La alcaldesa, Mamen Sánchez, ha anunciado al inicio de la crisis sanitarias las nuevas medidas preventivas destinadas a contener el avance del coronavirus y a minimizar el riesgo de nuevos contagios, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y con un doble objetivo: contribuir a no propagar el virus y proteger a la población más vulnerable. Por ello, en las últimas semanas se ha intensificado la limpieza de la ciudad y se han cerrado muchos espacios públicos.

Una de los servicios municipales que sigue funcionando es el transporte público. A pesar de ello, desde el gobierno local se recomendó el pasado día 13 de marzo no utilizar los autobuses, “salvo en casos que sea estrictamente necesario”. Algo que parece que se está cumpliendo a juzgar por la drástica caída de pasajeros que está sufriendo el servicio. A pesar de ello, los usuarios que se ven obligados a utilizarlo deben saber que se está procediendo a la limpieza y desinfección de los vehículos y se ha reforzado la higienización de los puestos de los conductores, asideros y barras de agarres, asientos y apoyabrazos de toda la flota de autobuses. De hecho, cada noche al acabar el servicio los autobuses son limpiados en profundidad para evitar la propagación del coronavirus.

Además, los trabajadores han adoptados, según adelantó el Ayuntamiento, las medidas de protección y seguridad recomendadas dado que están de cara al público. Hay que recordar que desde el pasado día 16 los viajes no se pueden pagar en efectivo sino mediante bonobús, aunque la oficina de recarga de estas tarjetas continúa abierta en horario habitual. Asimismo, se han fijado medidas para procurar la máxima separación posible entre los pasajeros, que debe ser mínima de un metro.