Las visitas de S.M. el Rey Don Juan Carlos a Jerez

EL próximo viernes día 1 de abril se cumplen cuarenta años desde que nuestro Rey emérito D. Juan Carlos I girara su primera visita oficial a nuestra ciudad en calidad de Jefe del Estado. Historia cercana en el tiempo de la que una mayoría de nosotros fuimos testigos. A pesar de ello, pensamos, no estaría de más recordarlo brevemente. Fue el jueves 1 de abril de 1976 a las 11 de la mañana cuando los reyes don Juan Carlos y doña Sofía llegaron a nuestra provincia en un helicóptero de las fuerzas armadas que tomaría tierra en el puerto pesquero de Algeciras, desde donde tras los actos programados en dicha localidad, marcharon a Arcos de la Frontera y Cádiz, estando prevista su llegada a Jerez sobre las siete y media de la tarde, aunque lo apretado de la jornada hizo que llegaran con un considerable retraso.

Aquella tarde en las calles más céntricas de Jerez se respiraba un aire festivo. Miles de personas se agolpaban impacientes en los aledaños del Alcázar y en la plaza del Arenal, ésta engalanada con cientos de banderas de España y de Jerez. Aproximadamente a las nueve de la noche los monarcas hicieron su aparición en la Alameda Vieja. Iban acompañados por los ministros de Educación y Ciencia y de Industria, el Gobernador Civil de la provincia y otras personalidades.

Una batería del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 con guarnición en Jerez aparecía formada en la Alameda y, al compás de los acordes interpretados por la banda de música de la división de Infantería Motorizada Guzmán el Bueno, el rey pasó revista a las tropas. Acto seguido hizo su entrada en el Real Alcázar por la puerta que accede directamente al patio de San Fernando, donde sería cumplimentado por la corporación municipal en pleno presidida por su alcalde, Jesús Mantaras y García-Figueras, al que acompañaban el alcalde honorario y perpetuo de Jerez, Miguel Primo de Rivera y Urquijo, así como el obispo Rafael Bellido Caro. Tras una visita a la mezquita del Alcázar que mereció encendidos elogios por parte del monarca a causa de su valor histórico, el séquito real abandonaría el recinto por la denominada Puerta del Campo, por la que se accede a calle Armas. A su salida, la gente enfervorizada logró romper entre aplausos y vítores el cordón de seguridad para poder estrechar las manos de los reyes.

Ya en la plaza del Arenal y desde una tribuna montada para la ocasión a la altura de la Puerta Real, entre las fervorosas aclamaciones de unas veinte mil personas allí congregadas, muchas de ellas con pancartas y lemas de adhesión y cariño a los monarca, el Alcalde leyó un discurso de bienvenida en el que mostró la satisfacción de todo el pueblo de Jerez por tan histórico acontecimiento, dejando bien patente los problemas que en aquellos tiempos afectaban a la población como el paro, la crisis del campo, la falta de centros educativos, la insuficiencia del Hospital de la Seguridad Social y la aspiración de poder contar con un colegio universitario. Entre otras cosas el primer mandatario municipal dejó patente la gran paradoja de Jerez: exportar alegría y quedarse con la tristeza. El discurso terminó con un ¡Vivan los Reyes, Viva España, Viva Andalucía, y Viva Jerez!. Por su parte el monarca pronunció unas breves palabras para agradecer las muestras de cariño manifestadas por el pueblo de Jerez. También la Reina entre aplausos y vítores se vio obligada a decir unas frases de cariño y simpatía a los allí congregados. A continuación los soberanos abandonaron nuestra ciudad para marchar a Sevilla. Eran las diez de la noche, habían estado en Jerez solamente una hora. Era, por tanto, la visita más breve realizada por un Rey de España a Jerez en toda la historia de esta ciudad.

Once años más tarde, en junio de 1987, S.M. el rey D. Juan Carlos recibió en el Palacio de la Zarzuela a los miembros del Patronato de la Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, aceptando la presidencia de honor de esta institución y concediéndole a la misma el título de Real. El 15 de octubre de ese mismo año, Jerez tuvo el honor de recibir por segunda vez en visita oficial a SS.MM. don Juan Carlos y doña Sofía. En esta ocasión para presidir, desde el palco de honor de la ya Real Escuela, el solemne acto de inauguración de la misma.

Algo insólito, aunque muy de la política de los tiempos actuales, fue en enfado del entonces alcalde Pedro Pacheco con los dirigentes del Patronato de la Real Escuela y las autoridades de la Junta de Andalucía, a quienes acusaba de "secuestrar" la figura de S.M. el Rey en este acontecimiento. Por dicho motivo el primer edil se negó a asistir a dicho acto. Solamente la intervención directa del Gabinete de la Casa Real, con el ruego de que dejara a un lado sus rencillas y recibiera a los monarcas en nombre del pueblo de Jerez, hizo que, en el último momento, Pedro Pacheco depusiera de su actitud, recibiera al Rey en el Aeropuerto y asistiera al acto inaugural. Ninguno de los 16 concejales con los que contaba su partido en aquel momento asistió.

En el otoño de 1994 Jerez tuvo la satisfacción de recibir una visita de su majestad la Reina doña Sofía. Fue el Cortijo de Vicos, sede de la Yeguada Militar con motivo del centenario de la creación de este centro de reproducción equina. Tras una solemne recepción presidida por el coronel jefe de dicho centro, a la sazón D. Juan Diáñez Matabuena, le fue ofrecido a la reina un almuerzo y una magna exhibición de sus caballos de pura raza española, de la que la soberana quedó gratamente complacida.

El 8 de mayo del año 2000 SS.MM. don Juan Carlos y doña Sofía giraron su tercera visita oficial a Jerez. Poco antes de las doce del mediodía llegaban a la plaza de la Asunción acompañados del presidente de la Junta de Andalucía, del Parlamento Andaluz y del ministro de Agricultura, entrando directamente al Ayuntamiento por la puerta principal de Cabildo Viejo entre ¡olés! y aplausos de la gente que allí congregada.

Ya en el interior, los Reyes, acompañados del Alcalde Pedro Pacheco y del Presidente de la Junta, salieron al balcón principal y, nuevamente entre palmas por bulerías y entusiastas ¡olés!, saludaron a la multitud que se había congregado en la calle Consistorio. Acto seguido visitaron las dependencias municipales, hasta llegar al salón principal del Ayuntamiento, donde les fue ofrecida una recepción por la Corporación en pleno. En la misma estuvieron presentes una representación de los agentes económicos de la ciudad, miembros de la judicatura, del colegio de abogados, de los medios de comunicación y del Consejo Regulador, así como los ex-alcaldes Miguel Primo de Rivera, Jesús Mantaras, Manuel Cantos Ropero, Juan Manuel Corchado y Jerónimo Martínez Beas. Como recuerdo de esta visita le fue obsequiado a los monarcas una escultura ecuestre original del artista jerezano Nicolás Domecq.

Acabada la recepción la comitiva dirigió sus pasos al Real Alcázar. A la salida, más palmas a compás y constantes ¡olés!. El monarca no pudo entonces contenerse y también tocó las palmas, haciendo incluso hizo un amago de patadita en el suelo, lo que despertó aún más las simpatías del público. Cruzaron la Alameda Vieja y entraron en las bodegas de González Byass al igual que en 1925 lo hiciera su abuelo el rey Alfonso XIII. A la entrada fueron recibidos por su director general, Mauricio González-Gordon y la presidente del consejo de administración Sra. Chon Gómez Monche. Breve visita a la bodega, firma de una bota en la bodega llamada de los Reyes siguiendo la tradición de sus antepasados, y almuerzo en la Real Bodega de la Concha. Tras la comida los Reyes se trasladaron a la finca de Fuente Suero, sede de la yeguada del Hierro del Bocado, donde les fue ofrecido un bellísimo espectáculo ecuestre, tras lo cual partieron en dirección a Huelva.

Don Juan Carlos I volvería en septiembre de 2002 para presidir el acto de clausura de los Juegos Mundiales Ecuestres celebrados en nuestra ciudad. Fueron otras muchas visitas las realizadas por este monarca a nuestra ciudad, en especial para presenciar diversas competiciones en el Circuito de Velocidad. Aquí solamente hemos querido plasmar las que fueron sus visitas oficiales.