La perrera municipal de Jerez lleva varios días en el ojo del huracán tras una denuncia pública formulada por la organización Ace-Charity - un centro que dice encargarse de cuidar a los animales y buscarles familias en adopción tanto aquí como en Holanda-. Representantes suyos dijeron que vinieron a pedir información en el citado centro municipal y afirmaron que "nos hemos encontrado con la fotografía más mala del mundo". Así, manifestaron que "había animales moribundos, el 90% tiene moquillo, estaban sin comida, sin agua, famélicos... los lavan a chorros". Añadieron que algunos tienen evidentes síntomas de "estar sufriendo" y que a pesar de eso les han dicho que allí no pueden sacrificarlos a menos "que sea el veterinario el que lo determine", aunque "viene de higos a brevas", según les dijeron. La citada 'ong' manifestó que "ayudamos a unos 1.000 animales al año, a los que tienen sanos, limpios, alimentados y en regla, con sus chips..."

Trabajadores del citado centro negaron ayer textualmente tan graves acusaciones y destacaron que "cualquier perro que sale de aquí tiene que hacerlo con microchip y vacunas; además de firmar un compromiso que en el plazo de un mes ese animal hay que esterizarlo o castrarlo". Los trabajadores afirmaron que no "se puede garantizar una sanidad cien por cien: entran todo tipo de animales, muchos de la calle. Y nos han acusado incluso de no haberles dado de comer. Las afirmaciones que hace ese centro son vergonzosas simplemente. Es muy difícil de explicar". Curiosamente (y consta en los libros de registro de la perrera) las integrantes de esa 'ong' sólo mostraron interés el pasado martes (cuando se suscitó la polémica) por cuatro perros de raza con microchip -dos de ellos 'husky'- despreciando al resto de animales. "Curiosamente, la holandesa que ha montado el follón se ha llevado furgonetas cargadas de perros de este centro".

Por su parte, Paloma Rodríguez, presidente de la asociación protectora de animales de animales de Jerez -que cuenta con una dilatada experiencia- aseveró que "estamos muy seguros de que los animales son bien tratados en la perrera. Probablemente, como todo, es mejorable... Pero desde luego no nos creemos esas descalificaciones". "Desde nuestra experiencia, aunque ahora vamos cada ocho o diez días, creemos que están bien tratados. Los limpian y les dan de comer. No entiendo la polémica".

Incluso UPyD solicitó "que ante el sistemático sacrificio que se hace en la perrera -después de transcurridos diez días desde su llegada- de los animales que son abandonados entregue la gestión de este centro público a asociaciones protectoras de animales". Tanto los trabajadores del centro como la misma Paloma Rodríguez negaron a este medio que se estén sacrificando tanto perros como gatos desde hace semanas.