Paco Toro, ahora o nunca Caballo de Oro

La página ecuestre

Jerez debe reconocer la proyección cultural de un pintor inmortal e irrepetible · Se volcó siempre dibujando caballos y hablando de Jerez en cada una de sus coloristas pinturas ecuestres

El artista posa con una de sus conocidas obras, en una imagen de archivo.
El artista posa con una de sus conocidas obras, en una imagen de archivo.

25 de febrero 2011 - 01:00

El gran artista jerezano Paco Toro, que encontró su más potente fuente de inspiración en los caballos de Jerez durante su más fructífera y plena trayectoria artística, se ha marchado sin el Caballo de Oro, el premio que mejor hubiera confirmado y reconocido la indiscutible proyección cultural que plasmaba en cada uno de sus coloristas trabajos. El pintor jerezano dibujó el caballo andaluz de una manera rompedora, moderna y fresca y lo hizo en distintos formatos y colores. Paco Toro se recreó con sus caballos andaluces y fue capaz como ningún otro artista mundial de exportar a nuestro Pura Raza Española a todos los rincones del mundo.

Al Caballo de Oro, una estatuilla que cuenta con más de cuarenta años de vida, le han ajustado un corsé que no le permite galopar hacia otras parcelas que no sean las deportivas o ganaderas. Jinetes, amazonas, criadores o instituciones ecuestres engrosan una lista de premiados desde los años sesenta que en algunas ediciones no ha contado con el aplauso generalizado de la afición. El jurado del Caballo de Oro, constituido por miembros del Ayuntamiento de Jerez y de diferentes instituciones ecuestres de Jerez y del resto de España, se ha centrado en premiar la historia ecuestre de las casas ganaderas de nuestras tierras, los méritos deportivos de flamantes jinetes y amazonas, así como la infatigable entrega al mundo del caballo de grandes sabios de esta ciudad. Pero nunca ha reparado en premiar el talento artístico ecuestre. A finales de los años sesenta, el Ministerio de Información y Turismo constituyó este galardón para otorgarlo "en reconocimiento a los méritos acumulados por una persona o entidad por la labor realizada en pro del caballo, de Jerez de la Frontera y de su Feria". Paco Toro dedicó todo su esfuerzo físico y mental, hasta volverse prácticamente loco, en dibujar los caballos de su ciudad. Hoy, sus cuadros cuelgan de reconocidas paredes en Estados Unidos, Europa y Asia y se cotizan en miles de euros.

Será difícil que el Caballo de Oro galope finalmente hasta la vitrina del artista jerezano, fallecido recientemente, sobre todo porque el veredicto lo dicta un jurado que se reúne para votar la mejor candidatura presentada por cada miembro del jurado. Y cada miembro del jurado presenta la candidatura que más le interesa. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Criadores de Caballos Española, miembro del jurado, suele proponer un socio ganadero que haya destacado sobre manera en el año; la Federación Hípica Española defiende la candidatura de deportistas o técnicos; la Yeguada Militar, también con sillón en el jurado, barrerá para personas del mundo ecuestre con galones; y los vocales del Ayuntamiento, que también forman parte, pues tratan de sacar adelante su criterio. Así pues, para que Paco Toro sea premiado a título póstumo con el Caballo de Oro será preciso que algún miembro del jurado llegue a la reunión con esta candidatura bajo el brazo y, a continuación, que el resto del jurado vote a favor.

En cualquier caso, las candidaturas defendidas por el jurado del Caballo de Oro son totalmente legítimas e incluso acertadas en la mayoría de los casos, pero abrir el galardón a otras artes no solo supondría actualizarlo y modernizarlo sino que además haría justicia con un pintor irrepetible e inmortal.

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