Tribunales

El Consejo Notarial de Andalucía considera el caso de la suplantación de identidad algo "aislado"

  • Cada año se firman 1,2 millones de poderes en España y los casos de engaño "son insignificantes"

Entrada a una notaría.

Entrada a una notaría.

El Colegio Notarial de Andalucía considera que el caso del notario que dio un poder al hijo de una familia jerezana tras sustraer el DNI a su madre y suplantarla por otra persona “es un caso aislado” e insiste en que “la mejor garantía contra la suplantación de identidad es la intervención notarial”.

El caso en cuestión, que se saldó con una indemnización de casi 800.000 euros a favor de la familia (la cual fue pagada por una aseguradora) acaeció en 2007 y no ha sido hasta trece años después que se ha dado por cerrada su vía civil.

El Colegio Notarial de Andalucía destaca que “cada año se autorizan en las notarías españolas más de 1,2 millones de poderes. Concretamente, en 2007 (año en el que se produjo la suplantación), y según las estadísticas del Consejo General del Notariado, los actos de apoderamiento se elevaron por encima de 1,4 millones. En todos los actos y contratos sujetos a intervención notarial, como poderes, préstamos e hipotecas, testamentos y compraventas, repartos de herencias o constitución, transformación o disolución de sociedades, el notario asegura la identidad de cada uno de los comparecientes cotejando su rostro y firma con la foto y firma del DNI original”.

Desde el propio Colegio Notarial de Andalucía se apunta que “aunque aparentemente se trata de un proceso sencillo, en no pocas ocasiones sucede que el compareciente ha cambiado de firma y no recuerda cómo firmó en el DNI o ha cambiado su imagen de tal forma que incluso es difícil reconocerlo por la foto de su documento de identificación”.

Pese a estos contratiempos, “el celo que los notarios ponen en esta función, incluyendo las veces en que se ven en la obligación de no autorizar la escritura, es muestra elocuente el hecho de que las suplantaciones que se producen son estadísticamente insignificantes. Con todo, de producirse un caso como el que nos ocupa y en el que se logra engañar a un notario, el ciudadano afectado está protegido por un seguro de responsabilidad civil”.

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