María, la emigrante que dejó La Barca

Familiares, amigos y vecinos rinden homenaje a María Rodríguez al cumplir sus 90 años

A finales de los años sesenta se marchó con sus diez hijos a Lyon, donde nació uno más, en busca de una vida mejor junto a su marido

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María, junto a sus hijos, durante la fiesta sorpresa por su 90 cumpleaños.
María, junto a sus hijos, durante la fiesta sorpresa por su 90 cumpleaños.
A.Villegas

01 de noviembre 2023 - 05:05

Jerez/María Rodríguez Fernández acaba de cumplir 90 años. Un cumpleaños que su familia le celebró por todo alto con una fiesta sorpresa lleno de emotivos momentos. Podría haber sido una efeméride más pero sus más allegados quisieron hacerle algo especial para homenajear a María, una mujer que con poco más de treinta años se vio obligada a dejar La Barca y emigró, junto a su marido, fuera de España para buscar un futuro mejor para su familia.

Su historia familiar comienza en 1964. En aquel año su marido Paco se vio obligado a irse a Francia a trabajar solo para poder mantener a su gran familia. Afortunadamente, tuvo la suerte de encontrar trabajo en Renfe, donde se mantuvo hasta su jubilación.

María, sin embargo, se quedó en La Barca haciéndose cargo en solitario de los diez hijos que tenían en ese momento. Tal como cuentan los más cercanos, fueron tiempos difíciles para todos, a pesar de que contó con la ayuda de su hija mayor para cuidar al resto de la familia.

Durante cuatro años, Paco estuvo trabajando y preparando todo lo necesario para poder recibir a su familia en el país vecino. Tras la larga espera, llegó el momento reunirse todos, por fin, en Francia. El viaje fue , sin duda, toda una aventura. Tres días de viaje en tren con todos sus hijos, maletas, comida, etc...

Los inicios en familia

Finalmente lograron llegar a Francia, concretamente a Lyon. Allí se vieron Paco y María, con 10 hijos, sin saber hablar francés y sin conocer a nadie. Además, pronto llegó la nieve y muchísimo frío. Todo ello sin que estuvieron preparados porque procedían de un clima totalmente diferente.

Los niños empezaron a ir al colegio. La mayor tenía entonces 15 años y el más pequeño 16 meses. Como es lógico, a los mayores le costó más la adaptación, sobre todo por el idioma. En aquel momento, estaban obligados a estar en el colegio hasta los 16 años pero, conforme los iban cumpliendo, se iban a trabajar. Los más pequeños, mientras tanto, se adaptaron mejor y pudieron estudiar.

Tres años más tarde de reunirse la familia en Francia, llegó el último hijo, Jean-Pierre, que quiso nacer en el país vecino.

La vida de María en Francia

Mientras Paco trabajaba en Renfe, María se dedicó en cuerpo y alma a la crianza de sus hijos y a trabajar en la casa para que no les faltase de nada: comida caliente, ropa limpia, etc... Pero sus allegados reconocen que la vida con once hijos en un país desconocido no fue nada fácil. La vida del emigrante nunca lo es.

María Rodríguez.
María Rodríguez.

Poco a poco, sin embargo, y según pasaba el tiempo llegaron también los buenos momentos. Aprendieron a convivir con sus vecinos e hicieron amigos y con esto la vida se hizo cada día más agradable. Principalmente porque también llegó el día en el que pudieron volver a su tierra, al menos, cada año por vacaciones a su casa familiar.

Si algo tenían claro María y Paco, y así se lo inculcaron a sus hijos, fue el amor por sus raíces. Por eso han regresado año tras año, a pesar de que su marido Paco, hace años que falta.

Balance de un vida lejos de su tierra

María acaba de cumplir 90 años y puede mirar atrás con orgullo. Ha tenido mucha suerte con sus hijos, o quizás no es suerte sino fruto del esfuerzo que hizo junto a su esposo. Gracias a ello, todos sus hijos pudieron estudiar y prepararse para tener hoy día una buena situación.

Esta barqueña, además, consiguió educar a todos sus hijos en los valores que hoy en día los caracteriza: "Responsables, cariñosos, trabajadores, lo logró con mucha disciplina, pero con mucho amor hacia la familia, que es lo más importante. Hoy en día siguen siendo una familia ejemplar", afirman aquellos que la conocen.

Sus 11 hijos, 27 nietos y 30 biznietos son, sin duda, el mejor legado de María y Paco. Una pareja que son todo un ejemplo de superación ante una vida llena de dificultades. Una vida como la de otros tantos jerezanos que se vieron obligados a abandonar su ciudad en busca de una vida mejor para sus familias.

Sentido homenaje en La Barca y reconocimiento en Lyon

A día de hoy, María es una mujer muy querida en Francia, donde sigue residiendo. Tanto es así que se llevó una gran sorpresa cuando recibió por parte del Ayuntamiento de Lyon la medalla de la familia numerosa (por la educación de tantos hijos), distinción que es muy rara y especial de recibir. Además, aquí en su tierra, también recibió por parte del Ayuntamiento de La Barca un homenaje de reconocimiento por su amor a la familia y a su tierra natal.

Un momento de la celebración de su 90 cumpleaños.
Un momento de la celebración de su 90 cumpleaños.

No han sido los únicos reconocimientos, toda su gran familia, amigos y multitud de vecinos de La Barca de la Florida la quisieron acompañar días atrás en su 90 cumpleaños. Estuvieron presentes diez de sus once hijos, un yerno y alrededor de sesenta personas más que participaron en la fiesta celebrada en Garrapilos. "Te deseamos que sigas disfrutando de la vida en 'tu pueblo' junto con nosotros por muchos años más. Levantamos nuestra copa y brindamos por un día tan especial para María, su familia y todos nosotros", le desearon los presentes.

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