uno de los agujeros que han hecho en las paredes.

Desde entonces, su día a día se ha convertido en un auténtico calvario, "porque aquí no se puede trabajar, entre el polvo y el agua que me ha caído en el interior, es imposible, por no hablar del acceso a la oficina, ya que por aquí pasan máquinas y todo el material".

Es más, después de la pandemia y conforme se incorporó nuevamente a su oficina, el propietario se encontró con una factura de agua de 34.000 euros, fruto "de una fuga que ha habido durante la obra, pero claro, han tapado el acceso a los contadores, donde está el mío, y ahora, como quedo yo solo en la comunidad, me ha venido a mí le cantidad, y encima me han cortado el agua y a día de hoy estoy sin agua corriente".

"A pesar de que he puesto reclamaciones y he enviado burofax a la empresa, me dicen que ellos no tienen nada que ver, y estoy haciendo frente a los pagos, cuando ha sido una fuga provocada por ellos", añade.

El acceso a la obra, a apenas un metro de la entrada a la oficina.
El acceso a la obra, a apenas un metro de la entrada a la oficina.

Pero su calvario no queda ahí, toda vez que durante las obras "se me ha calado la oficina por agua, a consecuencia de las mismas, me han hecho agujeros en las paredes y cada día me encuentro con todo lleno de polvo. Además, cuando viene algún cliente me tengo que ir a una cafetería a atenderlos porque aquí es imposible".

Sus quejas han llegado incluso al Ayuntamiento, en concreto, "hemos denunciado los hechos en disciplina urbanística, diciéndoles que el negocio ha perdido visibilidad, que entro por medio de un acopio de trabajo, que la empresa de prevención tiene constancia de que estamos aquí en la obra sin casco y sin nada...Pero aquí no ha venido nadie, cuando no se está cumpliendo con la ley. He tenido que contratar un abogado y un notario y cada vez que veo algo raro, doy parte para que vengan".

Ante esta situación, Antonio Ojeda ha interpuesto hasta tres demandas contra la promotora, constructora y la empresa de prevención de riesgos laborales, tratando así de conseguir "solucionar una situación insoportable, porque después de una pandemia como la que hemos tenido, luchar contra esto es muy duro".

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