Jerez

Piedra filosofal

  • Paseo con el investigador jerezano Saulo Ruiz Moreno por el simbolismo hermético según los monumentos de la ciudad

¿Casualidades, acertijos burlones o formas veladas de transmitir un pensamiento secreto? Las fachadas de los monumentos de la ciudad cuentan historias de extraños personajes como mercurio, azufre, leones, perros, peces que vomitan, dobles cabezas, serpientes, doncellas desesperadas... Narraciones herméticas en las que las figuras conforman un todo, son dependientes unas de otras, presentes en diversos puntos de la ciudad a modo de trovador de cuentos.

Sin embargo, la comprensión de estas historias en piedra no está al alcance de todos ya que están llenas de conceptos filosóficos o de alquimia. El escritor e ingeniero químico jerezano Saulo Ruiz Moreno ha elaborado un estudio llamado 'Alquimia en Jerez' (Tierra de Nadie) que muestra los principios del simbolismo hermético según los monumentos de la ciudad.

"El libro surge de un paseo por la ciudad, de un recorrido de Saulo y unos amigos por el contenido iconográfico de muchos monumentos de Jerez y de intentar desvelar el significado de las figuras que pueblan las fachadas de palacios e iglesias", cuenta. "Porque - añade- hay libros de Historia del Arte que sí que cuentan lo que significan esas figuras, pero ninguno habla de su traducción en su contexto total de esta imágenes, ya que están relacionadas unas con otras, forman un todo". Así que Saulo comenzó la investigación dentro de este mundo de la filosofía hermética de los alquimistas, a recopilar datos de monumentos y se paraba allí donde veía que podía haber cualquier tipo de mensaje diferente a lo que aparentemente se ve. "Y es que los tratados herméticos son como jeroglíficos que dejaban en dibujos, libros o en la piedra a modo de mensaje, una historia. Me recorrí Jerez buscándolos, hice un catálogo y cuando lo concluí, me puse a investigar a sus posibles autores". Fue entonces cuando se dio cuenta de que las obras con contenidos históricos pertenecen a tres nombres y tres épocas muy concretas: el entorno de Fray Francisco de la Barca, prior del convento de Santo Domingo y autor intelectual de las obras del alarife Fernando Álvarez en el segundo tercio del siglo XVI; Diego Moreno Meléndez, del XVII, y el círculo de Juan de Bargas, en el XVIII. En tres momentos diferentes de la Historia de Jerez, tres décadas, de autores que han dejado este tipo de símbolos.

El autor advierte que el libro "no es sencillo en su primera lectura y es que en los textos herméticos siempre es necesario conocer el final para entender el principio. Actúan como una especie de Ouroboros, serpiente que se devora la cola, por lo que sólo las lecturas sucesivas consiguen desentrañar por completo el contenido de los símbolos. Para entender uno hay que entender el anterior". La obra está estructurada de forma que la persona que se acerca por primera vez a la alquimia o al hermetismo los entienda de forma ordenada, no cronológicamente, sino por conceptos, es decir, para saber qué dice la iglesia de San Miguel hay que leerse antes el capítulo dedicado al Palacio Riquelme porque son como historias encadenadas, aunque pasen siglos entre ellas.

La narración más completa de la simbología alquímica la refleja la fachada del palacio Riquelme. "Su trazo, la estructura simbólica, es decir, un cuadrado, un círculo y un triángulo, muy del Renacimiento y del Medievo, explica el desarrollo filosófico de la posición del resto de elementos. Algo que se repite en San Miguel, la Compañía, la Catedral, la torre de Santiago... Un patrón simbólico utilizado por estos autores mencionados".

No es un estudio de Historia del Arte, es una investigación sobre sus símbolos. Por ejemplo, ¿qué significa la imagen de la esquina izquierda del Palacio de Montana, obra de Juan de Bargas? Dos rostros, un león que se come un pez, que vomita una especie de agua seca. No es inventada, existe en la tradición del momento. Se ve en muchos otros sitios. Es el encuentro de los elementos, de la sustancias hechas materia para llegar a ser perfectas, de elevarse a la Quinta Esencia. El alquimista piensa que hay materiales en la tierra que combinándolos dan lugar a esa sustancia. El león simboliza el azufre, la fuerza seminal, que ataca una sustancia mercurial que es el pez u óvulo, que genera una tercera sustancia que es la sal (el agua seca) por la combinación de dos opuestos (el azufre y el mercurio), que sería el cigoto en biología, como sustancia doble o Rebis, dos cabezas gemelas. "En la esquina derecha la historia continúa, y es que las dos cabezas ya evolucionadas en la sustancia generan una flor que es la perfección, esa Quinta Esencia", apunta. De este mismo autor, Juan de Bargas, en Bertemati existen dos esquinas que cuentan lo mismo. Una con la roca abierta, vacía, a modo de tierra fértil preparada para las semillas, el mercurio. Un material llamado en la tradición alquimista 'el leal servidor', representado como un perro con las dos patitas hacia delante, que está en la esquina derecha. Y falta el azufre, el león, que está en la calle Beaterio. De esta combinación debe surgir una flor, que está en el hotel Bellas Artes. Desde el aire, estas tres esquinas forman un doble triángulo con las mismas dimensiones. Una imagen perfecta. "Son como pistas, -desvela- que le dicen al investigador que va por buen camino a la hora de descifrar el jeroglífico".

En Riquelme también aparecen los llamados en filosofía hermética los progenitores de la piedra. Como dicen que hay dos azufres y dos mercurios, y éste a la vez tiene dos padres, hay dos hembras y dos machos que son una dama serena asociada a un guerrero con alas en el casco, y una doncella desesperada obligada a casarse con un viejo, esculpido a su lado. Son también un nexo de unión entre varias obras de la ciudad, porque también aparecen en la capilla de la Consolación en Santo Domingo, en San Francisco, en la Casa Rectoral de San Miguel, en el palacio de Ponce de León... "Son casi novelas basadas en historias simbólicas y mitológicas, toda una literatura. Y es que se repiten por la ciudad porque la filosofía alquímica pretende explicar el mundo según su punto de vista. Un compendio de conocimientos que describen en estas obras, la creación del mundo, la evolución de la materia... Jerez es una de las ciudades de Europa con más concentración de monumentos con contenido simbólico. Son obras con un fuerte trasfondo filosófico", concluye.

Un total de 17 espacios 'mágicos' como el Gallo Azul, Villapanés, plaza del Arroyo, la Catedral, palacio Ponce de León, San Mateo... Una nueva ruta para el jerezano y visitante, aventuras en una escenografía de vasos como símbolo de la piedra filosofal, sirenas de dos colas, dragones, unicornios, dos gansos unidos por el cuello y arcángeles que matan a demonios. Un mundo de patrimonio alquímico en un vistazo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios