Representación consular norteamericana en Jerez
EL REBUSCO
De finales del XIX a principios del XX
De William Wirt Wysor se conserva su correspondencia personal
Cuando a partir del siglo XIX se incrementa a gran escala el comercio del vino del Marco de Jerez la representación consular en nuestra ciudad adquiere una mayor importancia, en consonancia con la actividad de compañías y personas extranjeras que actuaban en la misma y, por extensión, para la defensa de sus intereses y la intermediación de conflictos llegado el caso.
En las Guías Oficiales de Jerez de la segunda mitad del XIX y primera década del siglo XX se puede apreciar el número de ellas, muchas veces ostentadas por bodegueros: Gran Bretaña, Imperio de Alemania, Imperio Austria-Hungría, Imperio de Rusia, Imperio de Turquía, Reino de Italia, República francesa, Reino Suecia y Noruega, Reino de Dinamarca, Reino de Portugal, Imperio del Brasil, Estados Unidos Mexicanos, Argentina, Honduras, República Dominicana, Chile, Costa Rica, Paraguay, Salvador, Guatemala, Nicaragua, Bolivia, Uruguay, Venezuela y Colombia.
De Cádiz a Jerez
Respecto a la joven nación norteamericana de los Estados Unidos decir lo expuesto por la profesora de la UCA, Guadalupe Carrasco-González, en su trabajo Importaciones y comercialización de los vinos del Marco de Jerez en Estados Unidos (1791-1824): ‘A finales del siglo XVIII y en las décadas iniciales del siglo XIX las exportaciones de vinos del Marco de Jerez se dirigieron sobre todo al mercado británico y colonial, pero también al antiguo territorio de las Trece Colonias ahora independientes, que se convirtió en un importante consumidor’.
Cádiz y Bilbao fueron los primeros consulados registrados y nombrados por Estados Unidos en España. Sin embargo, ‘apenas eran un puñado de norteamericanos residentes en Cádiz. La mayoría de los negocios de estadounidenses eran administrados por comerciantes británicos’.
El primer cónsul que Thomas Jefferson nombra en Cádiz fue, según recoge un documento del Archivo Histórico Provincial, Richard Harrison, en 1790.
La misma historiadora, esta vez en su artículo La Delegación Consular de los Estados Unidos en España. La oficina consular de Cádiz a principios del siglo XIX, indica que: ‘El distrito de Cádiz se extendía según Joseph Iznardi ‘desde la frontera con Portugal a Gibraltar: 60 millas al W y 48 millas al E, incluyendo Ceuta en África”. Incluía, por tanto, las ciudades de Cádiz, El Puerto de Santa María, Sanlúcar y Algeciras. Además de estas ciudades, dependían también del consulado de Cádiz, la ciudad de Sevilla, donde J. Iznardi nombró como vicecónsul a Patrick Wiseman, Ayamonte, donde eligió como agente a Andrés Serrano,...’.
Resulta paradójico que de Jerez no se haga mención alguna, y eso que otra investigadora, Gloria Espigado Tocino, en Exportación y fraude en el comercio del vino: Los informes del cónsul norteamericano en Cádiz (1866-1867), publicado en la Revista de Historia Jerez (nº 1, de 1995), trate precisamente ‘de las pautas y los modos de comportamiento de un delegado consular’ que a punto estará de arruinar los importantes negocios que los vinateros españoles mantenían con casas de los EE.UU.
Concretamente Mr. R.F.Farrell, el diplomático norteamericano enviado por su país a Cádiz en enero de 1866, al comienzo del gran “boom” exportador de la década 1867-1877.
De cónsules, vicecónsules y agentes consulares
La representación diplomática americana en Jerez llegó algo tarde, hacia finales del XIX. Una circunstancia que no sabemos explicar adecuadamente si tenemos en cuenta los hechos antes expuestos.
El primer agente consular en el cargo fue el destacado bodeguero inglés Richard E. Davies, en 1882, al que seguiría R. D. Macpherson, en 1884.
Del que si tenemos constancia de su nacionalidad americana es de J. August Hall y Nichols.
Este nuevo agente, ya como vicecónsul, había nacido en Augusta (Maine), el 25 de mayo de 1849, casado con la gibraltareña María Parker Rodríguez. Se instaló en Jerez hacia 1880.
En el diario El Orden, de fecha 20 de abril de 1893 apareció un breve en el que comunicaba que ‘por ausencia de D. Augusto Hall se ha encargado de la Agencia Consular de los Estados Unidos en Jerez el Sr. Harry Arrowsmith.
Para sustituirlo fue enviado William Wirt Wysor, ejerciendo su cargo desde enero desde 1894 hasta 1897, en vísperas de la guerra que enfrentó a los dos países.
Pasado unos años de acabada la guerra, se designó a Milton M. Price para el corto periodo de los años de 1904 y1905, así como Milton Murat en 1906, y la única mujer, en 1907-1908, Hilary S. Brunot.
De ella hay una breve relación sobre el comercio de productos de la zona con su país en Commercial Relations of United States with Foreing Countries (1907).
Le sustituyó Percival Gasset, veterano de la guerra hispanoamericana, que fue cónsul entre 1908 y 1912.
Su nombre aparece en un documento sobre semillas y plantas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Para ellos realizó un informe en 1912 sobre las características y propiedades de la planta sulla (spanish wild clover), que proliferaba en la campiña de esta zona de Jerez.
En ese periodo, el inglés John Pickett Marks, del que hablaremos más adelante, como agente consular.
Los tres últimos designados fueron William Roderick Dorsey, vicecónsul en el periodo 1912-1914, Paul Hadley Foster. cónsul desde 1914 hasta 1916.
Finalmente, Albert H. Fernández vicecónsul adjunto en los años 1911 al 1914, y vicecónsul con el que puede considerarse el último cónsul de esta lista Paul H. Foster, en 1915.
Para ampliar datos de sus biografías se puede consultar en internet Register of the Department os State, de 1917.
William Wirt Wysor y sus cartas
Es de William Wirt Wysor, el agente consular de Estados Unidos de América en Jerez entre 1894 y 1897 del que tenemos más información.
Gracias a la información aportada en el libro publicado en 1938, y titulado de una forma tan sugerente como ‘Old Sherry: Portrait of a Virginia Family’, que disponemos de una documentación excepcional.
En esta curiosa obra, no traducida al castellano, el profesor Frank Joseph Klingberg recopila las 117 cartas que Wirt Wysor envió desde Jerez y Cádiz a parientes y amigos en el periodo comprendido entre diciembre de 1893 y enero de 1897.
Wysor fue nombrado agente consular para Cádiz y Jerez con responsabilidades de vicecónsul durante la administración de Stephen Grover Cleveland, cuando ejercía su segundo mandato presidencial.
En las misivas se muestra el autor como una persona culta y sensible, además de religiosa, respetuosa con las costumbres católicas tan diferente a las suyas. Asistiendo a los servicios impartidos por los reverendos Mr. Jones y Mr. Blanco, bien en la iglesia inglesa destinada a los protestantes o bien en la capilla del Palacio del Recreo de las Cadenas, donde vivía el inglés Walter J. Buck.
Según Klingberg era un hombre con encanto, ingenio y expresión jovial (’...he had charm, wit, and liveliness of expression’) y de aspecto físico alto y delgado, aunque de salud delicada.
Sus actividades de funcionario consular las reparte entre Cádiz y Jerez, pero se instala en esta última, en el hotel-restaurante Los Cisnes, en el número 21 de la Calle Larga, regentado por Blas Gil López, ya que según él: ‘Jerez is a large open town surrounded by a beautiful country and much more desirable as a place of residence than Cádiz’.
Wysor será un observador atento de las costumbres y tradiciones locales participando de la vida social de la ciudad en los lugares donde se reúne con la colonia extranjera, sobre todo la inglesa vinculada al comercio vinatero (Williams, McKenzie, Warter, Buck, Garvey, o Gordon), y con otros representantes consulares acreditados en la zona, como Seymour Davies, cónsul inglés en Jerez, o Caldwell, cónsul americano en Sevilla.
Cuando el lector jerezano lee ciertos párrafos siente una especial emoción imaginando a este rubio americano, solo, lejos de su querida y añorada tierra escribiendo sus misivas en las frías noches de diciembre, calentado por su abrigo y unas buenas copas de jerez: ‘The nights continue quite cool and I am now writing with my overcoat on, although I have plenty of good old sherry in my closet to ‘warm’ me up’.
Wirt Wysor nació el 24 de septiembre de 1848 en el Estado de Virginia y falleció el 14 de abril de 1897 en el barco que le llevaba, enfermo, de vuelta a su país.
Ingleses representan a los americanos
Al igual que hizo el vinatero inglés, Ricardo Davies en 1882, el comerciante de vinos John (o Juan) Pickett Marks fue el vicecónsul honorario de los Estados Unidos en la ciudad, entre 1909 y 1911, año en el que creemos que falleció.
John P. Marks nació en Londres el 4 de agosto de 1834 y trabajó como comerciante de vinos en Londres. Estaba casado con Juliana Mary Weber y Werner, hija del también comerciante de vinos Alexander Webber.
Se dedicó entonces a exportar a gran escala, no sólo en Jerez, sino también en Oporto, disponiendo de una red de agentes en numerosos países.
Estaba instalado en Jerez desde 1866, con vivienda en calle Guadalete.
Fue un hombre muy activo en el aspecto deportivo, ya que formó parte del primer equipo de ‘foot-ball’ que se creó en la ciudad, y miembro de la directiva del Jockey Club-Carrera de caballos.
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