La dimensión de Manuel Alejandro
El Rotary Club Jerez entrega al músico el premio Jerezano del Año en un acto íntimo y emotivo celebrado en los Museos de la Atalaya y cuya recaudación se destinará a las obras de la segunda planta del centro AFA La Merced
Todas las imágenes de Manuel Alejandro recibiendo el premio Jerezano del Año del Rotary Club Jerez
La dimensión del legado de Manuel Alejandro es algo de lo que muchos, hoy por hoy, no son conscientes. Por eso, gozar de su sabiduría y talento en primera persona es, sin duda, una experiencia única e irrepetible.
Quería el Rotary Club Jerez, auspiciado por el propio protagonista, que Manuel Alejandro se sintiese como en casa en la entrega del de la sexta edición del premio Jerezano del Año, de ahí que organizara en los Museos de la Atalaya un acto íntimo y personal, en el que todo giró en torno al premiado.
Al escribidor de canciones, como a él le gusta definirse, se le vio “encantado”, como confesó nada más subirse al escenario, regalando a los asistentes una jornada inolvidable y muy emotiva. En su devenir, no faltó su sentido del humor, muy presente en cada una de sus afirmaciones, sus recuerdos, como los que tuvo para su hermana Angelita, fallecida hace un mes tras luchar 12 años con el Alzheimer, para su mujer, a la que mencionó en varias ocasiones relatando anécdotas, y por supuesto, sus letras y su piano.
Todo el acto estuvo perfectamente coordinado, por lo que la hora y media de duración se esfumó casi sin darnos cuenta, integrando a las mil maravillas las intervenciones del jerezano (cómo embelesa escucharlo hablar de su vida) con cuatro vídeos muy bien trabajados e incluso con dos pinceladas musicales, la protagonizada por el cantautor cordobés Javier Pineda y la que asumió el propio Manuel Alejandro con su piano, desgranando algunas de sus creaciones más importantes. “La vejez es muy mala, digan lo que digan”, bromeó el maestro mientras comentaba con los asistentes sus problemas en los dedos para tocar el piano.
En este recorrido tuvo un papel importante Esteban Fernández, que condujo el acto de manera brillante, y también la presencia de Paco Cepero, otro grande de la música de Jerez. Cepero nunca ha escatimado en elogios para Manuel Alejandro, y en más de una oportunidad ha dejado clara su admiración por él, una circunstancia que ayer la quiso corroborar con unas palabras cariñosas y, fiel a su manera de ser, con algún que otro verso dedicado a él y a su barrio de Santiago.
Juan Muñoz, presidente del Rotary Club Jerez, agradeció a Manuel Alejandro, al que consideró como “el mejor y el mayor compositor en lengua hispana”, su presencia en el acto, ensalzando, del mismo modo, “su gran corazón”, pues no hay que olvidar que esta cita tenía también un fin importante, recaudar fondos para finalizar las obras del centro Alzheimer La Merced de Jerez.
En esta misma línea se pronunció María José García-Pelayo, quien, visiblemente emocionada, dio las gracias al Rotary Club por la iniciativa, “y por hacernos disfrutar de nuestro maestro sumándole además una gran causa”.
Fue sin duda un reconocimiento perfecto, y que situó a la figura de Manuel Alejandro en el sitio que le corresponde.
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