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Miguel Ángel Barbero | Responsable del Centro de Transfusión Sanguínea en la provincia

"Necesitamos donaciones para 150 o 160 bolsas diarias de sangre de manera continua"

  • "Ahora mismo entre toda la provincia tendríamos un stock para unos cinco o seis días si no entrara nada de sangre; eso no quiere decir que se nos vaya a acabar la sangre en cinco días sino que tenemos un margen de acción más corto"

  • Llamamiento urgente para donar sangre

El doctor Miguel Ángel Barbero, con Isabel Gallardo, delegada de Turismo, Comercio y Consumo, en una imagen de archivo.

El doctor Miguel Ángel Barbero, con Isabel Gallardo, delegada de Turismo, Comercio y Consumo, en una imagen de archivo.

Miguel Ángel Barbero, responsable del Centro de Transfusión Sanguínea en la provincia, hace un llamamiento a la ciudadanía para la donación de sangre porque las reservas están bajo mínimos -el margen es de cinco días- y los hospitales de la provincia necesitan un ritmo de unas 150 donaciones diarias para recuperar el stock suficiente y alargar el margen de maniobra a las dos semanas. 

-¿Cómo es la situación de las reservas de sangre en la provincia en general y en Jerez en particular?

-Después de las fiestas de Navidad, en toda la red de medicina transfusional de Andalucía estamos con un descenso importante, que se ha agravado este año más. Todos los años tenemos la cuesta de enero pero este pasado año llegamos antes de Navidad con las reservas ya justitas por la pandemia, que nos trae limitaciones: acuden menos donantes y hay lugares a los que no podemos acudir, locales habituales como empresas, universidad, institutos y otros locales a los que no podemos ir por lo reducido y por las condiciones que tienen para atender a donantes, como puede ser nuestro autobús de donación. Campañas habituales que hacemos en el autobús que desde marzo dejamos de hacerlas por las medidas de seguridad sanitarias, porque es un sitio muy reducido. Todo esto nos limita bastante las donaciones.

-¿Y cómo están las reservas actualmente?

-Ahora mismo entre todos tendríamos un stock para unos cinco o seis días si no entrara nada de sangre; eso no quiere decir que se nos vaya a acabar la sangre en cinco días sino que tenemos un margen de acción más corto para realizar llamamientos. Esperamos todos que entre esta semana, que estamos recibiendo mucha donación de sangre, y la semana próxima se haya podido estabilizar la situación.

-¿Cuál sería la cantidad normal o habitual de reservas en la provincia?

-Nos hemos estado moviendo durante el año pasado entre 10, 15 días de stock. Eso no quiere decir que en momentos puntuales de algún grupo nos faltara. Tenemos muchos hospitales en la provincia y no siempre va la donación acompañando a la transfusión. Las 150 donaciones de manera continua no se consiguen todos los días, por eso que casi constantemente pedimos de manera urgente y es nuestro mensaje para llegar a ese mínimo diario. 

-Hacen falta donaciones de forma urgente, entonces...

-Pero esto no quiere decir que se acabe aquí: necesitamos que siga habiendo donaciones de manera regular, no es una campaña para salir de una catástrofe como fue el caso de los atentados de Madrid, que toda España se volcó para una cosa puntual. Aquí es una maratón, una carrera de fondo. Ahora tenemos que recuperarnos poquito a poco con una donación fluida y continua, lo que necesitamos diariamente y un poquito más pero poco a poco, para evitar aglomeraciones que no son nada aconsejables en estos momentos.

-Es decir, que lo ideal que es haya un flujo continuo de donaciones...

-Claro, no gastar las donaciones o el deseo de donar de las personas en dos o tres días y que ya después no vuelvan a donar. Por ejemplo, si necesitamos 150 o 160 bolsas diarias de manera continua y homogénea, hacer una campaña con 500 donaciones hoy significaría que en plaquetas, que tienen una vida de cinco días nada más, dentro de cinco días las que hubiésemos conseguido se nos habrían acabado, no tendríamos plaquetas. Y los hematíes tienen 42 días de vida, los donantes no pueden volver a donar antes de los 60 días, con lo que nos podríamos ver al cabo de mes y medio o dos meses con dificultades porque los donantes habituales ya hayan donado en una campaña de dos días o una semana.

-La provincia está comunicada en cuanto a reservas: si a un hospital le falta, otro cercano le surte...

-En la provincia siempre ha sido así; de hecho, la distribución a todos los hospitales, públicos y privados, las hace el centro de transfusión de cada provincia. Aparte, funcionalmente siempre hemos estado intercomunicados unos centros con otros, cuando a un centro le ha faltado sangre de un grupo en concreto ha recurrido a los más próximos y a veces incluso a los lejanos. Pero ya desde hace unos años formamos la red de medicina transfusional de Andalucía con un stock único y la sangre fluye de un centro a otro según los requerimientos que tenga cada centro. Ahora el problema no es porque en la provincia haya habido un incidente concreto y no haya habido donación de sangre, es un problema de escasez de toda Andalucía el que tenemos ahora, con lo que esa red de distribución que tenemos es difícil hacerla ahora.  

-¿Cuántas donaciones se necesitan al año en la provincia?

-Todos los años tenemos alrededor de 2.000, 3.000 donantes que se incorporan pero también hay quien deja de donar por las causas que sean. Necesitamos contar con donantes nuevos pero puede ser que haya o puede ser que no. De las alrededor de 37.000 donaciones que necesitamos al cabo del año, 3.000 o 4.000 donaciones nuevas se notan pero no podemos contar solamente con los nuevos, los que realmente nos llenan las despensas son los donantes habituales, que tienen un número de donaciones al año limitadas por ley y un número de días que tienen que transcurrir entre una donación y la siguiente.

-Con la llegada del coronavirus, ¿están notando más resquemor en las personas a la hora de donar?

-Sí que lo hay. Nosotros no perdemos la oportunidad para decir que en nuestras colectas tomamos las medidas habituales. La donación ya antes de la pandemia ya era segura y desde marzo empezamos a aplicar las medidas que nos iba dictando y nos va dictando el Comité Nacional de Seguridad Transfusional, que no es que se haya creado nuevo, siempre ha funcionado y está al tanto de todas las directrices de seguridad para la donación y la transfusión. Nos van dictando una serie de normas conforme va evolucionando esto y se van sabiendo cosas nuevas y efectivamente hay medidas que suponen que haya lugares a los que no podamos acudir por sus dimensiones. Y después está el miedo a donar, tratamos siempre que es posible de informar que se toman todas las medidas. Si vamos a las tiendas, bares, donde no hay personal sanitario que supervise si las medidas que se toman son correctas o no, aquí imagínate: facultativos, personal de enfermería que saben lo que están haciendo. Es decir, la seguridad que damos en una colecta de sangre, en un lugar de donación, es máxima. Tiene el riesgo que pueda tener estar junto a otras personas hoy día pero pocos lugares más seguros se van a encontrar que un lugar de donación.

-El mensaje es que las donaciones son tan seguras como necesarias...

-Efectivamente, aunque no podemos bajar la guardia, hay que estar prevenido en cualquier lugar incluso en una donación de sangre: guardar la distancia de seguridad, usar una mascarilla cuando menos quirúrgica si no puede ser FP2

-Y es imprescindible que no paren para que los hospitales puedan desarrollar su labor...

-Hay operaciones que no se pueden realizar si no hay sangre, y no solamente operaciones quirúrgicas que quizás puedan ser las más urgentes, pero en las plantas de oncología se están transfundiendo constantemente plaquetas a enfermos oncológicos, porque los tratamientos de radioterapia y quimioterapia dañan la médula ósea que produce sangre y son enfermos que necesitan del aporte transfusional. Y todos los días hay enfermos en los hospitales, a veces un simple parto se complica y hay que transfundir sangre o a la madre, al recién nacido o y a ambos. Y hay accidentes que ocurren independientemente que sea Navidad, Semana Santa o vacaciones de verano. Sí es cierto que en momentos de mucho apuro como fue la primera ola en la que se colapsaron todas las UCIs y estaban todas las plantas llenas, no se operaba nada más que lo que era urgente. Pero aquello pasó, ya nos pudimos organizar todos mejor, el colapso no existe y desde junio, mediados de julio, se empezó a recuperar todas las operaciones que se habían parado y desde entonces no hemos parado de necesitar sangre como en los años anteriores, al mismo ritmo.

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