Empresarios mexicanos consideran que la reforma energética que está impulsando el Gobierno de Enrique Peña va a producir un "cambio para bien" en el país e invitan a los empresarios españoles a "estar atentos, acercarse y aprovecharse de las oportunidades que van a surgir". Asimismo, apuntan a las infraestructuras y al mercado de capitales como otras de las "oportunidades" principales para las empresas españolas.  

Así lo han señalado en el marco del XVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar que se viene desarrollando en Jerez Alejandro Bailleres, director general de GNP (Grupo Bal), y Jerónimo Gerard, presidente de Mexico Retail Properties, que han participado en la mesa redonda 'México: una oportunidad para España'.  

Durante su exposición, Gerard ha señalado que "todo el mundo habla de la crisis" en España y no de lo que ha hecho en los últimos 25 años, que califica de "impresionante". Subrayan que hay unos empresarios "extraordinarios" que han impulsado un importante avance de las empresas, tecnologías y un gobierno corporativo que "tienen que exportar".  

Han destacado la cercanía "natural" entre España y México, país en el que se dan "todos los indicadores correctos para que el país salga adelante", aludiendo, entre otros, a la tasa de crecimiento, inflación controlada, tasa de desempleo bajo y una población que sigue creciendo. Esto supone que cada vez hay más mexicanos que van a consumir y que demandan bienes, servicios, etcétera.  

Añaden el carácter exportador --aseguran que el 60 por ciento de las exportaciones de Latinoamérica salen de México--, las energías y la mano de obra barata y la existencia de una clase media que se está "fortaleciendo" y "aumentando". Así, aluden, por ejemplo, a la continua apertura de centros comerciales en el país mexicano y a la entrada de nuevas marcas de China, europeas y de Estados Unidos con la apertura comercial de México, que "no tiene ya los aranceles de antes". 

Describen que este país en crecimiento tiene un "rezago muy grande" en materia de infraestructuras. Explican que el presidente Peña ha hecho una "apuesta importante" para los próximos seis años en este sentido, tanto que no hay dinero suficiente en el Estado para hacer todos los proyectos de infraestructuras que se pretenden. Esto abre la puerta a la fórmula de colaboración público-privada. Se trata de una industria de "gran tamaño" que España podría aprovechar debido a su "gran experiencia" en dicho campo.  

En la mesa redonda han relatado que en los diez meses que Enrique Peña lleva como presidente ha lanzado la reforma educativa, laboral, un cambio en el ente de telecomunicaciones y de competencia. No obstante, entienden que el reto "más grande" que trae es la reforma energética, que estiman que supondrá "un cambio para bien" para el país si sale adelante. Consideran que pueden surgir "muchas oportunidades" de esa reforma e invitan a las empresas españolas a tomar parte.   

Por otro lado, señalan que en México hay "dinero para invertir", ya que cuenta con un mercado de capitales fuerte al que han acudido ya muchas empresas españolas.  

Cabe señalar que, según señalaba este lunes durante su intervención el presidente de KPMG en España, John Scott, un 27 por ciento de las empresas familiares españolas invertirá en internacionalizarse. De hecho, según un barómetro de la empresa familiar, un 37 por ciento de las empresas ya ha incrementado su presencia en el exterior en el último medio año. 

Entre otros asuntos, los asistentes al congreso han preguntado sobre la seguridad en México y la seguridad jurídica de la inversión extranjera. Reconocen los ponentes que, al igual que otros países, México tiene problemas de seguridad, pero está "muy focalizada en la frontera" y ha sido un asunto "totalmente explotado por la prensa" debido a que el anterior presidente "hizo su monotema de ello y no se habló de otra cosa". Así, asevera Gerard que "no pasa absolutamente nada, México es muy seguro y viene mucha inversión".  

Finalmente, han incidido en la "relación estrecha, muy productiva y que funciona" entre México y España, aseverando que los empresarios españoles "siempre tienen las puertas abiertas", animándoles a prescindir de la figura del intermediario.