La alcaldesa, Pilar Sánchez, se mostró ayer un tanto bipolar durante su comparecencia ante los medios, pues si bien no pudo ocultar la alegría de dejar 'amarrada' de manera formal una inversión que dijo "va sobre ruedas", tampoco disimuló cierto resquemor hacia diferentes mensajes envenenados que se han lanzado en los últimos días sobre la llegada de Zahav Automobile a la ciudad. Una vez que la inversión está encauzada para Jerez, que como es sabido se la arrebató 'in extremis' a Alcalá, Sánchez volvió a pedir "a aquellos cuyos intereses son ajenos a Jerez que nos dejen trabajar". "Es muy importante lo que está sucediendo aquí y queremos que esto llegue a buen fin", enfatizó. Antes, la alcaldesa, pese a que en su comparecencia del pasado viernes negó tal extremo, insistió en reclamar que "nos dejen trabajar, pues lo estamos haciendo con rigor y seriedad, pese a las dificultades de otro tipo de intereses que no son los de Jerez y que han estado intentando dinamitar el proyecto". A casi nadie escapa que el hecho de que la regidora socialista precipitase el cambio de planes de Zahav, decidida a ubicar su nueva planta europea en Alcalá, para atraerla hasta Jerez no ha sentado bien a la plana mayor del PSOE provincial, ni por supuesto al alcalde alcalaino, también socialista, Arsenio Cordero. Pese a las polémicas, la alcaldesa se felicitó ayer por el hecho de haber sentado en torno al proyecto de Zahav a la Junta, a través de la delegada provincial de Innovación, Ciencia y Empresa, Angelines Ortiz; y a la Zona Franca de Cádiz, con la presencia del delegado estatal José de Mier. Esto significa, dijo, "un claro respaldo hacia el proyecto".