Carmen Amaya un mito por descubrir
Manuel Curao homenajea a la bailaora en una obra que estrena el próximo día 26 en Bilbao con la presencia de Mercedes Ruiz y el apoyo de la BBK
glutinar en una hora y cuarto la vida de Carmen Amaya resulta cuanto menos un reto osado. Ese ha sido y es el objetivo del “performance”, como prefieren llamar sus creadores, del montaje que el próximo día 26 de junio se estrena en la Sala BBK de Bilbao. Aprovechando el supuesto centenario de la bailaora catalana, el periodista Manuel Curao, los artistas Mercedes Ruiz, Santiago Lara y El Londro, y como no, la BBK, han confeccionado una “especie de conferencia-espectáculo”, afirma Curao, con la que pretenden homenajear a la que ha sido la bailaora más grande de todos los tiempos.
Durante los últimos tres meses, Manuel Curao ha dedicado horas y horas de estudio y desglose de la vida, “como persona y como artista”, de Carmen Amaya, una experiencia reconfortante y que tiene “sus ventajas y problemas”, explica. “Ventajas porque alrededor de la figura de Carmen Amaya hay todo un mundo, ya sean vivencias, anécdotas y detalles que te envuelven”, asegura el periodista, que no obstante se enfrenta “al problema de resumir todo eso en una hora y cuarto que queremos que dure el espectáculo, por llamarlo de alguna manera”.
Dentro de ese mundillo que destaca el narrador de la obra hay también “muchas contradicciones”, entre ellas la fecha de nacimiento de la propia artista, que hoy día sigue sin estar clara. “Hemos titulado ‘Carmen Amaya. Un siglo y un día de baile’-relata Curao-, porque los investigadores no se ponen de acuerdo. Unos dicen que nació en 1913 y otros en 1922, por eso hemos puesto esa coletilla de ‘un día’, por el hecho de estar indefinido”.
“El gran mito del baile”, como la define el locutor sevillano, puede analizarse desde infinidad de puntos de vista. Para ello, no solamente se ha recurrido a la amplia bibliografía existente, sino también a testimonios, gráficos y orales, de personajes que, de una forma u otra, se cruzaron en el camino de la bailaora. Así, y aparte de la fotógrafa Colita, que según Curao “plasma de manera extraordinaria el último verano de vida de la artista en su Begur natal”, el periodista ha entrevistado a gente como Luisa Triana, una persona que “vivió muy de cerca todo el proceso de transformación de Carmen y que nos ha recibido en su casa ofreciéndonos todo tipo de detalles”.
la etapa americana
“Esa parte americana de Carmen, pues estuvo allí muchos años, -apunta el periodista- es a la que nos ha acercado Luisa, al igual que a todo lo relacionado con Sabicas”.
Cuenta la historia que fue su padre, Antonio Triana, quien, bajo las directrices del famoso Sol Hurok, perfeccionó “la concepción del baile de la artista, introduciéndola en el clásico español y el manejo de las castañuelas”. “Hurok -continúa Curao-, reconocido agente de artistas como Maria Callas, Rostropovich o Andrés Segovia, veía en Carmen un diamante en bruto, pero al que le faltaba pulir ciertos detalles para presentarla en el famoso Carnegie Hall, donde posteriormente triunfaría”.
Su periplo al otro lado del charco lo intenta resumir con detalles como “los dos años que estuvo actuando en el Teatro Maravillas de Buenos Aires, todo un hito”, o su paso por el Hollywood Bowl o el Alvin Theatre de Broadway. “Cualquiera no actuaba en Broadway, y ahí radica la dimensión de Carmen como artista”.
A lo largo del performance, Curao también incide en el lado más personal de la bailaora. “Era todo corazón”, apunta, y “en torno a su persona vivía una familia entera”.
Cuentan que en su debut en Nueva York en 1941, Carmen contaba en el escenario con su padre, José Amaya ‘El Chino’, su hermano Paco Amaya, su tío Sebastián Manzano ‘El Pelao’, Sabicas, y sus hermanas Antonia y Leo, que hacían los coros, las palmas y, posteriormente, fueron cobrando protagonismo con sus propios bailes. Además de ellos estaban en Estados Unidos su madre Micaela, sus dos hermanos pequeños Antonio y María, y los hijos pequeños de su hermano Paco, Diego y Curro.
“Ella lo pagaba todo y tenía asumido ese rol sin importarle lo más mínimo. Era muy generosa”, destaca Curao.
las anécdotas
Son muchas las anécdotas que rodean la vida artística y personal de Carmen Amaya, según explica Manuel Curao. Algunas de ellas quedan reflejadas en el espectáculo, entre ellas la de su faceta de matriarca de familia o su encuentro con el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt. Porque aquella gitana del barrio de Somorrostro arrastraba con una tropa de casi quince personas por hoteles de las ciudades por donde pisaba. “Todos los días su madre era la encargada de hacer un guiso en el hotel para toda la familia. Un día se pasaron y asaron sardinas, algo que le costó ser expulsados del hotel”, comenta el periodista.
Entre las anécdotas, Curao se detiene también en una de las más famosas, la protagonizada con el presidente Roosevelt en la Casa Blanca. “Allí, y tras quedar asombrado con su baile, le regaló una chaqueta bolera con incrustraciones de brillantes, que nada más salir repartió a jirones con el resto del grupo”.
Otra situación significativa tuvo lugar tras ser contratada por Sol Hurok, que al no verla preparada en determinados aspectos la envía a actuar, junto a Antonio Triana, al Cabaret Beach Comber de Nueva York. “Estuvo seis meses en aquel cabaret, por donde pasaban actores como Fred Astaire o Greta Garbo. Tal fue la afluencia de público que el dueño multiplicó por cuatro el valor de las consumiciones y tuvieron que cambiar la moqueta de entrada cuatro veces”.
carmen y el cine
Dentro de la cuantiosa vida artística de Carmen Amaya encontramos su relación con el cine. Aquí, Curao también se detiene al entender que “gracias al cine hemos tenido mucho más conocimiento del baile de Carmen. Ha sido la artista flamenca que más películas ha grabado, un total de 20”. Entre ellas, ‘Los Tarantos’, grabada en 1963 y que la bailaora no pudo llegar a ver terminada.
charla-espectáculo
El performance en sí se ha dividido en varias partes, que están hilvanadas por un hilo conductor que lleva a cabo Manuel Curao. “Evidentemente, tenemos que introducir muchos datos biográficos, aunque sin abusar porque luego este tipo de cosas aburren al público. Para evitar eso el espectáculo lleva muchas proyecciones, de recortes de prensa, ilustraciones y libros, y recorre distintas etapas de la artista. El toque distinto lo aporta Mercedes Ruiz, que hará cuatro bailes, entre ellos la farruca que Carmen bailaba al son de la guitarra de Sabicas, y que interpretarán Santiago Lara y El Londro, al cante”, comenta Curao.
Dentro de las particularidades del montaje aparece otro dato que pone de manifiesto “lo polifacética que era Carmen, y es que Carmen cantaba. Hemos visto todo tipo de propuestas sobre la artista pero nunca se ha bailado con un cante de Carmen, que es lo que vamos a hacer. Mercedes bailará (un garrotín) con la voz de fondo de la artista”, una aportación cuanto menos original.
Mercedes Ruiz se siente “orgullosa de recordar a Carmen”, de la que destaca “la diversidad de su baile. Eso es lo que intentaremos representar, porque era inmensa con bata de cola, con pantalón o haciendo el Embrujo del fandango con la orquesta”.
“Está claro-apunta la joven bailaora- que es imposible acercarse a lo que ha dado Carmen, pero lo vamos a hacer con el máximo respeto. Lo importante es eso, por eso llevo tiempo metida de lleno en el espectáculo”, asegura.
La idea de Curao es que la performance en sí “la podamos llevar a otros escenarios porque hemos hecho un trabajo importante y sería una pena que se quedase sólo ahí. Espero que tenga una vida amplia y se pueda recordar a Carmen”.
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