La cuarentena en una ‘familia’ de 54 personas
El Hogar San Juan duplica su asistencia habitual a personas sin recursos en Jerez
Jerez/El confinamiento durante el estado de alarma está siendo, sin duda, una prueba de fuego para muchas familias. Veinticuatro horas al día todos juntos, durante no se sabe cuántas semanas, es una circunstancia poco habitual para la mayoría. Pero ¿cómo vive este ‘encierro’ una gran familia de cincuenta personas?
El hermano Juan Carlos Durán, del Hogar San Juan, se lo toma con filosofía y asegura que la vida diaria allí está siendo “como la de cualquier familia que está confinada lo que pasa es que la nuestra es un poquito grande y rara”, resume sonriendo.
En los últimos días el Hogar San Juan ha recibido a más de una treintena de personas del albergue municipal por lo que, en estos momentos, han duplicado la asistencia que prestan habitualmente. “Hemos pasado de 25 a 54 personas”, reconoce. En estas instalaciones personas sin hogar reciben todo lo necesario en materia de alimentación, higiene y cuidados médicos. “También estamos mirando los procesos de cada uno porque la cuestión no es solamente cuidarlos o protegerlos ahora, sino intentar hacer también un trabajo de objetivos para ir saliendo del mundo de la calle”, explica el hermano Juan Carlos Durán.
El responsable de la entidad reconoce que las personas del albergue llegaron un poco reticentes al cambio, ya que fue en cuestión de pocas horas cuando se les comunicó y realizó el traslado al Hogar San Juan. “El segundo grupo que llegó venía más reacios pero, según han ido pasando los días, han ido sintiéndose a gusto”, reconoce. De hecho, el cambio les ha resultado positivo “en el sentido de los espacios porque aquí tenemos jardines, salones, habitaciones de dos camas con cuarto de baño… No tiene nada que ver con los espacios de confinamiento que estaban viviendo”.
Aun así, “están tranquilos pero deseando salir... como todo el mundo”. Lo que no evita, lógicamente, que haya “momentos en los que la convivencia entre dos es más difícil y hay que gestionar un poquito pero, igual que en las familias, se va negociando porque hay que pasar muchas horas juntos”. “Menos mal que tenemos casa grande porque somos más de 50 personas viviendo en cuatro grupos diferentes y respetando espacios”, reconoce el hermano Juan Carlos Durán.
Como es lógico, el trabajo para el equipo de Hogar San Juan también se ha multiplicado durante el estado de alarma, porque “ha sido un montaje en dos días ya que las habitaciones las tenemos individuales y las hemos doblado”. “Los que estaban aquí han trabajado también y pone de manifiesto la solidaridad entre las personas sin hogar. Muchas veces los vemos en la calle y, de entrada, parece que despiertan desconfianza pero cuando la gente tiene otras posibilidades, también sabe hacer otras cosas”, destaca.
“Han sido unos días de más trabajo para poder recibir a 32 personas más y hemos reforzado con los que teníamos en la casa. En vez de hacer un ERTE, hemos hecho ampliación”, explica. Para ello han contado con la ayuda económica de la Diócesis y, además, han firmado un convenio con el Ayuntamiento que servirá, próximamente, para poder cubrir estas nuevas necesidades.
Normalmente, alrededor de 160 voluntarios colaboran con Hogar San Juan pero, durante el estado de alarma, son los trabajadores del centro y las personas allí acogidas las que realizan todas las labores. En total un equipo de diez personas, entre auxiliares y el propio hermano Juan Carlos Durán, al que ahora se ha unido “otra trabajadora social porque yo solo no podía con la gestión de todas las casuísticas”.
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