El colectivo conservacionista Greenpeace ha alertado del mal estado químico de los acuíferos existentes en el extenso término municipal jerezano, los denominados Jerez y Aluvial del Guadalete. La contaminación provocada por los nitratos de abonos y los plaguicidas utilizados en la agricultura han propiciado su mal estado, un problema ambiental para el que no se está poniendo solución, a juicio de esta ong.

La conclusión sobre las masas subterráneas de la campiña jerezana forma parte de un estudio presentado este martes en Madrid por Greenpeace bajo el título ‘SOS Acuíferos’, en el que se advierte de que el  44% de las masas de agua subterránea en España se encuentra en mal estado, según los documentos de elaboración de los planes hidrológicos de las distintas administraciones públicas. Además, el riesgo de que aumenten el número en 2027 es mayor, ya sea por extracciones de agua, por contaminación o por ambas causas.

Para analizar los acuíferos jerezanos, la entidad conservacionista se ha basado en el Plan Hidrológico de la Cuenca Guadalete-Barbate que actualmente está en proceso de elaboración por parte de la Junta de Andalucía. Así, advierte que ambas masas subterráneas no se encuentran en mal estado cuantitativo, es decir, no se extrae más agua de la que es capaz de reponer el ciclo natural. Sin embargo, sí se incide en el mal estado químico de ambas.

El Aluvial del Guadalete, con más de 22.527 hectáreas, es una de las mayores masas de agua de la provincia. Se extiende por seis términos municipales (Jerez, El Puerto, Arcos, Medina, Puerto Real y san José del Valle). En el informe de Greenpeace se alerta del peligro que sufre por contaminación de nutrientes, especialmente por nitratos de abonos usados en la agricultura y excrementos de animales. Además, incide en la presencia de plaguicidas concluyendo de manera general que el constante cambio de compuestos de los fabricantes para esquivar las prohibiciones y su durabilidad propicia que “se detecten en las aguas muchos años después de ser prohibidos, ha despertado las alarmas”.

En la propuesta de plan hidrológico que está elaborando la administración autonómica (el documento estuvo en exposición pública hasta el pasado mes de junio), se reconoce que esta masa de agua está “intensamente afectada” por la actividad de regadío y cuenta con una presión significativa provocada por “contaminación por fuentes difusas-agricultura".

Para hacer frente a ello, plantea un control mayor de los lodos procedentes de las depuradoras de su entorno, una mejora de la sostenibilidad ambiental de las explotaciones agrícolas, un uso sostenible de fertilizantes, fitosanitarios, así como un “servicio de asesoramiento” a los agricultores. Entre los objetivos que se ha marcado el plan es que este acuífero esté en buen estado en 2027, último año de vigencia del futuro plan hidrológico, que aún no se ha aprobado.

Al igual que el Aluvial del Guadalete, el acuífero de Jerez, con un superficie de unas 7.500 hectáreas, tiene los mismos problemas, aunque no se espera que pueda pasar a un buen estado químico hasta, al menos, 2033. Sus principales problemas se deben a los vertidos que realizan depuradoras como las de Torremelgarejo o Nueva Jarilla, así como a la actividad agrícola. Además de las medidas de controlar y hacer más sostenible la actividad agrícola y el uso de fertilizantes, el plan hidrológico ve necesario una inversión para resolver los problemas de la depuradora de Nueva Jarilla y ampliar la de Torremelgarejo.

Durante la presentación del informe, la directora ejecutiva de Greenpeace en España, Eva Saldaña, incidió en que, "o las confederaciones hidrográficas, la agroindustria y los gobiernos del color que sea empiezan a tomarse el problema en serio, o el país tendrá serios problemas para el abastecimiento de campos, animales y personas".