Libros vs. Wikipedia

CON la inclusión de las nuevas tecnologías en las bibliotecas, tanto por los puestos de acceso a Internet como por los fondos en nuevos formatos (CDs y Vds., principalmente), el reparto de fondos ha sufrido notables variaciones y ahora ya no se contempla la antigua proporción entre libros de consulta, literatura, publicaciones periódicas, comics, etc.

Desconozco si hay una actualización del reparto porcentual de fondos que hacía la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones de la Biblioteca) pero me temo que los libros de consulta hayan sufrido una notable pérdida de espacio entre las estanterías a favor de monografías en nuevos soportes o listados de "links" para acceder por la red a esos materiales.

Sin embargo los libros de consulta, en el soporte de toda la vida y sus actualizaciones, tienen mucho que decir todavía. Por un lado lo que suponen los atlas, diccionarios, enciclopedias temáticas y libros de vocabularios visuales. Por otros las monografías sobre las que hacer o completar un estudio, realizar una consulta concreta o, simplemente, leer por el placer de acceder a nuevos conocimientos.

Para el primer paquete, el Centro de Documentación e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez preparó el Repertorio de obras de consulta infantiles y juveniles en el que se ofrece un panorama seleccionado de la edición de este tipo de materiales para niños y jóvenes. Se puede consultar en www.fundaciongsr.es/pdfs/ROC.pdf, aunque no es muy completo y se ha publicado material posteriormente muy interesante.

Para las monografías, o libros de no ficción, las editoriales tienen ofertas interesantes que, hoy por hoy, no son desbancadas por Internet. Por ejemplo, el tamaño sí que importa: cuando los libros son generosos de tamaño y las ilustraciones se nos ofrecen al completo de la doble página, tenemos nada menos que unas 30 pulgadas de imagen a lo que no llegan la mayoría de los monitores.

El libro de Richard Platt y David Hawcock "Rumbo a la Luna" (Bruño, 2009), nos llega a ofrecer un mapa esférico de la luna, un Apollo 11 que se sale de las páginas y un astronauta de 38 centímetros para estudiar su ropaje.

Por su parte el libro de Susanne Rebscher "Leonardo Da Vinci" (Edelvives, 2009) es un ejercicio de hipervínculos continuos dentro de un mismo libro, con solapas de textos complementarios (algunos imitando los de la época), ilustraciones que nos descubren datos complementarios, imágenes en 3D que nos muestran el movimiento de máquinas,… incluido un espejo para leer algunas de las conocidas notas con letra invertida del inventor italiano. Un lujo.

Otros ejemplos, en los recomendados de esta página.

José García Oliva. Especialista en literatura infantil y juvenil.