Jerez

Editorial: Tras la primera derrota del gobierno local

EL pleno del Ayuntamiento de Jerez rechazó ayer la propuesta presentada por el equipo de gobierno del PSOE para solicitar al Ministerio de Hacienda un anticipo de 49 millones de euros de los ingresos que corresponden al municipio procedentes del Estado. Se trata de la primera gran derrota del gobierno que preside Mamen Sánchez desde que llegó a la Alcaldía gracias a un acuerdo de investidura con Ganemos e Izquierda Unida, grupos que ayer se abstuvieron al considerar que la propuesta no estaba suficientemente justificada. La no aprobación de la medida, más allá de su importancia en el terreno económico, tiene un alto valor político y se presta a muchos análisis sobre la capacidad de movimientos y de gestión con la que cuenta el actual gobierno municipal, formado tan sólo por siete concejales de una Corporación de veintisiete. La petición de ese adelanto de los ingresos estatales, que habría de devolverse en diez años, era una medida necesaria, pues hay muchos proveedores que necesitan cobrar del Ayuntamiento y ese dinero se iba a destinar a ello. Pero también ha sido una medida precipitada, pues no ha llegado consensuada con el resto de fuerzas políticas ni tampoco acompañada de un estudio que explique en qué ajustes municipales se hubiese sostenido de llevarse a cabo. La historia reciente de Jerez demuestra que no hay que precipitarse en las medidas económicas que conllevan ajustes, por muy necesarios que éstos sean. El gobierno de Sánchez tiene por delante la difícil tarea de gobernar en minoría en tiempos revueltos políticamente y con unas elecciones generales a final de año. En la política de gestos y decisiones de calado político o ideológico está encontrando aliados en las fuerzas de la izquierda pero en el terreno económico y en asuntos de gran calado no lo está teniendo tan fácil, moviéndose entre la conveniencia de contentar a sus 'socios' (que no han querido entrar en el gobierno y esperarán al resultado de los comicios nacionales) y la de no espantar a sus votantes de corte más moderado. En este ejercicio de funambulismo veremos todavía durante un tiempo al gobierno municipal, atrapado entre sus aliados y un Partido Popular que fue el más votado en las elecciones y que no parece dispuesto a darle oxígeno; lo demostró ayer rechazando una medida promovida, precisamente, por el Gobierno central. La estabilidad política que necesita Jerez parece estar todavía lejos y eso es una mala noticia para unos ciudadanos cansados de vaivenes y enfrentamientos que son los que han llevado a la delicada situación actual.

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