Rendimiento académico
reflexiones sobre psicología
Tanto una baja capacidad intelectual como una superior pueden motivar el fracaso
Puede que alguna vez se haya preguntado si su hijo rinde por debajo de sus posibilidades.
Para comprobarlo un especialista debe hacer una valoración de varias áreas; analizando el triple sistema de respuesta. Esto implica obtener información del área cognitiva, del área fisiológico-emocional, del área conductual y de la interacción entre ellas, ya que están íntimamente relacionados.
El área cognitiva es la primera que evaluamos ante el fracaso escolar. Por cognición entendemos conceptos como pensamiento, razonamiento, percepción, atención, etc., de ahí que utilicemos pruebas estandarizadas de Inteligencia.
Tanto una baja capacidad intelectual como una capacidad intelectual superior, pueden ser motivo de fracaso escolar.
El estudio de la Inteligencia del niño permite diseñar programas de estimulación ajustados a los déficits del alumno, o bien, programas que potencien aquellas capacidades en las que el niño obtiene puntuaciones superiores que motiven al menor.
También es importante evaluar los procesos lecto-escritores para detectar posibles alteraciones que puedan estar influyendo en el rendimiento.
Dentro del área fisiológico-emocional hay algunas variables que pueden influir y es necesario valorar para poder iniciar un tratamiento adecuado si fuese necesario. Un ejemplo de ello son los problemas en el estado de ánimo, ansiedad, depresión o miedo a los exámenes. Problemas de impulsividad o falta de autocontrol, timidez o problemas de relaciones con sus iguales. También ser víctima de bullying o ciberbullying puede deteriorar su rendimiento.
Por otro lado, una percepción de autoeficacia en el menor, seguridad en sí mismo y alta autoestima provoca un mejor desempeño de la capacidad intelectual.
A nivel conductual, la valoración es más objetiva, conductas disruptivas en el aula, problemas de comunicación, rabietas o negativismo pueden determinar el fracaso escolar.
Tratar estas alteraciones para instaurar y reforzar una actitud positiva y participativa en el aula junto a una asistencia regular al centro escolar, influyen directamente en la obtención de mejores resultados.
El estudio de estas tres áreas nos permite trabajar de forma individualizada y personalizada con el menor para conseguir un rendimiento óptimo.
Para precisar cuál de estas áreas se encuentra con mayor frecuencia afectada entre los alumnos de nuestra provincia, desde Psicología Diez estamos desarrollando un estudio de inteligencia en niños de entre ocho y nueve años, en el que pueden participar todos los hijos de padres interesados en conocer el rendimiento intelectual de éstos.
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