Jerez

Patatas con chubasquero

  • Las intensas y continuas lluvias de los dos últimos años han afectado negativamente al sector de la patata en la provincia · Se ha reducido superficie, retrasado la cosecha y proliferado los hongos

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG- de Cádiz quiere destacar la situación por la que está atravesando el sector de la patata temprana en la provincia, cuya producción se localiza principalmente en el término municipal de Jerez (45%), en San José del Valle, Costa Noroeste y otras localidades como Arcos, Villamartín o Vejer.

La patata temprana de Andalucía, que se recolecta entre los meses de abril y julio, es un producto de temporada que llega directamente al consumidor sin requerir ningún tipo de conservación, frente a la patata conservada, también llamada vieja. Se trata de un producto fresco, con poco impacto ambiental en su producción y puesta a disposición de los consumidores, y rigurosas certificaciones de calidad que garantizan su seguridad alimentaria.

La mayoría de la producción temprana andaluza se dirige al mercado doméstico, como alternativa fresca o reemplazo a la patata vieja de las cosechas de media estación y tardías almacenadas del año anterior. Su principal área de producción se ubica en las provincias de Sevilla, Cádiz, Córdoba y Huelva, que cuentan con las condiciones óptimas de clima y suelo para el cultivo de patata temprana de máxima calidad.

En la provincia de Cádiz, el sector de la patata ha ido, en la última década, capeando la crisis que atraviesa el campo, apostando por la excelente calidad del producto y la búsqueda de alternativas en cuanto a la comercialización para esquivar los precios mínimos impuestos por la gran distribución. Pero esa evolución favorable se ha encontrado estas dos últimas campañas con un enemigo impredecible y contra el que poco o nada se puede hacer: la climatología.

Y es que los periodos de siembra de la patata han sido, los dos últimos años, fechas de lluvias intensas y, lo que es peor para el cultivo, continuas. Ha llovido para aburrir. Y aburridos están ya los agricultores de tener que retrasar la siembra de la patata, con todas las consecuencias negativas que acarrea esta circunstancia.

Juan Luis Pavón, director técnico de la empresa Expat Andalucía, ubicada en la Barca de la Florida y dedicada a la producción y exportación de patata a Alemania, principalmente, explica que las lluvias de los meses de diciembre y enero han hecho que se retrasara la siembra del cultivo, por lo que las patatas se exportarán más tarde de lo habitual y, por tanto, su incursión en el mercado encontrará más dificultades.

Esta empresa produce, en circunstancias normales, una media de 18 millones de kilos de patatas al año. Con motivo de los temporales que está padeciendo la provincia en los últimos tiempos, esta producción se ha visto mermada considerablemente, llegando a reducirse en un 50% en 2010. Para esta campaña se espera un 20% menos.

Y no sólo la lluvia tiene que ver en el parón de crecimiento que experimenta el sector de la patata en la provincia, los fuertes vientos de levante, de hasta 50 km/h. que sufre la zona también hacen mucho daño al cultivo, al romper hojas y tallos. Estas heridas y la humedad exagerada de la tierra hacen que los hongos como el Mildiu ataquen agresivamente a la plata. Y éste es otro de los problemas que sufren los agricultores.

Lluvia, viento y hongos. Uno para todos y todos para uno. Y si a este tripartito se le une la situación de los mercados, el panorama es poco esperanzador.

Por ello, no es de extrañar que los agricultores busquen alternativas y se atrevan ellos mismos a comercializar sus patatas. Y ya hay varios casos en la provincia: cooperativas que abren sus propios establecimientos de venta directa al público, como en Conil y Sanlúcar, el uso de las nuevas tecnologías que hace la Cooperativa Agrícola Virgen del Rocío de La Algaida (Sanlúcar), que vende patatas a domicilio a través de internet, o la transformación y comercialización del producto que hace Explogades S.L., que vende las 2.000 toneladas de patatas que producen cada año convertidas en patatas fritas elaboradas como en casa.

Y es que los agricultores están cansados de trabajar para que sólo los intermediarios obtengan beneficios, mientras que a ellos se les asfixia con precios irrisorios que se congelan durante años y que no hacen rentables los cultivos.

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