Bruselas da otro aviso a Filipinas por la discriminación fiscal del brandy
El Gobierno filipino se resiste a acatar el dictamen de la OMC que considera ilegal la doble fiscalidad de las bebidas espirituosas · Tiene de plazo hasta marzo de 2013
El Gobierno filipino no está por la labor de asumir sin más el dictamen de la Organización Mundial del Comercio (OMC) acerca de la ilegalidad de la discriminación fiscal que sufren los destilados europeos y de Estados Unidos, entre ellos el brandy de Jerez, promotor del panel constituido por el organismo internacional a instancias de la UE y EEUU ante los impuestos de entre el 1.000 y el 4.000% que gravan a las bebidas espirituosas extranjeras.
Pese al inicio del proceso para la adaptación de la legislación fiscal a las leyes de libre mercado a raíz de la resolución dictada por la OMC a mediados de 2011 en la que señalaba la ilegalidad de los tributos a los destilados de importación, la presión de la industria local de bebidas alcohólicas hace emlla en el seno de las instituciones legislativas filipinas.
El país asiático tiene de plazo hasta marzo para cumplir el dictamen de la OMC, pero frente al proyecto de cambio legislativo para la supresión de la discriminación fiscal cobra fuerza la corriente auspiciada por los partidarios de preservar el trato diferenciado y que, según estimaciones de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), se traduce en unas pérdidas de 35 millones de euros al brandy de Jerez.
En su labor de vigilancia como principal afectado de este contencioso, el Consejo Regulador del brandy puso en conocimiento de las autoridades europeas el nuevo obstáculo al que se enfrenta la pretendida unificación de los impuestos a las bebidas alcohólicas. La reacción de Bruselas no se ha hecho esperar y ya ha lanzado una nueva advertencia a Filipinas para que asuma el dictamen de la Organización Mundial de Comercio o, en caso contrario, la UE amenaza con solicitar junto a Estados Unidos sanciones para el país asiático.
El presidente del Consejo del brandy, Evaristo Babé, lamenta la resistencia de las autoridades filipinas a acabar con la discriminación fiscal de las bebidas alcohólicas en el segundo mercado del espirituoso jerezano, por detrás de España. "Es una pena que no aprovechen para liberalizar el mercado y favorecer la libre competencia", explica Babé, quien subraya que en las condiciones actuales es imposible competir en precios -no así en calidad, en la que los filipinos están a años luz- con los brandies, whiskies, vodkas... de elaboración local.
El brandy de Jerez lidera el ránking de bebidas alcoholícas importadas en Filipinas con una media anual de diez millones de botellas comercializadas en la última década. Sin embargo, el espiritoso jerezano representa sólo un 10% del consumo de brandy -una de cada diez botellas- en el archipiélago filipino, en el que tanto las bodegas del Marco ven un gran potencial de futuro, siempre y cuando se resuelvan favorablemente los problemas de fiscalización y de usurpación de la denominación de origen, la otra gran batalla en la que está inmerso el sector.
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