Terapia contra el miedo al quirófano

El Hospital Juan Grande de Jerez desarrolla un programa, en colaboración con la Universidad de Sevilla, que logra reducir la ansiedad del paciente que va a ser operado

Antonio Zayas (primero por la izquierda), junto con el resto del equipo del hospital jerezano.
María José Guzmán /Jerez

23 de enero 2009 - 01:00

Desahogarse con el médico o los enfermeros justo antes de tumbarse en la mesa de quirófano suele ser la mejor anestesia para muchos pacientes que sudan de pavor ante la necesidad de someterse a una intervención quirúrgica. Es una descarga emocional, unos minutos de oro que brindan al enfermo la oportunidad de expresar sus temores al posoperatorio, a no despertar o, simplemente, al trastorno que la operación puede causar en sus hijos y su entorno doméstico.

En Hospital Juan Grande de Jerez, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, está logrando minimizar estos miedos y conseguir un trato más humano y personalizado con los pacientes. El secreto es el Programa de Acompañamiento al Paciente Quirúrgico, puesto en marcha por profesionales de enfermería en colaboración con un equipo de psicólogos de la Universidad de Sevilla. La iniciativa, en una primera fase, se aplica a pacientes que van a ser operados de hernia, inguinal o umbilical, aunque el objetivo es extender el protocolo a otros tipos de intervenciones. "Cualquier contacto con el sistema sanitario provoca ansiedad en la persona, relacionada con el miedo a lo desconocido, a la falta de información, a la despersonalización del usuario por parte del profesional sanitario..., factores que se acentúan en el quirófano", explica Antonio Zayas, uno de los psicólogos.

El estudio experimental se desarrolla en colaboración con la Universidad de Sevilla, que se encarga de valorar el impacto que esta terapia tiene sobre los pacientes y de formar en habilidades de comunicación y relaciones personales a la plantilla del hospital. "La intención del equipo de enfermería es minimizar los miedos facilitando una información detallada y un trato personalizado y cálido al paciente, se trata de cubrir todas sus necesidades y las de su familia desde el momento en que recibe la noticia de que debe ser intervenido hasta que recibe el alta", explica Zayas.

En definitiva, el equipo persigue que el grado de satisfacción del paciente y sus familiares supere sus expectativas. Para eso hay que conocer sus necesidades y eso sólo se consigue dialogando con ellos. La evaluación de los pacientes se lleva a cabo en tres momentos distintos: unos diez días antes de la intervención, el día de la intervención y dos semanas después del proceso quirúrgico. "La mayoría de los pacientes ya agradecen el simple hecho de que se esté llevando a cabo el estudio, que se les permita descargarse emocionalmente ante un psicólogo y ver que el hospital se interesa por su salud mental", añade.

Este estudio permite detectar si el paciente tiene alguna circunstancia especial que pueda interferir en el desarrollo normal de la cirugía. Hay investigaciones anteriores que corroboran las tesis de estos profesionales del Hospital Juan Grande: un clima de confianza y humanidad alivia la ansiedad y borra los miedos infundados. No hay mejor anestesia que saber que se está en buenas manos.

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