La página ecuestre

'Teresa', la perla negra

  • Hija de un cruce mágico -'Rhefissimo' y 'Takala'- esta gran yegua, made in Spain, fue el orgullo de toda una generación de aficionados y está en los libros de historia, pese a tener una la mal estrategia

En 1983 se empezó a gestar esta gran yegua, ya que la Cuadra Rosales decidió utilizar una de sus dos cubriciones anuales del mejor semental de España de la época, 'Rhefissimo', con una de las grandes campeonas de sus establos, 'Takala'. Curiosamente, ambos progenitores habían ganado el Gran Premio de Madrid.

El 24 de marzo de 1984 'Takala' trajo al mundo a una potra vivaracha que desde sus primeros galopitos en el prado empezó a destacar por encima de los otros doce neonatos de la cuadra. El nombre de 'Teresa' se debe a una sobrina de la propietaria, Marita Villalonga. En un pedigrí cargado de fondo y con una gran predisposición para los largos metrajes, se combinaron muy bien las sangres y, pese a su gran fondo, heredó un una gran punta de velocidad y cambio de ritmo de su abuelo materno, quien ganó sus mejores carreras en velocidad, como el resto de la familia.

Su superioridad en la generación precoz se hizo patente con cada una de sus carreras, las cuales ganaba de forma holgada. En todas ellas salía mal de los cajones y muy ardiente, por lo que su jockey, el gran maestro Claudio Carudel, tenía que retenerla en los primeros metros de la salida para que la yegua se pudiera relajar durante el recorrido para ir a rematar más tarde por el centro de la pista y pasar a sus rivales con insultante superioridad sin recibir ni siquiera un fustazo.

Durante el invierno de sus tres años sufrió unas dolencias que retrasaron su reaparición en la competición, pero pudo correr las grandes citas, y lo hizo como era su costumbre: ganando con pasmosa facilidad. Quedó claro que, a pesar de enfrentarse a rivales de entidad, la yegua 'Teresa' era algo excepcional, por lo que había que probar la aventura extranjera, como ya ocurriera con su padre, 'Rheffissimo', que salió para demostrar su valía.

Sus dos últimas carreras del año fueron las citas más importante de Francia: el Vermeille y el Arco del Triunfo. La yegua se instaló en Chantilly bajo los cuidados del primer mozo de la cuadra. Viajó acompañada de un caballo de galopes para los entrenamientos, y tanto el veterinario como el entrenador viajaban todas las semanas para comprobar su estado. En Francia, su jockey habitual no hizo una de sus mejores carreras, pues dejó de ser fiel al estilo de correr de 'Teresa'. Intentó un remate por el interior poco fructífero, dada la mala monta. Se decidió cambiar de jockey: craso error. En esta ocasión se podría recurrir al dicho de "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", pues el nuevo jinete entró en la séptima posición de los once participantes.

Debido a la Peste Equina que azotó España, 'Teresa' se quedó en Francia para entrenar y competir bajo la tutela de la entrenadora Criquette Head, que le programó una temporada más relajada en buenas carreras de nivel, obteniendo óptimas colocaciones. Sorprendieron las declaraciones de Claudio Carudel, su jockey habitual, cuando la yegua pudo volver a entrar en España. El jinete reconoció que 'Teresa' había acusado "el cambio de manos, ya que en Francia había estado en una cuadra con 150 ejemplares y allí era una más, mientras que en España la cuadra se desvivía en cuidados y atenciones para ella". En su vuelta a Madrid volvió a ganar pero no con su estilo habitual. Mostró su disconformidad durante todo el recorrido y a pesar de ello ganó, pero en su última salida a pista entró sexta y a toda la afición española le quedó la sensación de que la yegua ya no era la misma, pues aunque fue batida por ejemplares históricos de nuestro turf, ella los habría superado si hubiera estado al cien por cien, no solo físicamente sino mentalmente.

Como reproductora demostró ser bastante más generosa que en la pista, pues mientras que en el hipódromo a veces mostraba disconformidad a la hora de correr, en las yeguadas por las que pasó (Estados Unidos, Japón, Europa…) fue una gran madraza y tuvo un sinfín de atenciones para sus potritos.

Curiosamente, su primera monta fue con 'Trempolino', que ganó la edición del Prix Arco del Triunfo que ella disputó. Casi todos sus descendientes han sido ganadores, a pesar de que la yegua se podría haber cubierto mejor, no con sementales más caros, sino con sementales más acordes a ella y con cruces mejor estudiados.

La yegua pasó a ser una multipropiedad durante su vida, para unos con mayor alegría que para otros. Como las grandes historias de amor, 'Teresa' fue adquirida en sus años de vida por grupo de propietarios españoles, los cuales procesaban gran admiración por esta yegua. El 6 de mayo de 2005 murió a los días de haber traído al mundo a su último descendiente, 'Mar del Norte', que, para regodeo de sus propietarios y la totalidad de los aficionados españoles, es un orgullo verlo desarrollar su vida deportiva en nuestras pistas.

De la producción de 'Teresa', cabe destacar que la mayoría de sus hijos llegaron a ser ganadores, algunos de grandes carreras. Si hace dos décadas los aficionados estaban pendientes de sus cruces y hazañas de su prole, hoy es una de sus hijas, 'Barreda', la que mantiene el sueño vivo de poseer grandes corredoras en nuestros hipódromos y de que esta familia siga siendo prolífica en grandes campeones y alegrías.

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