Sequía en la cuenca del Guadalete: piden ayudas directas para paliar la "situación dramática" de más de 10.000 familias de regantes
Las comunidades de regantes alertan del "impacto económico tremendo" de las restricciones para las zonas regables
Denuncian la mala gestión de los recursos hídricos y la falta de vigilancia de "riegos ilegales" detectados en la cuenca
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Las restricciones por la sequía y la mala gestión de los recursos hídricos disponibles han dejado a los regantes de la cuenca del Guadalete en una “situación dramática”, frente a la que suplican a las Administraciones públicas que habiliten ayudas directas para garantizar la subsistencia de las miles de familias que viven directamente de esta actividad agrícola.
Responsables de las comunidades de regantes del Guadalcacín, Costa Noroeste, Monte Algaida y las márgenes derecha e izquierda del Guadalete han expuesto en rueda de prensa la “situación ruinosa” a la que se enfrenta el sector por el "impacto económico tremendo" del aumento de las restricciones en la dotación de agua para el regadío en mitad de la campaña, que ha “destrozado” toda su planificación de siembras.
“Detrás nuestra hay más de 10.000 familias que dependen directamente del campo, de lo que producimos, y ya hemos consumido prácticamente todo el agua disponible para la presente campaña tras la ampliación del recorte por la sequía, por lo que estamos pidiendo ayudas para poder subsistir”, ha explicado el vicepresidente de la Comunidad del Guadalcacín, José Miguel López, en su llamada de auxilio a las Administraciones públicas, a las que ha criticado por el trato dispensado a las comunidades de regantes.
Los regantes iniciaron la campaña con un recorte de la dotación de agua del 50%, el aprobado en octubre por la comisión de gestión de la sequía, que a principios de febrero acordó por “sorpresa” ampliar la restricción para el riego al 75%. En representación de las comunidades de la cuenca del Guadalete, López ha detallado que “habíamos planificado la campaña con la mitad de la dotación de agua, pero a los tres o cuatro meses lo cambiaron al 75% y lo han desbarajustado todo”.
Los regantes reclaman a la Junta de Andalucía que adopte las medidas y mecanismos que estén en su mano para paliar el impacto económico de la falta de agua, “sin la que no somos absolutamente nada”. “Sin agua no podemos luchar por una PAC justa, no podemos pelear por unos precios justos”, ha señalado López, quien ha criticado duramente que las restricciones se apliquen exclusivamente al campo. “No nos parece serio que lo único que se haga sea restringir, que las restricciones sean sólo para nosotros y no se ponga ninguna ayuda encima de la mesa”, ha señalado, al tiempo que ha instado a las Administraciones públicas a que "se pongan las pilas", porque "la guerra del agua ha empezado".
"El consumo urbano es lo primero y hay reservas suficientes" en los pantanos de la cuenca para abastecer de agua a la población durante "dos años", pero no nos parece serio que la Junta "mantenga la presión" a este sector y no se limite la capacidad de producción a otros como el del turismo, ha manifestado López. "No tenemos nada en contra del turismo; entendemos que es un motor económico, igual que podemos ser nosotros, y que tiene un impacto sobre el PIB de la provincia bastante importante. Pero no nos parece serio que los recortes solo vengan para nosotros", ha añadido.
Falta de control de "riegos ilegales"
Los regantes tampoco se explican la falta de vigilancia sobre el uso del agua disponible en la cuenca, en la que aseguran que “se está tirando una cantidad ingente de agua sin que nadie lo controle ni lo remedie”, situación que se une a la “mala gestión de los recursos hídricos de la cuenca” y el déficit de infraestructuras, ya que “muchas promesas se quedan en el tintero”.
En este contexto, los regantes han denunciado la existencia de “riegos ilegales” en la cuenca con agua desembalsada del Guadalcacín para el abastecimiento de un millar de hectáreas de olivo superintensivo y almendro a los que “no sabemos quién o quienes les ha dado los permisos y las concesiones para poder regar”.
Del mismo modo, los comuneros de la cuenca del Guadalete ha llamado la atención sobre la situación del acuífero del Tempul, “del que en cien años no ha habido constancia de falta de agua pero que está seco, y esto tiene que ver con la sequía, pero también con que de la zona de Villamartín para arriba están regando sin restricción alguna, mientras que nosotros, las comunidades que miramos por el agua como un recurso fundamental sin el que no podemos hacer absolutamente nada, vemos nuestra capacidad productiva copada y, en algunos casos, casi anulada, cuando hay gente que está regando sin restricciones”, ha significado López.
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