'Ceramic Affair', la firma de la jerezana Maribel García que mezcla la cerámica japonesa con la del sur de Francia

"Hago piezas que la gente usa todos los días en su casa", declara la artesana jerezana

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Maribel, ceramista, en el taller de su casa.
Maribel, ceramista, en el taller de su casa. / Manuel Aranda
M. Valero

16 de octubre 2023 - 06:20

Maribel García Pérez estudió Filosofía pero desde que era una niña sentía pasión por las manualidades. Disfrutaba trabajando con las manos, dibujando, trasplantando flores, recortando... Hace unos años, cuando su hijo era pequeño le compró una pella de barro para el colegio y ¡boom! "Estuvimos en casa haciendo una cajita y me entusiasmé. Mientras estaba trabajando el barro me olvidé del mundo. Me encantó, me relajó y cuando terminé la cajita que hice me quedé pensando que me había encantado y se me quedó ahí. Al poco tiempo contacté con una amiga ceramista de hace muchos años, 'Tetera de madera', que tiene su taller en Sevilla, y me aconsejó dónde podía comprar barro, qué hacer... Fue muy amable y comenzó a compartir conmigo muchos trucos", relata Maribel.

Empezó así a realizar sus primeras piezas en el salón de su casa, sin torno y alquilando un horno en Jerez: "Cada vez que tenía un hueco me ponía con la cerámica. Estuve un tiempo totalmente autodidacta, con vídeos de Youtube y practicando mucho".

Así estuvo dos años. De la mesa del salón se pasó a una habitación y a los dos años le picó la curiosidad de practicar con el torno y llegó "afortunadamente" al taller Tierra Viva. "Allí he encontrado a una gran maestra ceramista, Heyssel. Hoy en día tengo mi taller en mi casa con mi horno, mi torno, mi mesa para esmaltar... y una vez a la semana voy al taller de Tierra Viva y aprendo de mi maestra y mis compañeras", declara la jerezana.

"Cuando llevas un año practicando en casa a diario llega un momento en el que haces piezas que gustan. Las que hice al principio me las quedaba, las regalaba, pero quería que llegaran a más personas. Un día en el mercadillo de los Toruños (el tercer domingo del mes), pregunté si podía participar y desde hace año y medio voy allí", cuenta Maribel, cuya firma es Ceramic Affair.

"Me gusta que haya un equilibrio entre la calidad de la pieza, los materiales, la ejecución, que no pesen mucho y que se vean que están hechas a mano, me gustan las piezas irregulares. Me gusta que se vea que son artesanales, que tengan las marcas de la artesanía", confiesa la ceramista. Maribel baila entre muchos estilos, mezclando tendencias que hacen finalmente salir su sello: "Uno lo contemporáneo con lo vintage, me encanta la cerámica japonesa, la del sur de Francia y la nórdica... Todo eso lo mezclo en mi cabeza y sale lo que sale (risas). Creo que mis piezas tienen un aire moderno pero a la vez te pueden recordar a vajillas más antiguas. Y por supuesto me encanta la cerámica utilitaria, no soy una ceramista de hacer esculturas... Hago piezas que la gente usa todos los días en su casa".

La artesana jerezana en el taller de su casa.
La artesana jerezana en el taller de su casa. / Manuel Aranda

Para Maribel la cerámica es sinónimo de disfrute, de relajación. La hace sin presiones y por ello reconoce que "me gustaría poder dedicarme más pero sin que entre el factor estrés en la ecuación".

"No entiendo cómo no se vuelve todo el mundo loco con la cerámica. Una vez que tocas el barro... Es un material que relaja y el proceso es muy bonito, requiere paciencia y los resultados son muy sorprendentes. Es una sensación tan mágica que entiendo que haya un boom", reconoce la artesana jerezana, que sigue disfrutando manchándose las manos como cuando era una niña.

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