Este conocido autor sevillano presentará el 9 de febrero a las 20,30 horas en Sala Compañía su último trabajo dedicado a la vida y la obra de Ortega Bru. Luque Teruel es autor del primer trabajo recopilatorio de la obra que Rodríguez Ojeda realizó para la hermandad de la Macarena. Es doctor en Historia del Arte y profesor de Historia del Arte.

-En su amplia trayectoria como investigador y escritor, llega ahora con una obra dedicada a Ortega Brú ¿Por qué?

-Luis Ortega Bru ofrecía un enorme atractivo para la investigación debido a que, pese a la popularidad proporcionada por los misterios e imágenes procesionales, la mayor parte de su obra permanecía inédita, incluyendo ésta esculturas abstractas, figurativas vanguardistas, figurativas realistas, imágenes religiosas, y pinturas y dibujos con técnicas mixtas, muy singulares. Sólo tenía un libro dedicado y en éste no aparecía ninguna de esas obras, y eso que superan las seiscientas. En definitiva, se trata de un artista, escultor y pintor, de primer nivel, prácticamente inédito, por eso me impliqué en la investigación que culminó con la publicación de estos libros.

-¿Qué papel le adjudica a la relación del imaginero con Jerez?

-La relación de Ortega Bru con la ciudad de Jerez de la Frontera fue muy importante y trascendental en su evolución como artista. Hay que distinguir dos niveles distintos en esa relación, primero los encargos que recibió desde esta ciudad a finales de los años cincuenta, cuando estaba establecido en Madrid, entre éstos el misterio del Descendimiento, un grupo excepcional con el que consiguió el reconocimiento internacional en una exposición celebrada en la Biblioteca Nacional de Madrid; después, como consecuencia del enorme éxito de esos encargos, las obras que realizó en un taller en la propia Jerez, que alternó con el de Madrid a finales de los años sesenta, en un caso singular por cuanto suponía tener dos talleres abiertos y con amplia producción en ambas ciudades. En esa época realizó otra obra fundamental, el misterio de la Sagrada Cena, y fue protagonista de exposiciones individuales muy elogiadas en ambas ciudades.

-La Cena y El Descendimiento de Jerez ¿Qué nos puede decir de ellas?

-El misterio del Descendimiento es una obra maestra de la escultura española contemporánea. Realizado en 1957, señala la plenitud creativa de Ortega Bru, en la que confluyen lo mejor del realismo, incluida la peculiar admiración por Miguel Ángel, la fuerza expresionista derivada de Baldomero Romero Ressendi y las vanguardias alemanas aplicadas a éste, y las tendencias vanguardistas parisinas más avanzadas y próximas a la abstracción, como se aprecia en los volúmenes virtuales, planteados en negativo mediante aristas a modo de siluetas y contrasiluetas. La creatividad, la monumentalidad, la fuerza expresiva y la actualidad vanguardista del discurso lo confirman como una obra excepcional. El misterio de la Sagrada Cena es una obra de madurez y una lección magistral de escultura. Lo realizó diez años después, en 1967. En esta ocasión se decantó por el énfasis de los elementos realistas, dotados con el impacto monumental de la referencia de Miguel Ángel y la fuerza de las connotaciones expresionistas. Está entre las mejores obras de Ortega Bru. El Cristo de la Sagrada Cena fue una inspirada creación que sirvió como modelo para la amplia serie de su última época, por lo tanto, fue el precedente directo de los Cristos del Soberano Poder de Sevilla, Pasión de Málaga y Desprecio de Herodes de Córdoba. El apostolado fue también la referencia directa para el de Sevilla.

-¿Dónde sitúa este trabajo entre las más de una docena de libros que ha publicado?

-Ha sido un trabajo muy importante para mí, por diversos motivos: la importancia del artista, la excepcional capacidad creativa de éste, la belleza de sus obras, el estudio de su personalidad artística y las etapas y estilos asociados, y la impecable publicación de la Editorial Tartessos, con acabado y numerosas fotografías de un nivel excepcional.

-625 obras es la producción documentada de Bru ¿Estamos ante un genio dotado de grandes peculiaridades?

-Por supuesto, Luis Ortega Bru fue un genio peculiar. Su personalidad artística fue muy acusada y, sin embargo, su obra muestra una gran capacidad para fluctuar entre distintos conceptos implícitos, circunstancia que le proporcionó una gran variedad dentro de unos parámetros en principio muy definidos. Fue un artista complejo, cuya obra entra por la vista y con la misma intensidad es preciso pensarla para acceder a su verdadera naturaleza.

-¿Está satisfecho con la gran acogida que ha tenido su anterior obra sobre el diseñador y bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda?

-Muy satisfecho, tanto los medios como el público se han volcado desde el principio. Rodríguez Ojeda fue otro artista excepcional y para mí ha sido muy importante esa reacción tan positiva.