Las poblaciones de carpa siguen haciendo estragos en la Laguna de Medina, Reserva Natural declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), sitio Ramsar de interés internacional y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Personal adscrito a la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía realizó ayer una segunda batida para la retirada de miles de cadáveres de esta especie invasora, introducida accidentalmente por el hombre en este humedal protegido y causante de graves daños en su ecosistema, entre ellos, la importante disminución de aves por la merma de alimentos.

Entre ayer y el pasado día 13, las dos fechas en las que se ha desarrollado la actuación que se vio interrumpida por las fuertes precipitaciones registradas en la zona hace poco más de una semana, se han retirado más de 5.000 kilos de carpas, el 70% grandes ejemplares con un peso medio de 2,5 kilos, según la información facilitada por el servicio de prensa del Gobierno andaluz.

Los intentos de la Junta por erradicar esta especie invasora siguen sin surtir efecto

El personal adscrito a la delegación territorial de la Consejería de Medio Ambiente, hasta 15 trabajadores equipados con el vestuario que marca el protocolo de seguridad para la prevención de la contaminación biológica -monos estanco, guantes, escafandras...-, actuó ayer sobre un tramo de unos 1.100 metros de orilla situado entre los dos observatorios de aves de la laguna.

Con ayuda de una retroexcavadora, las grandes bolsas de plástico en la que se introdujeron las carpas fueron depositados en el lugar estipulado para su retirada y posterior eliminación de los restos de los peces, a cargo de una empresa especializada.

Hasta la fecha, los intentos de la Junta por erradicar las poblaciones de carpa (Cyprinus carpio) en la Laguna de Medina no han dado resultado. A finales de 2007, la Consejería de Medio Ambiente llevó a cabo una actuación, dentro del Programa Andaluz para el Control de Especies Exóticas Invasoras, para erradicar esta especie mediante el uso de un compuesto natural altamente biodegradable que impedía respirar a las carpas.

Sin embargo, pocos años después se detectó nuevamente la presencia de estos peces, cuyas larvas y huevos acabaron en este sistema lacustre procedentes de otra laguna privada que vierte en la misma cuenca de recepción.

Los técnicos de Medio Ambiente idearon entonces un sistema de filtración con mallas y muros laterales para impedir la entrada de las crías y huevos, que nuevamente lograron sortear el obstáculo según se deduce de la mortandad de peces contra la que se ha actuado en estos días.

Los efectos de las poblaciones de carpa sobre las de aves han sido estudiados ampliamente en España y demuestran que existe una relación directa entre su presencia y la degradación de la comunidad de aves en la zona, por lo que ciertas especies típicas del ecosistema vuelven a instalarse tras la eliminación de esta especie exótica invasora.