Jesús Agarrado 'El Guardia' | Tocaor

“En la guitarra de hoy falta la calle, porque es ahí donde se aprende”

  • El jerezano ultima la grabación de su primer disco, ‘El guardián del compás’ que espera editar en agosto

  • Unos tangos de El Torta y numerosas colaboraciones conforman el trabajo

Jesús Agarrado 'El Guardia', en el Tabanco El Pasaje

Jesús Agarrado 'El Guardia', en el Tabanco El Pasaje / Miguel Ángel González

Conocí a ‘El Guardia’ en la década de los noventa, cuando casi a diario visitaba la academia de Fernando Moreno para tocar con los alumnos. Recuerdo que su frase más habitual era ‘mira, lo que he sacado’, al tiempo que fantaseaba con la guitarra en mano, casi siempre por bulerías. Hoy, casi tres décadas después, Jesús Agarrado sigue siendo el mismo, una persona vivaz y a la que nunca le falta una sonrisa en su boca. A sus 52 años espera lanzar su primer disco el próximo mes de agosto. Charlamos con él.

–¿Quién es Jesús Agarrado?

–Bueno, Jesús Agarrado ‘El Guardia’, porque la gente me conoce más por El Guardia. Como mi padre era Joaquín ‘El Guardia’, a mi madre se le quedó Ana la del Guardia y a mí, el niño del Guardia. Soy un chico humilde criado en La Asunción y que desde pequeño siempre he tenido afición por el flamenco.

–¿Desde cuándo toca la guitarra?

–Desde chiquillo. Empecé a tocar con Fernandito Terremoto y los dos sacábamos cosas y nos las poníamos, éramos autodidactas. Date cuenta que para los dos La Asunción estaba muy lejos de San Miguel, que era donde estaba El Carbonero y Balao con su academia y donde iba todo el mundo. Tampoco tuve la oportunidad de que mi familia me pagara las clases, por eso tenía que aprender en la calle.

–Porque en su familia, ¿ha habido antecedentes de tocaores?

–No, yo soy como Periquín, el primero en su familia. De pequeño recuerdo que mi tío Juan, que era ciego, tocaba la guitarra, pero yo era muy chico.

–En La Asunción había que moverse poco pa escuchar cante....

–(Risas) Eso es, mi vecino era Terremoto, y por allí estaba siempre El Borrico, Luis de Pacote, La Paquera...Para nosotros aquello era como un juego, y siempre digo que yo no he buscado al flamenco, sino que el flamenco me ha buscado a mí. Quiere decir que nunca pensé en dedicarme a la guitarra, pero se me puso en el camino.

–¿Qué recuerda de aquel barrio de La Asunción?

–Son todos recuerdos muy bonitos. Recuerdo aquella verbena de La Asunción en la que cantaba Sordera, El Borrico, que no se podía subir al escenario y lo subían en una silla entre tres o cuatro, o cuando Terremoto dedicaba desde el escenario los cantes a su hija que estaba en el balcón. Por no hablar de escucharlo en el mismo barrio. A veces nos íbamos al Volapié pero la Manuela no dejaba entrar a los niños y nos poníamos a escuchar por las ventanitas que daban a la calle.

Una imagen de Jesús Agarrado 'El Guardia'. Una imagen de Jesús Agarrado 'El Guardia'.

Una imagen de Jesús Agarrado 'El Guardia'. / Miguel Ángel González

–Eran otros tiempos....

–Claro, date cuenta que a La Asunción venían muchos artistas a escuchar. Venían a Jerez con respeto, lo que ahora no pasa. Yo he escuchado allí a Camarón, por ejemplo, y eso era un lujo.

–¿Era antes más difícil ‘robar’ falsetas que ahora?

–(Risas) Sí, los guitarristas se volvían para que no los vieran, y ahora con internet, imagínate dónde hemos llegado. Cuando niño tenía un truco y era ponerle al radiocassette unas pilas ya casi gastadas, con lo cual el sonido se ralentizaba, y así sacaba las falsetas. Una vez toqué una delante de Parrilla y me dijo ‘niño, si eso es por arriba y lo estás haciendo por medio’.

–¿Qué tipo de guitarrista se considera usted?

–Bueno, la verdad es que no me considero guitarrista, me considero tocaor. Guitarristas hay más que albañiles y además con un nivelazo hoy día increíble. No veas cómo tocan los niños, se llevan doce horas en un cuarto metido. Pero claro, después les falta la verdad, porque la verdad es la calle y ahí es donde se aprende. La guitarra es un idioma y lo bonito es que se entienda, porque a veces tengo que estar tres minutos escuchando una falseta para saber que es una soleá.

Portada del disco 'El guardián del compás'. Portada del disco 'El guardián del compás'.

Portada del disco 'El guardián del compás'.

–Y si tuviera que calificar su toque, ¿qué diría?

–Simplemente que intento mantener el toque de mi tierra, dándole mi sabor y haciendo mis falsetas. Me gusta recordar de dónde vengo, y esté donde esté, mi guitarra suena a mi tierra.

–De todos los guitarristas que ha dado Jerez, ¿con quién se identifica más?

–A mí me ha gustado mucho Periquín, transmitía antes y ahora, porque él no toca, él transmite. Luego, el Morao también me gusta mucho, igual que Gerardo Núñez y José María Molero. En Jerez hay muy buenos guitarristas.

–Como tocaor, ¿dónde ha disfrutado más?

–Sobre todo en las noches que he pasado en La Plazuela. Ahí he aprendido mucho y han sido unos de los momentos más bonitos de mi vida. Allí lo mismo estaba Camarón que El Torta que Agujetas, no sabías en qué bar meterte. Recuerdo una vez con Manuel Moneo (se emociona)....Manuel a las cuatro de la mañana era peligroso, qué manera de cantar.

–Hablemos del disco: ‘El guardían del compás’...

–Todo empezó con un señor que vino a El Pasaje para que grabara una bulería para un documental que estaba haciendo, ‘Maridaje’. A partir de ahí, al grabarle la bulería en el estudio, me picó el gusanillo y empecé. Ha sido un proceso lento porque llevo ya tres años, lo he hecho sin prisa.

–¿Cuántos temas sacará?

–En principio son doce temas, alterno con solos de guitarra con colaboraciones. Ha grabado Miguel Lavi, que hace una seguiriya, Israel Fernández, que hace una taranta, mi hija Gema (Moneo) que hace una bulería cantando, mi hijo José, que ha hecho una zambra, y Momo Moneo que ha grabado una bulería por soleá. Además, he incluido unos tangos de El Torta que grabamos hace casi treinta años y una bulería que está dedicada al Bo. Es un disco dedicado a los que ya no están, y bueno, de alguna forma hago un guiño a todos ellos, a Terremoto, a Camarón, a Agujetas, al Moneo....

–¿Son temas propios?

–Sí, las letras y la música son todas mías, yo no soy poeta ni nada, intento expresar lo que he vivido.

–Cuenta además con colaboraciones musicales importantes...

–Sí, ha colaborado mucha gente y eso para mí es un orgullo. En las percusiones está Ané Carrasco, Cepillo, Perico Navarro y Lele, las guitarras de RamónTrujillo y Manuel Parrilla, el bajo de Ricardo Piñero, el violín de Bernardo Parrilla, el piano de Melchor Borja, y las palmas de Luis El Mono, El Quini, José Rubichi, José Peña, Cantarote y Álvaro Valle, la flauta de Mixtlan Salomon y los textos de Gaspar de la Zaranda.

–¿Cómo le ha afectado la crisis?

–Bueno, gracias a Dios llevo siete años dando clases por internet a gente de todo el mundo y con eso voy subsistiendo.

–¿Y cómo lleva ser padre de artistas? ¿Se sufre más?

–No se sufre, porque son buenos (risas). La verdad es que es un orgullo como padre. Siempre digo que mis hijos me imitan a mí, lo que pasa es que le sale bien (risas). Nosotros somos obreros del arte y me encanta cuando nos unimos.

–¿Por qué ha titulado al disco ‘El guardián del compás’?

–Porque de alguna forma me considero un guardián de él, de que no se pierda la esencia. Gracias a Dios yo vivo de mi compás, no vivo del picao ni de la técnica, sé hasta dónde llego como tocaor.

–La idea es que salga en agosto...

–Sí, tengo muchas ganas de tenerlo en la calle y que la gente vea que soy yo. Como me decía uno el otro día ‘esto no huele a Jerez, apesta’ (risas).

–Usted ha convivido mucho con su cuñado Juan Moneo ‘El Torta’, ¿lo admiraba?

–Hombre, Juan era un genio y yo aprendía mucho de él. Sabía cantes que no lo ha escuchado nadie, lo mismo hacía guajiras que farrucas...Lo hacía todo, y se quedó con las ganas de hacer un disco con todos esos estilos. Además, era una persona lista y le encantaba leer. Tener un fenómeno de eso a tu lado, y que cante tus letras, es un orgullo. Por su boca, todo sabía a almibar.

–Cuando alguien ha escuchado tanto y a gente tan grande, ¿qué le parece lo que hay hoy día?

–Bueno, yo creo que falta personalidad, pero también considero que el cante está en buenas manos, hay chavales que lo hacen muy bien, y ya se sabe, la naranja nace verde, ya le saldrá su color. Me acuerdo cuando en La Asunción Terremoto escuchaba cantar a El Torta o Capullo y decía ‘y los niños éstos con los cantes estos’; y hoy día se les quiere. Por eso digo que a los de ahora, vamos a darle tiempo.

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