Condenado por destrozar a sus vecinos el acceso a sus fincas en Las Pachecas

El acusado, vecino de esta barriada rural, utilizó una simple licencia de limpieza para una acequia para demolerlo · La comunidad llegó a manifestarse contra él en 2008

Condenado por destrozar a sus vecinos el acceso a sus fincas en Las Pachecas
Condenado por destrozar a sus vecinos el acceso a sus fincas en Las Pachecas
Manuel Moure / Jerez

11 de abril 2011 - 01:00

La polémica por el camino rural C-173 ya tiene su primera sentencia judicial tras tres años de peleas vecinales y algún que otro grave incidente con agresiones de por medio. Como se recordará, las disputas en torno a este acceso, un vial de tierra que bordea una acequia, ha dado lugar a numerosos enfrentamientos en la barriada rural de Las Pachecas, algunos de ellos realmente graves.

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 3 de Jerez, José Ignacio Barangua, ha condenado a uno de los vecinos a fuertes multas por hacer algo tan descabellado como destrozarle a sus vecinos los accesos de sus viviendas. Todo con la presunta excusa de limpiar una acequia. Tal y como suena. Los referidos hechos depararon una condena por un delito continuado de daños y otra por coacciones. Por el primero de ellos, el acusado, José L. D. deberá abonar 1.130 euros en concepto de indemnización a los dos vecinos a los que dejó sin accesos, además de 18 meses de multa a razón de 6 euros diarios por las referidas coacciones (3.240 euros en total). A todo ello se unirá el pago de las dos terceras partes de las costas procesales, que rondarán los 1.200 euros. Cabe destacar que en la sentencia no se considera punible una solicitud de condena realizada por la acusación particular en torno al quebrantamiento de una orden de alejamiento que tienen el acusado y otro vecino.

Los hechos ahora sentenciados destacan que el 5 de agosto de 2008 el acusado contrató los servicios de una retroexcavadora para limpiar una acequia. Para ello contaba con una licencia municipal de limpieza. Fue entonces cuando ordenó al operario que hiciese una zanja de un metro de profundidad en la entrada del inmueble propiedad de uno de los vecinos, "arrancando el hormigón y los tubos de canalización del agua" así como la infraestructura de cemento que permite el acceso a dicha finca sobre la acequia. Acto seguido colocó un alambre de espinos para cortar la entrada. Estos daños fueron valorados en 330 euros. Acto seguido ordenó al operario de la retroexcavadora que levantara el terreno, el hormigón y la tubería soterrada que da acceso a los contadores de la comunidad de propietarios. Para terminar, ordenó destrozar el acceso a la finca de otro vecino de igual forma: destrozando el 'puentecillo' de hormigón que sirve para sobrepasar la acequia. Tan sólo la llegada de la Guardia Civil consiguió que José L. D. desistiera de su actitud.

La explicación que da la sentencia a esta actuación destructiva es la siguiente: "Con estas acciones el acusado pretendía impedir el paso a estas fincas por el vial C-173 y la entrada a estas propiedades, ya que considera que estas parcelas tienen su acceso por otro camino sin que se puedan realizarse obras, como las que estaba demoliendo, sobre la acequia propiedad de la Comunidad de Regantes al no contar con su autorización". Según la sentencia, que ha supuesto una alegría para buena parte de los propietarios de Las Pachecas, el acusado consideraba que su acción estaba amparada por un permiso de limpieza de acequia otorgado por la Comunidad de Regantes, si bien dicha licencia le obligaba a no afectar a las parcelas colindantes.

El propio director de la Comunidad, Manuel Reina, precisó que dicha acequia hace ya 20 años que no está en uso y puntualizó que "lo que arrancó el acusado es una instalación fija que no se puede arrancar". Por su parte, el por entonces presidente de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín, Pablo Ruiz Carmona, ratificó lo dicho por Manuel Reina y añadió además que las autorizaciones se dan "cuando hay agua corriente en los tramos", algo que no sucede en el referido. Igualmente, el presidente explicó que limpiar una acequia consiste en quitar maleza y forraje, "no estando contemplado en esas labores de limpieza levantar el hormigón o arrancar tuberías". Además, en la sentencia se incide que el acusado, José L. D., era conocedor de todos estos extremos al tratarse de un agricultor "profesional". Para el Juzgado de lo Penal número 3, lo que hace el acusado es "tomarse la justicia por su mano" "valiéndose de una simple licencia para limpiar acequias y, usarla, para cortar el paso a las fincas".

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