División en la disciplina de Acoso y Derribo
La página ecuestre
Los deportistas no consiguen unificar criterios para modificar ante la Federación Hípica Española un reglamento deportivo que está algo anticuado
El Acoso y Derribo está dividido. La disciplina basa su juego en unas normas que se redactaron hace décadas y que exigen una revisión para adaptarlas a los tiempos que corren. Y a partir de aquí se extiende una grieta que mantiene separada a la afición. Tradición versus modernidad. Toda la familia del Acoso y Derribo mantiene que la disciplina se practica bajo el paraguas de una normativa algo rancia pero en cambio no hay unanimidad a la hora de abordar los puntos más controvertidos. Recientemente, garrochistas de toda España representados en diferentes asociaciones, entre ellas la de Castilla y León, El Rocío o Sevilla, se sentaron junto a los responsables de Acoso y Derribo de la Federación Hípica Española para intentar llegar a un acuerdo, a fin de mejorar la situación actual de la disciplina. El caso es que el cónclave acabó mal. Vamos, que no hubo acuerdo para modificar el reglamento de Acoso y Derribo. Y no lo hubo porque ambas posturas (garrochistas y Federación) se encuentran de frente en unos pocos puntos, como es el uso del asa de seguridad de la montura, de martingalas o de protectores.
Los deportistas han definido la actitud del responsable de la Federación Hípica Española, Joaquín Medina, a la postre presidente de la Federación Andaluza de Hípica, de "cacicada", al entender que no modifica el reglamento porque, entre otras cosas, "no se le apoyó en su candidatura a la presidencia del organismo hípico andaluz". Y lo han hecho a través de una carta dirigida a los medios especializados en la que, en líneas generales, dejan en bastante mal lugar a Joaquín Medina. "La actitud, así como las formas y el fondo de todo lo que manifestó el presidente de la Federación Hípica Andaluza en la reciente reunión reflejaron en todo momento un autoritarismo y un sectarismo totalmente fuera de lugar. Por un lado, en ningún momento se reconoció la delicada situación en la que se encuentra la disciplina de Acoso y Derribo y que es el origen de todo lo acontecido; por otro lado, se trató de minimizar la importancia y el peso del colectivo allí representado a través de la práctica totalidad de las asociaciones de toda España, así como la rotundidad del apoyo al documento aprobado en las asociaciones".
Según estas asociaciones de garrochistas, Joaquín Medina restó importancia a la situación actual de este deporte y adoptó una actitud de superioridad otorgada por su cargo. "A pesar de su autoproclamada falta absoluta de conocimiento de lo que es esta disciplina, el señor Medina no dudó en echar por tierra parte importante del documento con el único argumento de que su asesor en la materia no estaba de acuerdo, e incluso amenazó con imponer de forma unilateral criterios claramente contrarios a lo que es la esencia de esta disciplina si las posturas no se acercaban a las defendidas por este asesor (el vocal andaluz de Acoso). Como colofón, justificó expresamente su actitud por la falta de apoyo que en su día la Asociación de Garrochistas de Sevilla dio a su candidatura a la presidencia a la Federación Andaluza de Hípica".
Nada de lo redactado en el escrito coincide con la versión dada ayer a este periódico por Joaquín Medina. El presidente de la Federación Hípica Andaluza negó tajantemente haber impuesto su voluntad en el reciente encuentro con los garrochistas y explicó que para que pueda modificarse el reglamento de Acoso debe haber unanimidad por parte de la comisión delegada encargada de redactar las normas deportivas de las disciplinas hípicas dentro de la Federación Hípica Española. "Lo que ocurre es que hay una corriente que opina que el asa de la montura es algo nuevo y que es antirreglamentario porque no es un elemento vaquero y otra que piensa que es una herramienta que aporta seguridad sobre el caballo. Yo creo que la seguridad debe estar por encima de la tradición en este caso. También hay otros puntos de desencuentro, como es el uso de determinados colores para los protectores de los caballos, de los guantes o de martingalas, que hacen que se tenga más gobierno sobre el caballo", explicó Medina.
Pero al margen de los desencuentros fuera de las pistas, la afición no olvida la cita que este deporte tiene con Jerez en los próximos días, coincidiendo con la celebración de la Feria del Caballo. Una vez más, el corredero de Vicos abrirá sus puertas para disputar el concurso nacional de Acoso y Derribo.
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