Manzanilla con nombre propio
Ruiz-Mateos dedica a su esposa Teresa Rivero el nuevo vino de Valdivia, que sale a la venta con el nombre de la también presidenta de la Fundación socio-cultural y del Rayo
Paloma Ruiz-Mateos define a su madre, Teresa Rivero, como "una mujer sólida y fuerte, con temperamento y carácter, pero al mismo tiempo delicada, elegante y grande en sus virtudes", cualidades, muchas de ellas, que están presentes en la nueva manzanilla lanzada al mercado por Valdivia y a la que presta su nombre y su imagen la consorte de José María Ruiz-Mateos.
El empresario jerezano, gran amante de los vinos de Jerez, rinde así nuevo tributo a su esposa, en palabras también de Paloma Ruiz-Mateos -jefa de imagen de Nueva Rumasa en Jerez-, "su otro gran amor" y cuyo nombre designa un estadio de fútbol, una fundación de carácter socio-cultural y educativo y, desde ayer, el nuevo vino de Valdivia, bodega que curiosamente ocupa las instalaciones en las que se inició la aventura empresarial de Rumasa, como se encargo de recordar en la presentación la agasajada.
"Me hace mucha ilusión que mi marido haya pensado en mí en tres cosas tan fundamentales", la manzanilla, el estadio del Rayo Vallecano y la Fundación con sede en la plaza Rafael Rivero que llevan su nombre, aseguró Teresa Rivero, quien pese a reconocer que aunque "no entiendo de vino, ni me gusta, como mi marido lo doy todo por Jerez, y esto no me canso de decirlo, porque como mi pueblo no hay nada".
La defensa de Jerez y el jerez es un axioma para todos los miembros de la amplia familia Ruiz-Mateos, entre ellos Alfonso, director general de Nueva Rumasa, que también arropó ayer durante la presentación a su madre, a la que apuntó que, como con el vino, "tampoco te gustaba el fútbol y mira ahora".
El también secretario del consejo del grupo empresarial explicó que la manzanilla Teresa Rivero procede de la cooperativa Virgen de la Caridad, de Sanlúcar, "con la que tenemos una gran sintonía en la defensa del Marco de Jerez" y a la que "en los últimos seis años hemos comprado cerca de 40.000 botas, que suponen unos 20 millones de litros de vino".
El propio Alfonso Ruiz-Mateos explicó que muchas de estas partidas se han adquirido sin necesidad de reponer existencias, pues "ser empresario, como siempre ha dicho mi padre, implica una responsabilidad y una obligación social" y con estas compras, el grupo bodeguero permite dar salida a los mostos que producen varios cientos de cooperativistas que tienen la viticultura como principal fuente de ingreso.
Del trabajo de estos viticultores, Valdivia ha escogido las mejores botas de entre las más de ocho mil que se dedican en la cooperativa sanluqueña para manzanilla, inclinándose por un vino "fino y elegante" y que, según el director técnico del grupo bodeguero, Luis Arroyo, "tiene como mínimo seis años de crianza", por supuesto en Sanlúcar, donde la proximidad al mar y al río Guadalquivir ofrecen un microclima que permite mantener todo el año el velo de flor característico de la crianza biológica y que le otorga personalidad y complejidad a la manzanilla.
La primera partida, ya en el mercado, la forman diez mil botellas que salen a la venta a un precio aproximado de cinco euros y que estarán presentes en los puntos habituales de venta, además de en las ferias, principalmente en la de Sevilla.
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