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JEREZ | Crisis del coronavirus

Panaderías abiertas, pero escasos clientes

  • La falta de ventas dificulta el mantenimiento de los pocos negocios que pueden abrir durante el estado de alarma

Es probable que después de más de veinte días de confinamiento usted sea uno de los muchos jerezanos (y españoles) que en estas semanas se ha convertido en panadero-pastelero casi de la noche a la mañana. A pesar de que no hay estadísticas locales, lo cierto es que encontrarse vacía la estantería de la levadura y de la harina en los supermercados ha sido una de las estampas de estos días en Jerez. Aun así, tranquilidad, no hay desabastecimiento y siguen vendiéndose estos productos a pesar de que las redes sociales se han llenado de jerezanos orgullosos de haber hecho su propio pan en casa o de haber elaborado un bizcocho o galletas caseras. “Tengo un niño pequeño en casa y así no sólo merienda cosas más saludables, sino que aprovechamos el tiempo”, reconoce Paola, mientras busca harina de repostería en un supermercado del centro.

Mientras unos utilizan estas tareas como distracción, los verdaderos establecimientos dedicados a la venta de pan y dulces han visto caer sus ventas de manera alarmante. A pesar de que pueden permanecer abiertos durante el estado de alarma, los horarios se han reducido y la presencia de clientes lógicamente también debido a las circunstancias.

Así lo reconocen desde dos céntricos establecimientos que, antes de coronavirus, disfrutaban de una amplia clientela. "Las pérdidas son seguras, antes abríamos de ocho de la mañana a diez de la noche y ahora sólo hasta las tres", cuenta una trabajadora de la panadería y pastelería Arenal. "Se nota la gente que no viene a la plaza, que no viene al centro... y los domingos son todavía peor", asegura Remedios, reconociendo que, al menos, "dentro de lo malo nosotros podemos permanecer abiertos y estamos sobreviviendo". En este caso, la caída de las ventas ha provocado que la plantilla actual sea de cinco personas, mientras que otras cinco ya no trabajan en el establecimiento a la espera de que finalice la crisis sanitaria.

En este comercio, al igual que en los pocos que permanecen abiertos, la limpieza se ha intensificado y "la lejía no falta para limpiarlo todo", reconoce. Además, guantes, gel de manos y mascarillas son elementos prioritarios para atender y las distancias entre clientes se cumplen para evitar problemas. “Como cobro con efectivo, me lavo las manos cada vez que atiendo a alguien”, explica.

En la panadería pastelería La Guinda también reconocen que "esto no tiene nada que ver con el diario que teníamos antes. Por las mañanas todavía se ve alguna gente que viene a la plaza pero desde las dos y algo esto ya es horrible". "Esto te afecta tela y el fin de semana es de pena, los domingos sobre todo te entran ganas de llorar", relata Yolanda.  Incluso, han adelantado el horario de apertura de 9 a 8 de la mañana "porque la gente de la plaza y de los autobuses no tienen donde desayunar y preparamos bocadillos para que se los puedan comer en su hora de descanso". "A ver cómo salimos de esta", se pregunta Yolanda.

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