EL CAMPERO

Desesperados con eltemporal

  • Lluvia y viento afectan a la producción, celo, partos e incluso llega a cobrarse las vidas del ganado ovino, caprino y bovino

La historia de este temporal no tiene fin y sus daños van extendiéndose como una tela de araña por todos los sectores aunque, sin duda, el más damnificado es el agropecuario. No es la primera vez que esta página se dedica a glosar los perjuicios del temporal de lluvia y viento pero es que los estragos son tantos y tan cuantiosos que el campo necesita gritar en voz alta cuán lastimoso está siendo este primer trimestre del año, iniciado con muy mal pie por los camperos.

Si ya se han planteado los daños generales en explotaciones agrarias y en la cinegética ahora es el turno de la ganadería extensiva, la diana de estas lluvias.

Los daños son generalizados y los ganaderos aportan sus conclusiones de forma unánime; el temporal no sólo ha dañado las instalaciones e infraestructuras sino que además se ha cebado con los animales que están en extensivo -porque tienen el pasto bajo agua, mueren de enfermedades relacionadas con la exposición al mal tiempo, etc.

No hay quien se libre

La ganadería vacuna está atravesando un momento duro y los ganaderos, ante la imposibilidad de que los animales pasten a su libre albedrío porque todo está inundado, se ven obligados a dar pienso a las bestias, con un incremento de coste que ronda los dos euros por vaca y día. A este hecho hay que sumar los problemas logísticos que encuentran los propietarios para acceder a una ganadería que vive en extensivo, al aire libre y, por tanto, a veces están en zonas a las que es imposible acceder porque se han quedado sitiadas con las lluvias. Cada día es una aventura para estos ganaderos que se afanan en cuidar a sus reses y se ven impotentes porque no pueden ni acercarse a ellas. Al problema de la comida se añade que no están "saliendo a celo", es decir, que no están acercándose a los machos para aparearse porque, según los camperos, el tiempo no acompaña a este tipo de actividades y les quita las ganas de relacionarse con el sexo opuesto, con la que está cayendo. Por supuesto, se están registrando bajas en las crías porque nacen en pleno temporal y se ahogan, en adultos por enfermedades y ahogamientos tras quedarse atrapados en el barro, ...

Respecto al sector caprino las expectativas no son mejores. Ya dice el refrán: "Más vale cuerno helado que mojado" y la razón se relaciona con el perjuicio que produce el agua en estos animales, especialmente sensibles a los castigos de la lluvia. La producción de leche baja, los cabritos cogen enfriamientos y muchos mueren de pulmonía y es que, como apunta Rodrigo Mangana, representante del sector ovino-caprino de Asaja-Cádiz, "las cabras no quieren agua ni en verano".

Las ovejas siguen el mismo camino que las cabras y encima están en tiempo de partos con lo que muchas están muriendo nada más ver la luz porque nacen en charcos, se pierden o están en lugares impracticables, sin comida y sin refugio en el que guarecerse. Además lo más pequeños tratan de seguir a las madres y acompañarlas y, por su debilidad, se ven arrastrados por las escorrentías y los arroyos. Incluso se está volviendo a ver en la sierra de Cádiz estampas de otros tiempos como la recogida en burro de la leche de cabra. Los todoterrenos no pueden acceder a las fincas y son los burros y las mulas los que tienen que acudir para transportar la leche.

En definitiva, los ganaderos se ven impotentes ante la cara cruel que el temporal está mostrando en la provincia de Cádiz. Está incrementando los costes de producción a cotas inasumibles; se está cobrando la vida de muchas reses y, con ello, está minando el ánimo de los ganaderos que ven peligrar seriamente su modus vivendi.

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