Tarde histórica y uno de los festejos cumbre de la temporada en el rincón porque sopla por última vez en la plaza de Jerez el único aire que no perjudica al toreo: el Ciclón de Jerez, el apodo artístico arrucista que inspiró al inolvidable matador jerezano Juan Antonio Romero y que recuperó años después un chaval que comenzó de panaderito en un horno en Los Albarizones y que hoy vive sus bodas de plata como matador de toros a la vez que su última temporada en los ruedos, nuestro Juan José Padilla que tantas tardes de entrega y de triunfo ha dejado en la plaza de Jerez y que además de abrir las puertas grandes más vedadas del torero con serias ganaderías, muy serias, se ha dejado literalmente el pellejo en los ruedos.

Y se despide de la plaza donde dio los primeros pasos taurinos de la mano de Rafael Ortega y Luis Parra "Jerezano" en cartel de lujo, con toros de Juan Pedro Domecq y alternando con Morante de la Puebla, que reaparece tras el paréntesis que abrió el pasado año en Jerez y José María Manzanares.

El cartel de "No hay billetes" se puso hace cuatro días, un cartel que se puso por última vez cuando se pusieron a la venta los abonos cuando actuó José Tomás en 2016.

Tarde emotiva para Jerez, especial para el feudo morantista y con un apellido que ha reinado en Jerez desde que dejó el trono Ordóñez, desde los años setenta del siglo pasado: Manzanares.