El sacerdote diocesano Ángel Romero Castellano falleció a primera hora de la noche de ayer a los 89 años de edad tras ser ingresado en el Hospital de Jerez como consecuencia de una grave enfermedad. ‘Don Ángel, el cura de San Miguel’, como siempre fue conocido en la ciudad, fue durante 47 años párroco de San Miguel, destino al que llegó procedente de Chipiona y al que prácticamente entregó su vida apostólica como sacerdote. Nació en Lebrija el 25 de diciembre de 1928. Con sólo 11 años entró en el Seminario Metropolitano de Sevilla, cursando luego Derecho Canónico en Salamanca. Fue ordenado sacerdote el 15 de junio de 1952 en la capilla hispalense de San Telmo.

Hombre afable, buen conversador, culto y, por encima de todo, entregado a la causa del Evangelio, su erudición en materia teológica le llevó a ser vicario judicial de la Diócesis durante décadas. El 29 de septiembre de 1970, día de la festividad del arcángel San Miguel, tomó posesión como párroco y cura de la histórica iglesia de San Miguel, cargo que mantuvo hasta hace escasas semanas cuando fue relevado por el sacerdote Manuel Lozano Jiménez, siendo nombrado de manera vitalicia como párroco emérito. En Jerez llegó a acumular numerosos reconocimientos: Prelado de Honor de Su Santidad, colegiado de Honor del Colegio de Abogados, miembro del Tribunal Eclesiástico, del que fue su presidente, y académico numerario de la de San Dionisio. El Ayuntamiento le nombró Hijo Adoptivo de Jerez en marzo del año 2015.Durante todo el día de hoy, sus restos podrán ser velados en la iglesia parroquial de San Miguel, a la que entregó su vida este hombre bueno y sacerdote de la Iglesia. Descanse en paz.