Jerez

Estévez insta al sector a evitar que las viñas caigan en la ruina

  • "Nuestro modelo no permite que los productores pierdan dinero. El Marco está equilibrado y el esfuerzo nos toca ahora a nosotros", apunta el presidente del Grupo

José Ramón Estévez, presidente de Grupo Estévez, sostiene que el Marco de Jerez ha llegado a un momento clave que no debe ser desaprovechado, motivo por el que va a promover una acuerdo sectorial para garantizar la continuidad de un negocio, el del vino de Jerez, "que actualmente carece de un modelo de futuro". Según dice, "tras más de dos décadas de crisis el Marco está equilibrado", si bien la corta cosecha de este septiembre ha provocado que haya llegado el momento de luchar por la sostenibilidad de los productores. En pocas palabras, sin uva no hay vino y sin vino no hay bodegas. "Hay que apoyar a los productores". Según manifestó a este medio, "es necesario recuperar cuanto antes la rentabilidad de la viña". Desde el Grupo Estévez se va a trabajar para "que cubran al menos los costes de producción porque a esta empresa no le interesan proveedores que pierdan dinero. Somos conscientes de que los viticultores tienen este año un grave problema y es por ello que ha llegado el momento de cuidarlos. ¿Cómo me voy a empeñar -se preguntó en voz alta- en arruinar a mi proveedor? Debemos recuperar la rentabilidad del viñedo porque si no es así simplemente desaparecerá".

En la actualidad, el Marco tiene un stock de 350.000 botas con una cosecha que en breve aportará a las bodegas 50.000, si bien las salidas son de 85.000. La conclusión es obvia, las reservas en stock van cayendo y la superficie de viñedo es de apenas 7.000 hectáreas.

"A los que no va la 'vida' en esto del vino de Jerez debemos ponernos de acuerdo -dice José Ramón Estévez- y hacer un esfuerzo para acabar con estos 20 años de crisis y diseñar un proyecto a largo plazo". Estévez mantiene que las bodegas del Marco de Jerez "no tienen un proyecto a largo plazo pues sólo se ha pensado en disminuir el stock, los empleados... Ahora tenemos que saber a dónde vamos y tenemos que implicarnos todos. Ahora es el momento", apostilla. Apunta que "es el momento de replantear el futuro", teniendo en cuenta que si el viñista sigue perdiendo dinero "habrá problemas de abastecimiento" ya que estos deben "al menos cubrir los costes de producción". Y más aún tras una cosecha muy corta como la última por la sequía. Para alcanzar un modelo de negocio, "para saber a dónde tenemos que dirigirnos, quienes deben actuar son las empresas, desde las bodegas a los viñistas por pequeños que sean". La solución está en manos de las empresas y los empresarios. Deben intervenir todos los subsectores en la búsqueda de dicho modelo".

Según dice "hay que empezar por la base. El sector productor (la viña) está equilibrado pero tienen un grave problema que es la falta de rentabilidad. Lo primero que tenemos que hacer en este sector es salvar a los productores. Sin uva no hay negocio", proclama no sin antes advertir de que "si se arrancaron viñas fue porque el viticultor no ganaba dinero. Había excedentes, no se tuvo en cuenta al campo, y se planificó mal". El gran fallo del sector fue "apostar por el volumen sin percatarse de que si apuestas así los costes son altos. Llegamos a tener un stock de un millón de botas, no fuimos competitivos y finalmente sobró de todo, tanto vino como uva".

A todo lo descrito se une el hecho de que el vino de Jerez "ha dejado de ser un 'comodity', es decir, ya no es un producto que se encuentre en abundancia y sea de fácil acceso". "Al tratarse de un producto de producción limitada nos vemos obligados a vender sensaciones., que son los mismos motivos por los que tomamos una copa de champagne. El jerez es historia y esa historia no puede quedar enterrada".

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