Macarena Cerdá | Psicóloga y sexóloga

“Quien va a un psicólogo no está loco ni necesariamente tiene una enfermedad”

Macarena Cerdá, psicóloga y sexóloga.

Macarena Cerdá, psicóloga y sexóloga.

¿Cuál suele ser el perfil de las personas que acuden a su consulta?

- De todo tipo. Parejas, personas individualmente, también vienen por terapia familiar, de todas las edades. De estos años para acá parece que la psicología ya no es tan tabú. Desde la pandemia para acá, parece que está de moda entre adolescentes o chicos de 17 ó 18 años tener un psicólogo. Vienen muchas más personas jóvenes que hace unos años con problemas de ansiedad, de estudios, un novio… Trato a personas de todas las edades y de todo tipo de clase social y económica. A gente con muchas posibilidades y a gente que casi no puede abonar la consulta. Hay quien tiene necesidad de venir que ni llama porque no se la pueden costear y la Seguridad Social está como está en el tema de la salud mental.

- ¿Y la principal problemática que presentan?

- Últimamente, trastornos de ansiedad y todos sus derivados: fobias, hipocondría. La hipocondría se ha agudizado mucho desde la pandemia. Presentan trastornos de ansiedad principalmente, derivados de problemas de pareja o de lo que sea.

- ¿Y cómo les ayuda?

-Dependiendo siempre del motivo que lo cause. Dependiendo del tipo de trastorno de ansiedad te puede venir motivado por una circunstancia que estás viviendo, por ejemplo una separación, un divorcio, un despido laboral, no llegar a final de mes… son factores que evidentemente provocan que una persona sufra durante un tiempo trastornos de ansiedad. Pero hay otros trastornos de ansiedad llamados irracionales. Puedes caer, por ejemplo, en la trampa de la hipocondría: de pronto te duele la cabeza, la uña del pie, piensas que te va a dar un ictus, estás resfriado y piensas que es covid y que te vas a morir. Son trastornos de ansiedad basados en nada que lo haya propiciado.

- Trata problemas de depresión y ansiedad. ¿Quiénes están más afectados? ¿Por qué?

- Las mujeres son más propensas a tener trastornos de ansiedad y depresión. No porque les resulte menos difícil acudir a un psicólogo, sino porque normalmente afecta más a las mujeres que a los hombres.

- ¿Cómo repercute los trastornos de ansiedad en el día a día de esas mujeres y de quienes los padecen?

-Repercute principalmente en la vida en pareja. Hay quien viene pensando que es un problema de pareja y el origen, a lo mejor, es un trastorno de ansiedad que le haga no saber llevar bien la vida en pareja. Pero afecta a su vida en general, al trabajo, a la sensación de felicidad. Hay personas que me dicen que eran personas muy alegres y que han perdido esa alegría, que la ansiedad no las deja vivir. Afecta también al sexo. Tanto a hombres como mujeres se ven muy afectados en la intimidad.

- ¿Qué es la inteligencia emocional y cuál es su utilidad?

- La gestión de las emociones es algo que a todos nos cuesta manejar. No dejan de ser reacciones naturales, salen de nosotros mismos. Muchas veces queremos bloquear las emociones que consideramos negativas y no podemos. Esa inteligencia emocional hace que aprendas a llevar las emociones negativas -las positivas las llevamos todos muy bien-, que aprendas a vivir con ellas y, además, que esas emociones negativas sean acordes a lo que te está ocurriendo en cuanto a la intensidad. El problema aparece cuando se te va de las manos. Por ejemplo, cuando a una persona algo que objetivamente no es tan importante le genera mucha tristeza o mucho enfado, angustia. Esa persona lo pasa muy mal porque no gestiona bien sus emociones. El origen está en la forma de pensar de cada uno. La emoción siempre va agarrada de un pensamiento. Si tú no gestionas bien tus pensamientos, te fijas solo en lo negativo, no en lo positivo, si piensas en un futuro catastrófico, dramático... las emociones se disparan. Otro de los problemas de la no inteligencia emocional es intentar bloquear emociones naturales como el duelo, o un fallecimiento. Hay gente que intenta no estar triste y eso es imposible y contraproducente. Hay que dejar que la tristeza esté porque corresponde a lo que está pasando, pero en su justa medida.

- Cuando acaba una relación, ¿se pasa por un duelo más o menos similar al de la muerte de un familiar? ¿Qué pasos hay que seguir para superarlo?

- Existe un paralelismo. Hay gente que lleva mucho peor el duelo de una ruptura que el duelo de un ser querido al que siente que le corresponde irse, como un abuelo de una edad determinada. Los duelos son diferentes en función de muchas circunstancias. Un duelo matrimonial puede ser más intenso si te pilla desprevenido -si tu pareja te deja porque se ha enamorado de otra persona, o de pronto ya no te aguanta y no te lo esperas-, a cuando sabes que la relación se está desgastando poco a poco y lo ves venir. La intensidad del duelo es diferente. En ambos duelos hay que dejar que las emociones salgan. Corresponde llorar y estar triste, pero nunca se puede olvidar que rápidamente hay que seguir avanzando en la vida aún con esa emoción de tristeza. Te tienes que levantar porque corres el riesgo de caer en ese pozo del que luego te cuesta mucho levantar. Tienes que seguir trabajando, saliendo, moviéndote, aunque siga acompañándote durante un tiempo la emoción natural de la tristeza. Siempre será más largo o más corto en función de si te quedas paralizado o no.

- ¿Cuáles son los principales problemas que se presentan en las parejas actualmente?

- La comunicación, la desconfianza provocada muchas veces por errores racionales -desconfías de tu pareja porque te ha mentido muchas veces-, o la desconfianza irracional por inseguridad personal -desconfío de mi pareja aunque no me haya dado motivos. Uno de los problemas a los que no le echamos muchas veces cuenta son los cuidados. Eso que se dice siempre de que las plantas hay que regarlas para que sigan viviendo, cuidarse el uno al otro. Nos olvidamos de seguir dándonos cariño, de seguir teniendo detalles, de cuidarnos, por el ajetreo de la vida diaria, de los niños, el trabajo. Dejamos el cuidado de nuestra pareja como último recurso y a veces es tarde. Otro de los problemas principales en la convivencia están basados en la comunicación.

- ¿La terapia de pareja funciona de verdad o solo alarga, hace más liviana una relación durante un tiempo?

- Depende del caso, de la voluntad y de los sentimientos. Cuando se inicia la terapia de pareja lo principal, para saber si es viable o no, es la voluntad, la motivación de salvar la relación y los sentimientos.  Evidentemente, cuando no hay sentimientos o cuando uno está por los hijos, por la comodidad, por la economía, por la familia, pero no por los sentimientos, no doy ninguna opción a terapia de pareja, incluso puedo ayudarles en un proceso de separación. No tiene sentido que tú estés con una persona por otro motivo que no sean los sentimientos. Cuando hay sentimientos y uno quiere estar es como un gimnasio. Hay cosas en la convivencia complicadas de gestionar, pero se entrenan si uno quiere. Hay muchísimos motivos por los que una pareja no funciona, la gran mayoría son conductuales. Si tienes un comportamiento, una manera de pensar, unas exigencias exageradas con tu relación… todo eso se puede entrenar. Cuando las parejas se quieren pero no funcionan es, bien porque bajan la guardia, porque pierden la motivación o porque se agotan. La terapia de pareja tiene éxito cuando uno quiere seguir y seguir mejorando. Lo que hacemos es dar herramientas para que tu relación funcione, pero ya depende de ti, del trabajo que le quieras dedicar, de la paciencia. Al final son comportamientos o conductas que tú puedes cambiar si lo deseas.

- Ahora parece que está muy de moda el poliamor. ¿Se queda solo en la ficción, en pantallas y libros o es una realidad que se da aquí?

- El poliamor va a ser una realidad futura. Nuestra generación no está preparada para el poliamor. Ni de broma nos han dicho que esa sea una vía a la que podamos acceder. Tenemos mucho ego. Pero los adolescentes, los niños que están en el colegio le van a dar una vuelta a esto tremenda. Hay que tener cuidado porque a algunos se les está yendo de las manos. Las mentes abiertas de los niños de ahora pueden llegar a hacer que tengan una vida muy buena y mejor porque es verdad que abren sus mentes, pero por otro lado, se pueden confundir. El futuro va a ser más poliamoroso que el nuestro, ahora diríamos que no existe, por tanto son infidelidades. No quiere decir que en un futuro todo el mundo acepte y quiera el poliamor, pero van a haber muchísimos más casos.

- ¿Qué está pasando con la juventud: avance o retroceso en materia sexual?

- Hay un avance, pero con mucha confusión porque lo que está de moda confunde a los adolescentes que, además, a veces, no tienen la madurez suficiente para saber lo que quieren. Hay un avance en el sentido de que ya no hay prejuicios sobre la homosexualidad, la bisexualidad, o los hay en menor medida. Por otro lado, está muy de moda la bisexualidad, digo de moda porque no es que uno se sienta bisexual, sino que está guay ser bisexual, independientemente de que les guste o no, lo van a probar y lo quieren. Está súper guay, está chulo decir que tengo una novia o un novio. Es una maravilla para las personas que descubren que realmente son bisexuales, sin embargo, hay muchos que no son bisexuales y aún así lo prueban. Entonces, a veces esa inmadurez los lleva a confundirse y a hacer cosas que realmente no están en su propia naturaleza. Entiendo que con el tiempo se reconducirán.

- ¿Hablar de educación sexual a los jóvenes implica alentarlos a practicar sexo?

- No, en absoluto. Cuanta más información tengan los jóvenes de lo que es bueno, de lo que es peligroso y de lo que no es tan bueno, es fundamental. Antes la educación sexual no existía. Los padres no hablan con los niños de sexo. Ahora en los colegios piden educación sexual. Es necesario.

- ¿Qué opina del porno?

- Es una opción libre, una forma de disfrutar del sexo sin hacer daño a nadie. Hay que tener cuidado. Está genial cuando haces un uso que no te trae ningún tipo de problema. Hay veces que me vienen personas con problemas de adicción al porno. Es una minoría, un porcentaje muy pequeñito. El porno es una opción más en el tema del sexo.

- ¿Qué le gustaría decir?

- En general, la gente por fin ha dejado ese prejuicio de ir a un psicólogo y no siente que está enfermo o loco. Ha cambiado en muy poco tiempo. Quien viene a un psicólogo no está loco ni necesariamente tiene una enfermedad. Hay muchas cosas que no sabemos gestionar y un psicólogo te da herramientas para aprender a hacerlo. No se invierte en salud mental y es tan importante como la salud física, ésta no funciona y no porque no haya buenos profesionales sino porque no hay dinero.

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