En la Rosa de Oro los pestiños saben igual que hace más de 40 años. Daniel Jiménez, maestro pastelero de este obrador, remarca que la receta del tradicional dulce navideño se mantiene desde su padre porque "hay cosas que nunca deben cambiar".

Abierta desde 1928, la Rosa de Oro es un estandarte de la pastelería jerezana. Sus tradicionales roscones de Reyes, torrijas, carmelas, mantecados... se mezclan con otros bocados dulces más innovadores, con troncos de Navidad de diseño, con sabores y texturas nuevas. "Este año hemos apostado por el panettone, un producto conocido a nivel mundial que hacemos con levadura madre y están increíbles", destaca Jiménez. 

"En esta época hacemos pestiños a diario. También elaboramos nosotros mantecados y turrones, los hacemos uno a uno, cortados a mano, sin máquinas y con materia prima de calidad", pone en valor el maestro pastelero. ¿El secreto?: "Trabajo y disciplina. En estos momentos creo que somos la pastelería más antigua de Jerez, elaboramos los productos de siempre e innovamos. Somos muy completos a nivel profesional".

"Tenemos la misma receta de pestiños que cuando empezó mi padre y respetarla es esencial. Hay que ser fiel a estas recetas porque es nuestra identidad, hay productos que son intocables. La identidad de la pastelería y de incluso la ciudad", comenta Jiménez. El pastelero explica que cada Navidad recibe pedidos de muchos puntos de España porque "a la gente que no puede volver por estas fechas a su ciudad natal le gusta recordarla por sus sabores. La pastelería debería estar más reconocida, los dulces marcan mucho".

El sector artesanal está sufriendo sobremanera la subida de los precios, tanto de la energía como de las materias primas: "Me parece una pasada lo que estamos soportando. Estamos haciendo mucho más que un esfuerzo por estar aquí. Los artesanos estamos muy expuestos a estos ataques porque somos más que un negocio, somos un legado".