Reinventados por el Covid en Jerez

"Durante la pandemia supimos adaptarnos con esfuerzo a las nuevas exigencias"

  • Charo López, voluntaria del Hogar San Juan, narra la forma en la que las personas a las que atendían aumentaron de la noche a la mañana

Inés Quintero y Charo López, en la plaza de las Marinas el pasado 22 de diciembre.

Inés Quintero y Charo López, en la plaza de las Marinas el pasado 22 de diciembre. / Vanesa Lobo

Charo López, 51 años, es voluntaria del Hogar San Juan desde hace ya seis años. Fue justamente durante la fase más dura de la pandemia “cuando más me he implicado ya que al teletrabajar tenía mayor flexibilidad horaria”. El Hogar San Juan acoge a personas sin hogar. “No es un albergue ni un centro de rehabilitación. Atendemos a personas que lo han perdido todo, con problemas mentales, drogadictos, enfermos terminales y personas muy mayores. Son seres humanos que quieren reconducir su vida. Por desgracia hay gente a la que no podemos ayudar ya que lo necesitan nosotros no se lo podemos dar”.

“Cuando llegó la pandemia -relata Charo- teníamos una media de 30 personas durante todo el año, y también se daban desayunos y duchas por la mañana a personas que no formaban parte del Hogar, porque además ésta es una forma de acercarte a ellas. Esta labor continuó durante los primeros momentos de la pandemia pero se cerró totalmente acto seguido porque era un riesgo”.

La pandemia hizo que el Hogar San Juan, sus rectores con el hermano director Juan Carlos Durán a la cabeza y sus voluntarios, se reinventara. No lo sabían, pero el trabajo se les iba a disparar. “Vinieron traslados del albergue San José y se incorporaron medio centenar más de personas con la intención de dejarlo libre para atender a otras personas que dormían en la calle. Hay que reconocer que al principio fue un poco caos, las personas nuestras conocen nuestra disciplina, pero en esos momentos no se podía aplicar la misma disciplina. Se adaptó todo a las nuevas circunstancias”, recuerda Charo destacando “la buena respuesta que tuvo Jerez, pues respondió muy bien la ciudad donando mucha comida que además era muy necesaria. No nos sentimos solos en ningún momento”

Pasados los duros días del confinamiento y llegado ya el verano al calendario el Hogar San Juan prosiguió con su labor “que no es otra que ayudar pero como las duchas seguían siendo inviables, y para nosotros, como ya dije, suponía un importante primer contacto con muchas personas, entonces decidimos cambiarlas por comida y, así, damos 40 comidas calientes al día”. No acaba ni mucho menos ahí la labor. Las personas que pasan la pandemia en la calle necesitan de ayuda y desde el Hogar ”se les entrega ropa también”. Durante estos meses “hemos tenido que reinventarnos para a seguir con nuestra labor adecuándonos a las nuevas exigencias, ampliar horarios y atender a un número de personas muchísimo mayor”, resume Charo López quien añade que “este tiempo que nos ha tocado vivir nos ha servido también para afrontar retos de financiación. Antes hacíamos un rastrillo solidario, pero este año ha sido imposible, por lo que hemos tirado de papeletas. Igualmente hemos celebrado una 'Semana Solidaria' ante la que colaboraron muchas empresas".

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