El párroco de San Pablo comunicó a los dos hermanos la desgracia

El párroco de San Pablo, Ramón Mera, fue quien se encargó de ayudar a Abraham y Nerea ante el terrible golpe que ha supuesto para ellos la repentina pérdida de sus padres y su hermano pequeño. Según explicó ayer el sacerdote, "los dos estaban muy impactados, como sin romper, como si no reaccionaran, sin saber qué había ocurrido, con un dolor tremendo. Yo fui quien les comunicó la mala noticia de la muerte de sus padres y procuré que pasaran la noche con alguien cercano, así que se fueron a intentar descansar a casa de la madre de la novia de Abraham. Luego contactamos con algunos familiares que tienen en Arcos y Lebrija, que han ido llegando. He intentado consolarles en la medida de lo posible y hacer las cosas medio bien. Incluso me puse en contacto con el Ocaso y el tanatorio para hacer los trámites".

Todavía no sabe cuando tendrá lugar el entierro porque aún hay que realizar las autopsias, y posteriormente les ayudará a intentar a organizar sus vidas, "porque Abraham es mayor de edad y la casa es suya, así que a ver qué es lo que se hace. Ellos decidirán".

Ayer por la mañana lo primero que hizo fue ir a verlos para comunicarles la muerte del hermano pequeño, ya que como éste falleció más tarde, sólo se les dijo lo de los padres.