Sordera de la triple 'A'
a pie de campo
Los bastoncillos de los oídos, esos instrumentos tan denostados por los otorrinos como queridos por los adictos que los usan, son urgentemente requeridos por la Agencia Andaluza del Agua (la triple 'A'). Parece cosa de chiste pero es una realidad, el ente público de la cosa acuática está perdiendo capacidad auditiva.
La cuestión viene de largo, aunque últimamente la dolencia se está agravando a pasos agigantados y lo peor son las consecuencias de la enfermedad. Uno de los sectores que se está viendo seriamente perjudicado por la minusvalía es el de los remolacheros que no saben qué hacer para que la triple A les escuche y ponga en marcha los riegos de apoyo que necesitan para dar agua a terrenos de secano en esta época de nascencia del cultivo.
Ante la petición, la Agencia Andaluza del Agua se ha hecho la loca o la sorda o la ciega o la muda y ha dado la callada por respuesta. Bromas aparte, es indignante que, en unos tiempos tan difíciles como los que vive la sociedad, no se escuche a los emprendedores que tienen ganas de invertir para crear. A ver, no parece haber impedimento alguno; los pantanos están llenos de agua, es el momento oportuno y se conseguiría una mayor producción. ¿Qué problema tiene la Agencia Andaluza para no conceder los riegos de apoyo que los agricultores solicitan?
Es altamente llamativo que después de los esfuerzos que han hecho los remolacheros por seguir con el cultivo después de los recortes de Europa, de los cierres de las remolacheras y de leches en vinagre ahora venga un ente caprichoso y no escuche a quien tiene ganas de trabajar y tirar del carro.
Y lo peor es que el campo tiene sus tiempos y no entiende de sorderas o de retrasos. Las acciones se tienen que tomar en el momento que mande la tierra y éste es el momento. Cualquier retraso será llorar por la leche remada.
Ya lo dice el refranero, no hay peor ciego que el que no quiere ver y, en este caso, no hay peor sordo que el que no quiere oír. A ver si estas líneas son una lavativa para los oídos de la Agencia Andaluza del Agua y abre el grifito que el tiempo corre en contra de los emprendedores. Soluciones, ya.
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