Tierra de nadie

Gerona, Lérida y Cataluña

SOMOS definitiva y rotundamente, cretinos. Nuestro grado de idiotez es indefinible. Nuestra capacidad para integrar la estupidez, de modo consciente, profundo y absoluto, en el ADN que nos define, es tan inexplicable como desoladoramente cierta. Lo peor…: lo peor es que no sólo no escarmentamos ni rectificamos, si no que nos comportamos como si hallásemos un determinado placer en reiterar la sandez con una obcecación desesperante, obtusa y pasmosamente necia.

El peligroso desatino comenzó por la mezquindad de unos políticos -Zapatero y su cohorte de incompetentes- dispuestos a todo, como siempre, por conservar la poltrona y el poder. La debilidad de sus posiciones electorales les empujó a pactar con unos retrógrados fascistoides -por lo tanto, anti demócratas-, excluyentes, egocéntricos y fanáticos: los nacionalistas extremos, en este caso, vascos y catalanes.

El desastre estructural continuó con la falta de consistencia, decisión y personalidad, en el carácter de los políticos que vinieron tras los anteriores. Rajoy y sus ministros -a imagen y semejanza, todos, salvo excepciones; de la mediocre tibieza que condiciona a su jefe, que no líder-, sin necesidad de pactos, con una mayoría absoluta, para nada casual, que legitima la toma y ejecución de las inaplazables decisiones que, en lo que concierne a los mencionados nacionalistas, no quiso tomar su antecesor en el cargo; mira y calla, transige y calla, concede y calla, no hace lo que toca y… sigue callando. Es lo mejor que Rajoy sabe hacer: callar, dejar de hacer, no estar… Es una especie de imagen virtual que ocupa un espacio real en el que toma decisiones reales -y deja de tomar otras- que nos comprimen, nos aplastan y difuminan la certeza en un futuro que lleva cayendo, y sigue, desde hace demasiado tiempo, en las manos inapropiadas.

¿Cuándo ustedes hablan con sus amigos, dicen 'New York' o Nueva York, 'Marseille' o Marsella, 'Firenze' o Florencia, 'London' o Londres? ¿Por qué, entonces, los abrazafarolas de turno desde el Gobierno central decidieron regalarle su muñeco a los abrazafarolas, estos no son 'de turno', de los nacionalistas extremos, por qué 'obligarnos' a todos a utilizar el catalán en lugar del español? ¿Por qué 'Girona'? 'Girona' es catalán, lo cual me parece perfecto… cuando se hablé en catalán, pero en español, 'Girona' se dice Gerona, 'Lleida' es Lérida y 'Ourense"', Orense. ¿Son ustedes, todos del todo y por completo, bobos… o se lo hacen para despistar? Son intrascendencias… me dirán, yo les digo: "aquellos barros trajeron estos lodos…"

Arturo, el mediocre aupado a la más alta representación de la Autonomía catalana -¡Cosas veredes, amigo Sancho…!-, avasallado por su endémica incapacidad, se burla con descaro de la inteligencia de sus paisanos echando la culpa de sus vergüenzas al Gobierno de España. Arturo, el mezquino, no tiene ni las agallas ni la vergüenza para asumir la debacle en la que ha enterrado a Cataluña y a los catalanes. Arturo, el impresentable, se quiere sentir 'hombrecito' riéndose de todo un pueblo, el español, despreciando sus instituciones y desafiando la Ley: si esta sentencia, ya sea del Supremo o del Constitucional, no me gusta… no la cumplo… ¡y eso es lo que hay, españolitos!, nos escupe a la cara cada vez que se le antoja.

Los 'españolitos', miramos entonces hacia nuestro Gobierno, al Gobierno de España, garante obligado de la Ley y la Constitución, ¿y…? ¡y… nada! Rajoy mira a otro lado -muy ocupado recortando la eventualidad de nuestro futuro, no del suyo y el de los suyos, no, del nuestro- y dice que "no le preocupa", "que no pasa nada.., que él sepa".

El 23 de abril se celebró el 'Día del idioma español'. Más de 500 millones de personas en el planeta se comunican en español. Es la segunda lengua, después del chino mandarín, originaria de una sola nación, que más se habla en el mundo. Hoy, en EEUU, primera potencia mundial, 50 millones de personas hablan español, en veinte años uno de cada tres americanos hablará nuestra lengua. Es el idioma más demandado en las primeras potencias de habla inglesa. Es, también uno de las lenguas más ricas, profusas y expresivas de la Tierra… Pero si usted vive en la Cataluña de Arturo II 'el butifarra', o sea, en España, usted no podrá hablar en español, no podrá anunciarse en español, no podrá expresarse, con libertad, en español; no podrá trabajar en español, no podrá enseñar en español, sus hijos no podrán estudiar en español, ni aprenderlo. Pero, Rajoy, dice, que él sepa, "no está pasando nada". ¿'Lleida','Girona'…? ¡'Amos' anda…!

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