Esta mañana los operarios del departamento municipal de Infraestructuras comenzaron a trabajar en las obras que permitirán que la céntrica calle Porvera se convierta en una vía con doble sentido de circulación para los autobuses urbanos. La iniciativa municipal tiene por objetivo agilizar el transporte público.

Según pudo saber este medio, las obras que prolongarán hasta el próximo día 12, jornada en la que el cambio de circulación se hará efectivo. Para separar el tráfico de los turismos del autobús que circulará en sentido contrario se levantará una barrera de pilonas de plástico que impedirán que los coches puedan irrumpir en el carril bus. El proyecto ha levantado numerosas dudas entre los profesionales de la Policía Local, caso por ejemplo del portavoz del Sindicato Independiente de Policía (central mayoritaria en el 092), José Manuel Tundidor, quien ayer mismo mostraba sus sospechas de que la vía puede ver agudizados los problemas de colapso circulatorio que la afectan normalmente, si bien apuntó que "habrá que esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos, aunque doy por seguro que los agentes municipales vamos a tener mucho pero que mucho trabajo a partir del día 12".

Uno de los extremos que menos ha gustado a los comerciantes de la calle Porvera es el hecho de que se pierdan numerosas plazas de aparcamiento, como es el caso de aquellas que se ubican desde el inicio de la vía (a la altura de la Iglesia de la Victoria) hasta el ensanche del bar 'Al Fili-La Muralla'. Todos esos aparcamientos serán eliminados mientras que los existentes desde allí hasta la Alameda Cristina serán cambiados de acera. Es decir, si en la actualidad se puede aparcar a la izquierda según el sentido de la circulación, a partir del día 12 se estacionará a la derecha. Lo que se persigue a la hora de cambiar los estacionamientos de lado es, como se puede comprobar, que la circulación sea lo más recta posible, evitándose de esta forma el giro brusco a la derecha que debería realizar el autobús en dirección contraria al llegar a la altura de la calle Escuelas.

Si algo tenían claro ayer los vecinos y hosteleros de la calle Porvera es que el tráfico deberá ser fluido en todo momento ya que si un coche parara aunque fuera unos segundos provocaría una seria retención de tráfico. Los turismos que le precedieran deberían parar de forma obligada ya que el adelantamiento sería imposible al existir la ya referida barrera de pilonas de plástico.

Uno de los puntos que se prevén más problemáticos se ubicará a la altura de la Escuela de San José, donde decenas de padres estacionan sus vehículos (muchos de ellos en doble fila) cuando acuden a recoger a sus hijos del centro educativo al borde de las dos de la tarde.

Ayer, una serie de vallas instaladas por el Ayuntamiento en las zonas de estacionamiento ya advertían a los conductores de la imposibilidad que tendrán a partir de hoy de dejar sus vehículos en esta calle.