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40 años del 23-F | Jerez

Así vivió Jerez la noche más larga de la democracia

  • El golpe mantuvo las primeras horas en vilo a la población jerezana, que pronto recuperó la normalidad

  • Vivencias del intento golpista a través de una mirada al seguimiento en los medios de comunicación

En la inmagen, Pascual Iranzo, el 'peluquero del rey', al que el golpe le sorprendió en Jerez, donde pasó unos días invitado por el también peluquero José 'Pepe' Castaño.

En la inmagen, Pascual Iranzo, el 'peluquero del rey', al que el golpe le sorprendió en Jerez, donde pasó unos días invitado por el también peluquero José 'Pepe' Castaño.

“Como todo el país, Jerez acusó el lógico impacto y expectación ante los excepcionales acontecimientos acaecidos mediada la tarde del lunes, veintitrés, en el Congreso de los Diputados”. El intento de golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero, del que ahora se cumplen 40 años, mantuvo en vilo a todo el país en la tarde-noche de aquel 23 de febrero de 1981. Los medios de comunicación jugaron un papel esencial en la noche más larga de la democracia para informar a la población de todo lo acontecido en las 18 horas que los golpistas tuvieron secuestrados al Gobierno y a los parlamentarios tras su entrada en el hemiciclo, pistola en mano al grito de “todo el mundo al suelo”, hasta el feliz desenlace al mediodía del 24 de febrero.

La Voz del Sur, periódico vinculado al Movimiento en la anterior etapa franquista y que luego pasó a integrarse en el organismo público de Medios de Comunicación Social del Estado (MCSE) hasta su desaparición en 1984, daba cuenta en la columna ‘Calle Larga’, firmada por el redactor Julio Vega (JUVE), de la incertidumbre de las primeras horas, que dieron paso a la normalidad el día después, en el que “la vida ciudadana se desarrolló en Jerez sin alteración alguna, lo mismo en lo laboral y mercantil, que en los centros oficiales y de enseñanza en los que el martes fue día lectivo”.

El golpe no alteró la vida de la ciudad, que el miércoles 24 tuvo plena actividad laboral y mercantil, así como en centros oficiales y de enseñanza

Periodistas al pie del cañón

Ángel Revaliente, periodista ya jubilado que por entonces trabajaba en el periódico, recuerda aquellas primeras horas “de mucho miedo y en las que las calles se quedaron vacías de golpe”. Con la democracia recién instaurada y el ruido de sables de los nostálgicos del régimen como telón de fondo, el por entonces joven redactor se contagió del pánico escénico, entre otros motivos, por temor a una nueva guerra cuando apenas hacía unos años en se licenció tras la mili y con su mujer embarazada de su primer hijo.

“Estuvimos toda la noche en la redacción pendiente de los teletipos y de las informaciones que llegaban de Madrid, aunque muy dispersas, y lo único que nos tranquilizó fue el mensaje del Rey –Juan Carlos I– a los españoles” que emitió Televisión Española sobre la una y media de la madrugada.

En aquella época, los jerezanos seguían con gran interés los debates parlamentarios a través de los transistores y de la radio en los bares, con más motivo aquel 23-F en el que se celebraba la sesión de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo (UCD), interrumpida por los militares golpistas. Rafael Plaza, redactor jefe de Radio Jerez, estaba aparcando el coche en la plaza de San Andrés para incorporarse a su puesto cuando escuchó la noticia en la radio. “Al principio no calibré bien el alcance, pero al llegar a la emisora, que por entonces estaba en la calle Caracuel, lo asimilé y empecé a llamar a mis contactos en política, militares... que estaban desconcertados”.

Como Revaliente en el periódico, Plaza estuvo toda la noche en la emisora conectado a la cadena, que había retransmitido en directo el asalto al Congreso. “Rafael Luis Díaz estaba en el Congreso y dejó el micrófono abierto; la Ser apostó por la democracia y, a diferencia de Televisión Española y Radio Nacional de España, no la ocuparon los militares”, explica el periodista jerezano, quien recuerda que “al día siguiente, Fernando Onega, director de informativos, abrió la emisión con el editorial titulado ‘Buenos días libertad’, que hizo historia”.

La Voz del Sur imprimió el día después del golpe dos ediciones prácticamente idénticas, con la única novedad en la segunda de una crónica de ambiente en la última página del periódico firmada por el director, Alejandro Daroca Val, que casualmente estaba de vacaciones en Madrid aquella fatídica tarde, en la que se acercó al Congreso para cumplir con el deber de informar.

Portadas de la prensa local de la época los días siguientes al golpe de Estado. Portadas de la prensa local de la época los días siguientes al golpe de Estado.

Portadas de la prensa local de la época los días siguientes al golpe de Estado.

Ayuntamiento a pleno rendimiento

El llamamiento del Rey a la serenidad tras las medidas adoptadas para garantizar el orden constitucional abría la portada del periódico, dedicada en exclusiva al conato de golpe de Estado, sin que la información local se viera alterada por los acontecimientos. De hecho, entre los asuntos relevantes de la actualidad local, el periódico publicaba una previa del pleno municipal convocado por el alcalde, Pedro Pacheco, para el 24 de febrero y en el que los miembros de la Corporación jerezana aprobaron su subida de sueldos y la de los impuestos, con un incremento del de vehículos del 40%.

Las asignaciones a los “miembros corporativos” aprobada por un importe total de 17 millones de pesetas –unos 102.000 euros–, lejos del medio millón de euros largos del coste de la estructura política del Ayuntamiento en la actualidad. La retribución del alcalde se fijaba en 70.000 pesetas en 14 pagas –en torno a un millón de pesetas al año o 6.000 euros al cambio, que en estos cuarenta años se han multiplicado por diez, toda vez que el sueldo de la actual regidora jerezana ronda los 68.000 euros brutos al año–, estableciéndose un complemento de 5.000 pesetas –30 euros– por la asistencia a cada pleno.

En aquel pleno se aprobó igualmente el proyecto de enlace de San Telmo con la Ronda Muleros, por valor de 69 millones de pesetas –414.000 euros–; un convenio con Renfe para la supresión de los pasos a nivel y, lo más importante por aquel entonces para la ciudad, la adquisición de terrenos para su posterior cesión al Ministerio de Sanidad de cara a la ampliación de la Residencia ‘General Primo de Rivera’, actual Hospital Universitario de Jerez, con idea de solucionar el “acuciante problema hospitalario” en la ciudad.

Antes del pleno ordinario, tuvo lugar una sesión extraordinaria en la que la Corporación jerezana se adhirió por unanimidad a una comunicación de apoyo a las instituciones democráticas españolas y a la legalidad constitucional, suscrita por más de un centenar de funcionarios municipales, y a la condena al “ataque sedicioso contra la democracia” remitida por la ComisiónPermanente de la Junta de Andalucía.

Rumasa, dos años antes de la expropiación 

El 23 de febrero es una fecha muy señalada para Jerez por coincidir también con la aprobación del decreto de expropiación de Rumasa, el holding de la familia Ruiz-Mateos, que en el año 81 no podía ni imaginar lo que dos años más tarde, en el 83, se le vendría encima. El entramado empresarial creado por José María Ruiz-Mateos y la Fundación que lleva su apellido estaban presentes en el día a día de los medios de comunicación locales y nacionales, donde los anuncios del “principal grupo vitícola español” se repetían hasta la saciedad en radio y televisión, también en la prensa escrita local, que en plena resaca del golpe de Estado se hacía eco del encuentro en Jerez por cortesía de la familia bodeguera de miembros de la Asociación de la Banca Privada, así como del concierto organizado por la Fundación Ruiz-Mateos en el Salón Don Guido de Williams.

El susto del 'peluquero del Rey'

El golpe también sorprendió en Jerez a Pascual Iranzo, el ‘peluquero del rey’ que ese año fue galardonado con el título de ‘Peluquero del Año’, que vino acompañado por Tomás Nicolás, jefe de Producción del programa ‘Cosas’ de Televisión Española. El también peluquero José Castaño (Pepe Castaño), anfitrión de aquella visita, se disponía a despedir a sus invitados en el aeropuerto de La Parra cuando se enteraron de la noticia por medio del coronel de Aviación Claudio Cuesta, quien lo escuchó por la radio en el momento del embarque del vuelo a Barcelona.

“Se quedaron descompuestos y hubo momentos de duda en los que no sabían si quedarse unos días más en Jerez o arriesgarse, pero decidieron embarcar y llegaron sin problemas a Barcelona”, relata Castaño, quien regresó a su casa “con absoluta tranquilidad” para seguir atentamente el suceso. “Había mucha zozobra entre mis amigos del gobierno local y alguno pensó incluso en irse a Portugal por miedo, pero rápidamente se calmó el asunto y todo volvió a la normalidad”.

El ‘peluquero del rey’, que estuvo una semana en la ciudad donde tuvo oportunidad de visitar varias bodegas y disfrutar de sus vinos, estuvo acompañado también de un confitero de Andorra del que Castaño no recuerda el nombre, sólo que “en el aeropuerto se quitó de en medio y no se supo nada más de él”.

Primeros sítomas de la crisis del jerez

Precisamente, en aquellos días habría sobre la mesa del Gobierno central una pregunta de un diputado socialista por la provincia sobre la crisis del sector del jerez, que tras años de gran esplendor empezaba a dar muestras de decadencia en lo que finalmente desembocó en la gran reestructuración bodeguera y la cruenta huelga de la Vid de principios de los noventa.

El mismo 23 de febrero, cuenta la prensa local, el alcalde Pacheco estuvo reunido con el comité de empresa de Bodegas Díez-Mérito, en aquel entonces propiedad de Rumasa, que se enfrentaba a la amenaza de una regulación de empleo.

El plácido sueño de Miguel Arias

En la agenda de aquel día del regidor jerezano había prevista una reunión con Miguel Arias Cañete, que no lo recuerda. “Todavía no estaba metido en política municipal y ejercía como abogado del Estado en Cádiz”, explica el, a la postre, candidato a la Alcaldía de Jerez, ministro y eurodiputado, al que el intento golpista le pilló “en casa en la a cama, donde escuché el discurso del Rey, tras el que me quedé dormido porque me tranquilizó”.

Arias estaba por entones empezando a montar Alianza Popular en la provincia y se enteró del golpe por una llamada telefónica cuando despachaba en su despacho de la calle Sevilla de Jerez con Jareño, abogado “que se asustó mucho por su vinculación con el PSOE y que salió corriendo para Cádiz”.

El ex ministro trató el 23-F de ponerse en contacto con los amigos que tenía en el Gobierno y que vivieron en primera persona el asalto al Congreso, caso de Manuel Gutiérrez Mellado, vicepresidente del Gobierno y el único que aguantó de pie junto a Adolfo Suárez para plantar cara a Tejero y compañía.

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