Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez ha constatado que la desigualdad educativa “que viven los niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad o exclusión social, se ha agudizado desde que se decretara el estado de alarma”. Ante ello, la entidad declara que se evidencia la necesidad de conseguir “la implicación de las familias en el proceso educativo de los menores”.

De este modo, “más allá de la necesaria cobertura de necesidades básicas, desde Cáritas Diocesana insistimos en la importancia de tener en cuenta otras necesidades y carencias que en apariencia puede no ser tan evidentes, pero que pueden traer graves consecuencias para las familias que acompañamos”.

Ante esta realidad, se pone en macha ‘Aprendemos Juntos’, un servicio de acompañamiento socioeducativo para familias vulnerables que se centra en el apoyo educativo y emocional. A través de esta iniciativa se busca acompañar a los niños en un aprendizaje mucho más autónomo, así como apoyar psicosocialmente a las familias para que se puedan implicar en los procesos educativos de sus hijos e hijas y facilitar la participación activa del voluntariado, fomentando una ciudadanía activa, crítica y transformadora.

Anabel Montero, responsable del programa Infancia y Familia de Cáritas, declara que “desde hace tiempo venimos advirtiendo de la desigualdad educativa. Se habla de la brecha digital, que sí, está ahí, pero nos preocupa mucho antes la desigualdad educativa y ahora se evidencia de otra manera por la crisis”.

“La pobreza se transmite de generación en generación, y va más allá de lo económico. Se transmiten los miedos, las inseguridades... Hay sensación de impotencia por no estar a la altura”, subraya Montero. Por ello, Cáritas ha comenzado este programa, “porque está muy bien la donación de dispositivos, pero eso tiene que ir de la mano de un proceso de acompañamiento”, remarca Montero.

Cabe recordar que en la línea de ‘acompañar’ en esta crisis, Cáritas ha puesto en marcha durante esta crisis ‘Estoy Contigo’, un servicio de atención telefónica a personas en situación de soledad. El proyecto responde a la detección de numerosas personas solas, tanto mayores como personas dependientes o con diversidad funcional, que en estas circunstancias se han quedado atrapadas en sus domicilios por ser colectivo de riesgo, con el añadido de no contar con redes familiares de apoyo.